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25abr07
Mano dura y soretes
En estos días agitados por la inseguridad, han surgido algunos debates que se sustentan en ciertas cosas no dichas y que no contribuyen al mejoramiento del tema que debería preocupar a todos, que es la seguridad. En primer lugar, a partir de las generalizadas críticas contra los abogados conocidos como "de los derechos humanos" ha crecido el artificial debate que pretende contraponer garantismo versus mano dura. Los letrados que suelen arremeter sin matices contra la policía y reclamar por los derechos de los presos, también sin matices, han bebido en estos estos días de su propia medicina. Así como ellos para llevar agua a su molino suelen simplificar la realidad, cometiendo el disparate, por ejemplo, de identificar a todo el que no coincide con sus posturas como simpatizante de Videla y de la tortura, ahora han debido sufrir en carne propia que la opinión pública asimile automáticamente sus prédicas a la defensa de los asesinos. La verdad es que se necesita volver a un sistema de castigos rígidos, porque mientras sea lo mismo delinquir que no hacerlo es imposible avanzar en una sociedad civilizada. Y esta mano dura no significa hacer nada fuera de la ley, sino aplicarla y endurecerla si se percibe que alguna favorece a los delincuentes. ¿Qué tiene que ver esto con la tortura o con Videla? Sólo la imaginación de los abogados puede unir un sistema estricto de legalidad con una dictadura militar, aun cuando sea cierto que muchos partidarios del autoritarismo se cuelan en esto, no quiere decir que aplicar la ley con rigor sea autoritario.
Un párrafo aparte merece el infantil enfrentamiento entre periodistas a los que les gusta ser parte de la información y el ministro de Seguridad, al cual le han atribuido dichos sin siquiera ofrecerle dar su versión. Que la persona que está sentada en la hoguera se esté ocupando del vedettismo periodístico, alentado por viejos rencores personales, parece un despropósito.
Alfredo Cornejo tiene una vieja tradición de enfrentamiento con la prensa y no se ha escondido para manifestarlo. Lo haya dicho o no, cree que los medios y sus protagonistas son "soretes" y quizás cosas peores, tanto como la mayoría de los periodistas creen de los políticos. Esta pelea, ¿no se podría dirimir en tiempos menos agitados? Para no ser soretes.
[Fuente: Editorial Diario UNO, Mendoza, Arg, 25abr07]
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