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22mar06
El juez que investiga el espionaje en Trelew era espiado por los marinos.
El servicio de inteligencia de la Base Almirante Zar contaba con un prolijo instructivo que establecía la metodología para el espionaje ilegal y las misiones y funciones de sus integrantes. El documento, al que tuvo acceso Clarín, revela una obsesión de los miembros de la fuerza: el 22 de agosto, día del aniversario de la masacre de 1972. Y una curiosidad: el propio juez Jorge Pfleger que tiene a cargo la causa del espionaje tenía una ficha en la que se sostiene que no es un "profesional de temer"
El memorando contiene el apellido y rango de cada uno de los cinco espías: Andrade, Rossi, Guantay, Alegre y González. En el organigrama de la oficina figuran también las personas o instituciones que debían ser investigadas: del ámbito político, económico, gremial, y social. También se hablaba de la conveniencia de infiltrarse en la comunidad "siempre y cuando el servicio lo permita".
A medida que pasan los días y los investigadores logran el acceso a los expedientes, aparecen más sorpresas. Ayer se produjo una: que entre los investigados esté el juez Pfleger. Los informes de Pfleger datan de la época en que era juez de instrucción de Trelew y lo describen como "un defensor de los conflictos sociales" y detallando que "no es un profesional de temer". La "ficha" de Pfleger tiene una perlita: la fotografía del juez fue obtenida durante una de sus visitas protocolares a la Base.
"Esto era común. Los servicios de inteligencia aprovechaban los actos en la Base Zar para sacarle fotos a los invitados que después eran investigados, dijeron a Clarín fuentes de la investigación. Esa metodología fue utilizada con muchos de los mencionados en los informes, como la subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia Elisa Martínez —en el archivo dice "Eliza"— de quien no se analizan muchas cuestiones: se la vincula permanentemente con el 22 de agosto de 1972.
Las tareas del grupo de inteligencia fueron distribuidas así:
- Suboficial Andrade: encargado de logística, relaciones y ámbito de las organizaciones sociales.
- Suboficial Rossi: análisis y encaminamientos de cumplimientos rutinarios, prensa y difusión, trabajos en los ámbitos político, económico, gremial y social.
- Suboficial Guantay: contrainteligencia, instrucción personal militar subalterno, Chile, minorías extranjeras, ámbito religioso, sectas, puertos, pesca y aeropuertos.
- Cabo Alegre: mesa de entradas y salida, fotógrafo, auxiliar de contrainteligencia, ámbito nuevas amenazas, ámbito educacional y estudiantil y ámbito cultural e indigenismo.
- Suboficial González: credenciales, control de libros de la guardia militar, documentación del personal de la fuerza y control de fichero personal propio.
En esta hoja figura como jefe el capitán de corbeta Merlo, quien tenía un trato directo con los periodistas de la zona.
Otra carilla, a la que también tuvo acceso Clarín, revela cuáles eran las tareas a realizar. Una llamó la atención y eran las que estaban a cargo del responsable del vínculo con las organizaciones sociales: "Se llevará un registro de actividades y activistas de organizaciones de la región y sus conexiones con Buenos Aires con miras al 22 de agosto".
En cuanto a las relaciones con la comunidad, el instructivo aclaraba: "Se mantendrán relaciones informales de amistad con miembros de la comunidad civil siempre y cuando el servicio lo permita. No comprometiéndose en nada a esta oficina.".
En relación a lo social se establecía que "extenderá en la derivación progresiva del malestar del sector marginal en protestas piqueteras, huelgas, reclamos de sectores del trabajo y sus probables usos políticos". En lo denominado "nuevas amenazas" decía que "este es un tema amplio pero aquí se refiere a drogas, vías de acceso, movimiento local y consumidores navales".
Una fuente vinculada a la investigación le dijo a Clarín ayer: "Cada vez encontramos cosas más sorprendentes. Esto es un barril sin fondo".
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 22mar06]
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