Equipo Nizkor - El linchamiento de Camacho.

La dictadura masista cometió el error de llevar al gobernador cruceño a La Paz y una vez allá, decidir que la audiencia cautelar en la que se decidió su encierro en la cárcel de Chonchocoro se haga de forma virtual. De esa manera, miles de ciudadanos pudieron colgarse a la señal transmitida por televisión y las redes sociales y comprobar la calaña de justicia que sirve a los intereses del régimen, que usa a los jueces y fiscales como instrumento del sometimiento de los que luchan por la democracia en Bolivia.

Fueron más de ocho horas de un espectáculo repulsivo, en el que cuatro abogados, sin contar el juez, se ensañaron contra una defensa que no tenía la menor probabilidad de hacer valer los derechos de Fernando Camacho, pues la decisión final ya estaba tomada de antemano, como se pudo evidenciar cuando el presidente del tribunal, un allegado del ministerio de gobierno, leyó un veredicto standard que ya estaba redactado de antemano, seguramente por alguien que ya había dado la orden de encerrar a la primera autoridad departamental de Santa Cruz.

Además de establecer relaciones delirantes con un falso golpe de estado, a Camacho lo acusaron de no tener un domicilio y un trabajo conocido y de ser el responsable de los hechos vandálicos ocurridos en Santa Cruz, cuando el imputado ya estaba en manos de sus secuestradores, que lo trasladaron violentamente a la sede de gobierno, completamente incomunicado y sin posibilidades siquiera de que pueda recurrir a su abogado, contactarse con su médico o hablar con sus familiares.

Al juez que presidió la audiencia no se le vio la cara en toda la sesión, tampoco se identificó y pasó exactamente lo mismo varios de los que formaban parte del aparato jurídico que tuvo a au cargo este acto de linchamiento público,que fue rodeado de una fuerte movilización de dirigentes y afines al MAS que había preparado el gobierno para darle fuerza a su show mediático, que en realidad es repudiado por la gran mayoría de la población, tal como lo ha evidenciado una encuesta de la empresa Diagnosis Estudio, según la cual, el 61 por ciento de los bolivianos rechaza el secuestro de Camacho.

La temeraria acción dictatorial de Luis Arce, que sólo busca aplacar al demonio que quiere derrocarlo, ha generado la preocupación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo líder principal, Antonio Guterres, está seguro de que la detención de Camacho es una provocación a Santa Cruz, es una incitación a la violencia, un atentado a la democracia que ha rebalsado el vaso y que puede traer consecuencias indeseables para el país. Valientemente, la Iglesia Bolivia también ha repudiado la detención del gobernador, que sólo insiste en una mentira que no se impondrá jamás, así encarcelen a todos los bolivianos.

Así liberen a Camacho hoy o mañana, el gobierno ha dado un paso en falso. Ha vuelto a desatar la ira de la población, ha confirmado que Luis Arce no quiere la paz ni la concordia entre bolivianos y lo más grave para sus aspiraciones electorales es que no conseguirá aglutinar las fuerzas del MAS, hastiadas del odio y del resentimiento con los que el régimen los ha indigestado.

01ene23

El linchamiento de Camacho

[Fuente: El Día, Editorial, Santa Cruz de la Sierra, 01ene23]

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