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15dic07
Clima bélico por las autonomías
"Evo, ésta es tu tumba." "Evo chola de Chávez." Estas pintadas, que se pueden ver en cualquier pared de esta ciudad y otras con insultos aún más gruesos contra el presidente boliviano, Evo Morales, son apenas una pequeña muestra del clima reinante en los cuatro departamentos que presentarán hoy sus estatutos para lograr una autonomía "de hecho".
Se trata del mayor desafío que ha sufrido hasta ahora el gobierno de Morales, rico en controversias y conflictos desde su inicio, en enero de 2006. La reacción del gobierno central, que ha declarado al ejército en emergencia, y, según se afirma en esta ciudad, ha hecho llegar a miles de militares y policías, muchos de ellos encubiertos, para poder llegar, incluso, al bloqueo de los departamentos rebeldes. Si eso sucediera, podría sumir en el caos a Bolivia y concretar la fractura del país, tan temida por el mandatario.
El acontecimiento de mayor trascendencia hoy, clave para el futuro de Bolivia, será el acto de presentación del estatuto autonómico de Santa Cruz, que se realizará en el Parque Urbano de esta ciudad y estará encabezado por el prefecto Rubén Costas.
"Estamos en el camino de las autonomías y la democracia", afirmó el prefecto del rico departamento de Santa Cruz, Costas, la cabeza visible de la oposición empresarial, civil y política al gobierno del socialista Morales. "El sábado al mediodía (por hoy) veremos el nacimiento de una nueva república autonómica", sentenció, a su vez, Pablo Klinsky, presidente de la Asamblea Preautonómica de Santa Cruz.
Por su parte, Morales declaró anteayer que "están las fuerzas armadas y está el pueblo boliviano para que el país jamás se desintegre".
"El proyecto de autonomías busca separar a Bolivia, pero la unidad del país no se discute", agregó.
Paralelamente al lanzamiento del estatuto en esta ciudad, habrá actos similares en Beni, Tarija y Pando, que junto con Santa Cruz suman nada menos que el 67% del PBI de Bolivia. Casi simultáneamente, en otra muestra del profundo desgarramiento interno que sufre el país andino, Morales se dirigirá al país y realizará en La Paz un acto para presentar su polémica reforma de la carta magna boliviana, en lo que se presenta como una fiesta popular indigenista cuya agenda podría modificarse de acuerdo con los sucesos que se vivan en los cuatro departamentos rebeldes.
En realidad, los cuatro departamentos, que forman parte de la fértil Media Luna boliviana, presentan sus estatutos para resistir a la carta magna que logró aprobar el mandatario, en un proceso calificado de ilegal por las fuerzas vivas de esta ciudad, que objetan que la Constitución no haya reconocido adecuadamente sus aspiraciones autonómicas, aprobadas en los cuatro departamentos en un referéndum que tuvo lugar en julio de 2006. También tildan de "ilegal" la implementación de la carta magna: la Constituyente debió mudarse recientemente de Sucre a Oruro para evitar las continuas manifestaciones que se hacían en su contra, que terminaron con tres muertos tras una feroz represión, y aprobó el polémico texto constitucional sin presencia de la oposición.
Las otras regiones
Todo esto determinó que el departamento de Chuquisaca, disconforme porque la Constitución no recoge su reclamo histórico de declarar a Sucre la capital única e indivisible de Bolivia, esté dispuesto a emprender también el camino para lograr una mayor autonomía (ver aparte).
Cochabamba, que tiene un prefecto opositor a Morales, mira además con simpatía el movimiento autonómico, aunque allí se encuentra una de las mayores bases de sustentación del mandatario: el Chapare, que concentra la mayor producción de coca de Bolivia y donde comenzó la carrera política de Morales, un dirigente cocalero devenido presidente.
El desafío cruceño es tal que el estatuto no duda en reclamar para sí una policía propia y en dotar a quienes viven en este departamento de la "condición política" de "cruceños", lo que implica, según dijo el vicepresidente boliviano Alvaro García Linera, una ciudadanía distinta de la boliviana, que el gobierno no está dispuesto a tolerar. "No se permitirá ningún descuartizamiento de la policía nacional", dijo, por su parte, Morales.
Para evitarlo, el gobierno central reforzó la vigilancia en los edificios estatales y también intensificó la custodia de las empresas de hidrocarburos para prevenir ataques a los gasoductos, que llevan a La Paz el gas que se origina aquí y también a San Pablo, donde el fluido es vital para el funcionamiento de su complejo industrial, el principal de América del Sur.
Sin embargo, en una situación en la que nadie parece estar dispuesto a dar marcha atrás y de final imprevisible, los cambas (como se conoce a los habitantes de Santa Cruz) afirman que están dispuestos a bloquear el envío de alimentos y de energía al paupérrimo occidente boliviano para resistir un eventual bloqueo, lo que podría determinar perjuicios para los propios partidarios de Morales, que se concentran en esta región de Bolivia.
De todos modos, mientras que el presidente boliviano someterá su mandato y su carta magna a un referéndum, los cuatro departamentos harán lo propio con sus estatutos autonómicos, lo que podría dar lugar a una negociación entre las partes hasta ahora irreconciliablemente enfrentadas.
Asimismo, Morales recibirá mañana a la presidenta chilena, Michelle Bachelet, y al mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, por lo que se estima que evitará, al menos por ese día, cualquier acción que pueda agravar el conflicto (ver aparte).
Tensa espera
En la plaza 24 de Septiembre, la principal de la ciudad, cientos de personas, en huelga de hambre desde hace días, esperaban ayer, en un clima de tensión, la presentación del estatuto autonómico de Santa Cruz, dentro de carpas grises en las que se habían instalado colchones, afiches con leyendas hostiles al mandatario y a su Constitución "manchada de sangre", y hasta televisores de color.
Mientras tanto, muchos manifestantes jóvenes, que lucían remeras con la leyenda "Cien por ciento camba" y llevaban banderitas verdes y blancas (los colores cruceños), hacían cola para firmar en apoyo al estatuto. Otros paseaban cerca con aire despreocupado mientras hablaban por celulares o escuchaban sus reproductores de mp3.
Dentro de una de las carpas, María Eugenia Ríos, una huelguista de 48 años que trabaja en una empresa de reciclaje de desperdicio, se mostró preocupada por la llegada de "muchos policías" a Santa Cruz.
"Dios no permita que Evo apruebe esa Constitución", imploró.
A su lado, otro huelguista, Sidiney Viscarra, un estudiante de 18 años favorable a la "independencia" cruceña, dijo no tener miedo. "Si Evo quiere muerte, acá la va a encontrar", advirtió.
[Fuente: Por Leandro Uría, Enviado especial de La Nación, Bs As, Arg, 15dic07]
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