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18mar03
Carta de dimisión de Vicente Zito Lema a la Universidad de Madres a causa de un enfrentamiento con Sergio Schoklender
Argentina, 18 de marzo de 2003
A los compañeros y compañeras de la Universidad Popular;
A la Asociación Madres de Plaza de Mayo;
Para evitar confusiones de buena o mala fe, y para que no se cometan actitudes ilegítimas que dañen a la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, pongo en conocimiento de todos lo siguiente:
1. No renuncio a la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo. No se renuncia a lo que se ama, y yo amo profundamente ésta Universidad que soñé, fundé, puse en marcha, y de la que soy director académico y docente.
2. He decido alejarme de la universidad para evitar las groseras provocaciones del administrador Sergio Schoklender, incompatibles con el espíritu y prácticas intelectuales que deben regir una institución universitaria.
3. Son públicas mis profundísimas diferencias con el administrador Sergio Schoklender. Se trata de historias y conductas que remiten a nuestras muy distintas historias personales y que chocan absolutamente en el plano de la ética, la moral, la política y la cultura.
4. Sólo con perversidad o inocencia desmedida se puede afirmar que me alejo de la universidad porque me deben mis sueldos como trabajador en la misma. Las Madres no pueden mentir. Ellas saben que nunca les reclamé pago alguno. Mi salario fue fijado por ellas y el administrador. Me han pagado siempre con demoras y a la fecha me deben seis sueldos aproximadamente. Insisto que nunca reclamé a las Madres, ni en forma verbal ni por escrito.
Eso sí, he disputado con el administrador, por entender que se me ofendía en la medida de ser el único trabador de la universidad a quien no se le pagaba correctamente. Eso lo saben incluso los demás trabajadores de la universidad, docentes amigos y el propio delegado de los trabajadores no docentes de la universidad. El administrador me ha reconocido que las irregularidades en el pago de mis sueldos era practicadas como forma de presionarme políticamente. Aclaro que desde que trabajo en la universidad, he dejado mis otras actividades rentadas, salvo esporádicas conferencias o pagos recibidos por mis libros.
Considero de absoluta dignidad que los trabajadores intelectuales seamos reconocidos en nuestros derechos. También pienso que el tema de mis sueldos atrasados es una cuestión menor, pero ha sido usado con el intento de desacreditarme y tapar así las profundas diferencias que tengo con el administrador por su manera de comportarse y por poner en peligro la existencia de la propia universidad con sus actitudes irresponsables.
5. He sido enterado por docentes de la universidad que desde hace ya meses se ha instalado una suerte de “conspiración” para alejarme de la universidad. Pienso que eso está ligado a mis críticas al administrador sobre su conducta y últimamente, y tal como he puesto en conocimiento de varios docentes, a que tengo fundadas sospechas sobre la manera en que se está gestando nuestra instalación en lo que se pretende sea la nueva sede de la universidad.
Hasta ahora desconocemos todo documento que avale la legalidad de nuestro traslado al edificio de Belgrano y Defensa. Y sólo se nos habla de “milagros”. No quiero formar parte de algo que en el futuro pueda dar cabida a responsabilidades judiciales y nuestra desacreditación pública.
6. A esta altura de los acontecimientos es obligación que el administrador rinda cuenta de los numerosos aportes que la universidad ha recibido. Se nos habla de que la universidad está en ruinas, pero nada sabemos de cómo fue administrada y la suerte de las donaciones, de mucho valor, recibidas por la universidad y que sólo son conocidas y utilizadas por el administrador. La universidad debe tener una administración trasparente, de la que participen representantes de todo los que forman parte de nuestra institución.
7. Recuerdo a todos que es el Consejo Directivo el que debe tomar todas las resoluciones importantes que hacen a la marcha de la universidad. Por eso pido la reunión del Consejo Directivo, porque incluso allí corresponde que se nombre al legítimo director académico que me seguirá en funciones, cargo al que no me presentaré, y pido que también allí se nombre al nuevo administrador. Pido también, en base a mi experiencia como director de la Universidad, que siga en funciones el Consejo Académico Asesor que he designado, y que integran todos los docentes responsables de las áreas y todos los docentes de seminarios permanentes, y que tengan funciones no sólo de asesoramiento sino con igualdad de decisión y voto que el propio Director. A la par pido se instituye un Consejo Asesor Administrativo, con las mismas facultades, para que las resoluciones más importantes que la universidad debe tomar con urgencia, en estos campos, no caigan únicamente sobre una persona, sino en forma colectiva.
8. Quede claro, como lo dije más de una vez públicamente, que todo lo que mi espíritu y mi intelecto han puesto en esta universidad popular, lo dejo para la Asociación Madres de Plaza de Mayo en tributo a la memoria de nuestros compañeros. A la par también he dicho que son los docentes, los trabajadores de la universidad y los estudiantes, los únicos dueños de la misma. Me alejo de la Universidad, como manera de preservar su continuidad y evitar mayores daños. Estoy conforme con todo lo que ya hice, reconociendo incluso todas las equivocaciones que de buena fe he cometido.
Lo que no permito es que se me acuse de haber “trabajado poco”, cuando prácticamente he dejado mi vida aquí, como es de conocimiento de todos los que transitan la universidad, y me resisto a que ningún infausto monje negro, reviva en nuestra institución una suerte de Lopezregismo. Ya he sufrido demasiado, (persecuciones, censuras, atentados, exilio) al igual que muchos compañeros, en manos de esos nefastos mesiánicos. Sean los clásicos represores, o los que impúdicamente, saliendo de la oscuridad, se suben a caballo de experiencias históricas de las que nunca han sido parte.
9. Con dolor debo advertir públicamente que todo atentado o “extraño accidente” contra mi persona o contra mi familia caerá como responsabilidad sobre el administrador Sergio Schoklender, de quien ya conocemos perversas prácticas.
10. Finalmente quiero agradecer a todos los que han sido y son parte de la universidad la ayuda que me dieron para cumplir uno de los mejores sueños de mi vida, y desear de toda corazón que mi alejamiento de la institución no impida la continuidad de aquél gran sueño.
Un abrazo fraternal,
22 de febrero de 2003
Vicente Zito Lema
P.S. I
A las Madres;
Sólo yo sé la angustia y el desgarro que me causa escribir estas líneas. Lo he meditado muchísimo y aún a riesgo de equivocarme hago lo que siento como mi deber. Reconozco públicamente que días pasados, luego de sufrir una serie de agravios en la Universidad, grité en la Casa de las Madres, refiriéndome al Señor Schoklender. Amo las Madres. Es público que las he defendido durante años, como muy pocos intelectuales. He escrito sobre Ustedes obras de teatro, poemas, textos filosóficos y políticos. Todo lo que dije allí sigue vigente. Mi amor por Ustedes también, por más que ahora me sienta tan injustamente tratado. Por supuesto tengo conciencia que debí dominar mi dolor y no gritar en vuestra casa. A mi amada Juanita y cada una de las Madres que estaban allí presentes, les pido humildemente perdón; ya han sufrido demasiado para que las disputas que yo pueda tener con el administrador Sergio Schoklender, las lastimen. Seguiré luchando, como lo hice siempre, por lo que las Madres representan, ya que sus hijos son mis compañeros. Mi historia no se inicie ahora, sino está ligada desde los años 60 a la lucha de nuestro pueblo, de las que las Madres son un hermoso símbolo.
Las abrazo, Vicente.
PS II A los compañeros docentes;
Los conozco personalmente a todos. Algunos han sido alumnos míos, otros compañeros de lucha en décadas pasadas y los hay con quienes nos hemos hermanado soñando juntos en la Universidad. Públicamente una y otra vez les he dado gracias por los generosos, solidarios y fraternales esfuerzos que brindaron en la universidad popular. Como siempre dije, sin ustedes la universidad no existiría. Les pido disculpas entonces por verse sometidos a participar de esta disputa que tengo con el administrador Sergio Schoklender. Pienso una y otra vez, cómo hacer para que esta pesadilla termine y lo que fue fruto de una creación amorosa, tal como escribiera hace años, no se convierta hoy en materia de odio y resentimiento. Estoy dispuesto a escuchar fraternalmente toda crítica o sugerencia que mis compañeros quieren hacer sobre esta disputa lastimosa que nos involucra. Eso sí, les ruego que entiendan que no puedo dejar que mi historia que ustedes conocen, y que mi honor como militante defensor de Derechos Humanos y como intelectual se convierta “en comida para perros”. Exijo ser respetado y no convertirme en el botín de disputas por el poder. Bien saben ustedes que el poder no me interesa. Insisto: no me presentaré a ninguna reelección como Director Académico. Eso sí, hasta el momento en que me vaya y con toda dignidad lucharé por democratizar la universidad y defenderla en todos sus terrenos. Un último favor; que nadie abandone el trabajo docente . La universidad, nuestros alumnos, dependen de ustedes.
Con el cariño de siempre, los abraza,
Vicente Zito Lema
P.S: III
A Hebe de Bonafini
Querida Hebe.
Más allá de cualquier desavenencia actual, serás siempre para mí como desde hace muchísimas años, mi querida Hebe. Hace apenas una semana, charlando fraternalmente, cuando te expliqué las verdaderas razones por las cuales me había ausentado de la universidad en el verano, y que no quería hacer públicas, para evitar mayores problemas, me dijiste que no ibas a intervenir en la disputa entre Sergio Schoklender y yo. También me dijiste que considerás a Sergio Schoklender como un hijo. Yo lamento profundamente esta disputa con Sergio Schoklender, que no inicié. Tampoco soy responsable del agravamiento que tuvo. Bien te consta. Te ruego entonces que en honor a la responsabilidad que tenés como presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y rectora de la universidad y en memoria de mis compañeros, tus verdaderos hijos, mantengas tu palabra y no te involucres en la disputa, para que nadie se esconda bajo las polleras de las Madres. Hay momentos en nuestra vida en que los sentimientos no deben obstaculizar la búsqueda de la verdad. Todo esto es doloroso, querida mía. No tengo el menor deseo de lastimarte, ruego que esta situación se termine de la mejor manera y que más temprano que tarde volvamos a encontrarnos en la lucha, como lo hemos hecho tantas veces. Recuerdo cuando me dijiste: “yo soy la madre, vos sos el padre y la universidad es nuestro hijo”. Hagámonos cargo de nuestras responsabilidades. Yo estoy dispuesto, me alejaré de la universidad, he pedido disculpas públicas a las Madres que participaron tristemente de mi enojo. Te pido a vos disculpas en tu carácter de presidente de Madres. Y vuelvo a pedirte que como rectora de la universidad no identifiques tu conducta con otra conducta que no sea la tuya. Ni la mía, ni la de Sergio Schoklender. La tuya.
Compartiré estas líneas con los compañeros de la Universidad. Especialmente por mi pedido de disculpas a las Madres y por el deseo de que sostengas una absoluta independencia de criterios, para no ser esclavos, como diría Spinoza, de nuestras pasiones.
Finalmente te digo, de toda corazón, que no deseo –y evitaré por todos los medios- entrar en ninguna disputa pública con vos ni con la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Te ruego me correspondas con la misma fraternidad para el bien de nuestra universidad, y si fuera posible, en honor a tantos años de lucha en común.
Te abrazo con la sinceridad de siempre. Aún en estos tristes días.
Vicente.
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