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24sep13


Día contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres


La Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas declaró el 23 de septiembre Día Internacional Contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños por haberse promulgado ese día, en 1913 en la Argentina, la Ley 9.143, conocida como la Ley Palacios.

El exdiputado provincial Adrián Peppino, al recordar los cien años de la ley de Alfredo Palacios contra la rufianería, afirmó que "el Estado debe hacerse cargo de la lucha contra el delito de trata como lo han hecho las organizaciones gubernamentales y las víctimas".

Peppino -en nombre de la Mesa Directiva del Partido Socialista- dijo que "el primer instrumento legislativo para combatir la trata de personas en América Latina se sanciona en Argentina hace 100 años, un 23 de setiembre de 1913: la Ley 9.143, conocida como Ley Palacios contra la trata de blancas y la rufianería".

"Desde aquella fecha hasta los primeros años de este siglo nuestro país ha mostrado un significativo olvido del tema, a pesar del conocimiento que de la magnitud del problema se tenía y se tiene por el incansable trabajo llevado a cabo por las organizaciones no gubernamentales de mujeres y las redes y coaliciones dedicadas al tema", señaló.

"La dimensión del delito de trata de personas en nuestro país, con la consecuente violación de derechos humanos que este conlleva, reclama la necesidad imperiosa de diseñar una política de estado para enfrentar el problema, que aborde la protección de los derechos humanos de las víctimas, la efectiva persecución del delito de trata de personas y la modificación de la cultura prostibularia", afirmó.

Peppino reclama que "debe el estado en todos sus niveles y a través de sus tres poderes, hacerse cargo del compromiso que hasta hoy, casi en soledad, han asumido con su trabajo, las organizaciones no gubernamentales dedicadas al tema, como lo ha hecho Mujeres por la Solidaridad en nuestra provincia, y un conjunto de personas que como Susana Trimarco, la madre de Marita Verón, y nuestra Julia Ferreyra, mamá de Andrea López, se han comprometido con la búsqueda y asistencia de las víctimas de trata y explotación sexual a partir de tristes y lamentables experiencias personales o familiares por las que han tenido que pasar".

"Debemos resaltar en ese sentido la decisión y acción política llevada a cabo durante el gobierno del FrePam en la ciudad de Santa Rosa, contrastando con otros ejecutivos locales que han promovido, han tenido complicidad o con la clara inacción de los organismos ejecutivos provinciales", reconoció.

Peppino analiza que "al repasar el debate legislativo, cuando se discutía el proyecto propuesto por Alfredo Palacios, vemos que subyacen en ese debate otras discusiones que aún hoy, 100 años después, no han sido saldadas: ¿son la pobreza y la exclusión las responsables de las prácticas prostituyentes? ¿Cuál debe ser el rol del estado? ¿Debe reglamentar y controlar, o bien abolir, prohibir y castigar?".

"En esta fecha tan significativa para las/os socialistas argentinas/os recordamos el compromiso de Alfredo Palacios en el combate del delito de trata y explotación sexual, con la absoluta convicción de que el delito de trata de personas es un delito que no podría llevarse a cabo sin la connivencia de sectores de la policía y de la justicia y que es desarmando el entramado de redes de delincuentes, poder económico y poder político, como lo denunciara Palacios con su proyecto de ley, por donde hay que empezar si queremos definitivamente erradicar la trata y la explotación sexual", afirmó.

Una carta

Alfredo Palacios recibió una carta muy escueta, por esos días de la sanción de la ley, que decía así: "Usted no me conoce, doctor, pero soy de las tantas jovencitas que allá por 1914 me salvó de las garras del hampa. Me trajeron adolescente de Varsovia, engañada, creyendo que me ponía a servir en casa de familia honesta que me daría educación, pero caí.

"No se imagina, doctor, lo que pasé. Me golpearon, me encerraron, me hicieron prostituta. Estaba vencida, entregada, no conocía a nadie a quien acudir.

"Pero se levantó su voz y los explotadores se acobardaron; tenían miedo de usted, de esa ley que había conseguido, la ley Palacios, como después la llamaría el pueblo. Usted, doctor, salvó a una joven inocente. Cuántas como yo se han salvado. A usted le debo todo. Muchas, muchas gracias".

[Fuente: El Diario, Santa Rosa, La Pampa, 24sep13]

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