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26ago10
Policías federales investigados por casos de tortura en Chubut
Por primera vez en la historia provincial, la Policía Federal está bajo la lupa por su presunta participación activa en presuntos actos de secuestro y tortura contra militantes políticos de Chubut. Se trata de 39 ex miembros de esa fuerza de seguridad que prestaron servicios en la delegación Rawson y que serán investigados por la Justicia Federal. En primera instancia los sospechosos habían sido sobreseídos por el juez Hugo Sastre, quien no consideró los episodios como delitos de lesa humanidad y, por tanto, los juzgó prescriptos. El fiscal federal Fernando Gélvez apeló esta decisión ante la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia, que le dio la razón. Lo más probable es que los hombres sean indagados o, a lo sumo, Sastre ordene la producción de más prueba. Hasta entonces no se sabrá si los acusados aún viven y, si es así, dónde residen hoy.
La causa se inició con la denuncia de Diana Piza, que el 4 de setiembre de 2008 se presentó ante el fiscal y contó, entre otras peripecias, que el 18 de noviembre de 1975, cuando llegaba a su casa de Trelew junto a su padre Pablo, su suegro Víctor Manuel Tomaselli, el grupo fue detenido y llevado a la comisaría de esa ciudad.
Al día siguiente los trasladaron a la delegación de la Federal en Rawson. Allí comenzaron a interrogarla por su militancia en un Centro de Estudiantes y en la Juventud Peronista. También le preguntaban por su hermana Liliana, que militaba en la JP de la Universidad de La Plata. Por si fuese poco, a su padre le dijeron que estaría detenido hasta que lo encontraran. Ocurrió tal cual, ya que estuvo detenido en la Unidad Penitenciaria Nš 6 hasta el 26 de abril de 1977; además en esa fecha detectaron y secuestraron a Liliana, quien sigue desparecida y fue vista por testigos en el centro clandestino de detención "La Cacha".
La denunciante aseguró ante Gélvez que la sometieron a golpes y patadas y al "submarino seco", un célebre método de tortura: "Consistía en la aplicación de una bolsa de nylon en la cabeza y en la cara que le dejaban puesta hasta que casi se desmayaba, cosa que lograron varias veces", relata la decisión de la Cámara. Las torturas en la Policía Federal fueron corroboradas por Víctor Enrique Tomaselli, quien también sufrió el submarino y los golpes, interrogado por su actividad política en Trelew.
Otro de los casos es el de Patricio Emilio Torné, detenido el 19 de noviembre de 1975 en la misma ciudad valletana junto con Eduardo Pedro Manchado y Silvia Azaro. Estuvo unos días en la Comisaría de Rawson, desde donde llevaban a los detenidos a la Federal para los interrogatorios mientras los golpeaban y torturaban con picana y submarino. Este militante reveló que los torturadores "actuaban a cara descubierta y en un espacio de legalidad ya que se sentían amparados por la institución". Y advirtió que Garzonio, el juez federal de la época, "sabía lo que ocurría porque había sido denunciado por familiares y amigos". Sufrió los tormentos hasta mediados de diciembre, cuando lo llevaron a la U-6 y blanquearon su situación.
Por su parte, Manchado fue sometido a 9 simulacros de fusilamiento. "Le tomaban declaración utilizando las torturas conocidas como el "teléfono" y el submarino". El hombre aseguró que todo el personal federal participaba y que hasta "había ido gente especializada de Buenos Aires".
También consta la odisea de Tito Mario Barone, detenido en diciembre de 1975 en la chacra 96 de Trelew. Le registraron la casa y lo llevaron a la Federal, donde fue torturado durante 2 jornadas. Los días los pasaba en la Alcaidía policial y por las noches lo arrastraban a la delegación Rawson. "Lo encapuchaban, lo ataban a una silla desnudo, lo golpeaban con el puño, le hacían el submarino seco y amagaban con hacerle picana; le repetían que lo iban a violar y le ponían la pistola en la cabeza".
Estela Aída Cereseto fue detenida en Comodoro Rivadavia junto con su esposo, Luis Franganillo. En la Federal, al momento interrogarla, le mostraron fotos de su casamiento. No sabía de dónde las habían sacado hasta que se encontró con Diana Piza y supo que le habían allanado la casa. "El mismo personal de la Policía Federal que los fue a buscar la torturó a cara descubierta en una habitación, con submarino seco". En diciembre la trasladaron a Devoto. El comisario de Comodoro le dijo al matrimonio que sólo los tenía en calidad de alojados y "no tenía nada que ver con esa situación".
Otro caso testigo es el de Rodolfo Eduardo Caso, que pasó el verano de 1976 en la Federal. "Tuvo un trato muy vejatorio con todo tipo de golpes. Le colocaban carne sobre la piel para que pudiera tener olor". Así incitaban a los perros, que estaban contenidos, para que lo ataquen. "La idea -según la Cámara- era que se atemorizara para que contestara lo que ellos querían escuchar. Por esta situación quedó sin dientes y un testículo reventado".
Todos los torturados de esa época coincidieron en que sus declaraciones ante la Federal se obtuvieron con apremios ilegales, golpes de todo tipo mientras estaban esposados y atados a una silla, y con la bolsa de nylon. Ninguno los olvidó: todos dieron los detalles fisonómicos de sus captores, que ahora busca la justicia.
[Fuente: Diario Digital, Comodoro Rivadavia, Chubut, 26ago10]
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