EQUIPO NIZKOR |
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20abr04
El fracaso de la inflación penal y la necesidad de un sistema de seguridad eficaz.
En el deficiente sistema policial – judicial – penitenciario en el que vivimos la impunidad es la regla. Nada se consigue aumentando las penas o disminuyendo las excarcelaciones, esta claro que las mal llamadas políticas de “mano dura” no dieron resultado en las administraciones de Rico o Pati en la provincia de Bs.As. y por eso hoy Buenos Aires vuelve a la política de Arslanian y la reforma policial.
El papel y la tinta para aumentar una pena o limitar la libertad les salen muy baratos a nuestros legisladores y además les da prensa. Ahora bien, ponerse a pensar en serio un sistema estatal mas eficaz para combatir el delito es mucho mas dificil y requiere mayor asignación de recursos.
Entre las medidas urgentes podemos destacar la necesidad de crear una policia judicial independiente de la prevencional. Que cuente con las herramientas para realizar una verdadera investigación criminal, con reactivos para las huellas digitales y programas para su identificación, con equipos técnicos preparados y condiciones edilicias normales. Para reducir el la impunidad debemos generar un sistema estatal eficaz para combatir el delito.
La falaz solución
Se engaña permanentemente a los ciudadanos cuando se les afirma que aumentando las penas va a disminuir el delito esto no solo está alejado de la realidad sino que genera una falsa expectativa en leyes de la llamada “mano dura”, expectativa que luego se ve diluida con el paso del tiempo. Como ejemplo podemos citar a la “Ley de Requisas”, supuesta solución mágica a la inseguridad, que de solución y de mágica no tuvo nada y que generó y genera todo tipo de incomvenientes a los Ciudadanos y a los policías que se ven sobrecargados de tareas innecesarias.
El ámbito de la impunidad.
El aumento de penas está por fuera de lo que podemos llamar “ambito de la impunidad”, ese ámbito no es afectado en lo mas mínimo con este tipo de medidas que solo incrementan la violencia del Estado contra unos pocos sujetos que producto de su impericia son atrapados por nuestro sistema. De que sirve la pena de muerte o cualquier medida de violencia estatal si el ámbito de impunidad sigue siendo el mismo y si el autor de un delito no es atrapado o no se cuentan con pruebas solidas como para condenarlo debido a la ineficiencia de las agencias del Estado para hacerlo. Estas dos ultimas cosas son la raiz del problema.
Las campañas publicitarias que sostienen a la inflación penal como la única respuesta al delito, hacen una regresión a sistemas caducos y pasados que no dieron ni daran resultados.
El Aaumento del delito y el aumento de la desigualdad.
El aumento del delito es directamente proporcional al aumento de la desigualdad. Está demostrado que la diferencia en la participación en el producto bruto de los ciudadanos esta relacionada con el aumento de la delincuencia. Por ello en estos diez años de liberalismo económico se ha producido un incremento en la delincuencia igual al aumento de la brecha en la división del ingreso. El profesor de derecho penal Jimenez de Asua hace muchos años calificó las causas del delito en endogenas y exógenas, dentro de las últimas ubicó a la causa económica a la cual atribuyó la mayor importancia. Por lo cual no puede pensarse en una solución estrictamente en el ámbito del derecho penal sin tomar en consideración el desarrollo de politicas sociales que acompañen, esto significa si es necesario reducir los pagos al Bono Aconcagua y ocuparse de la deuda interna de la Provincia.
Pena de muerte
En el Sur de Estados Unidos se aplica la pena de muerte y como bien saben los especialistas en derecho penal dichos Estados tienen mas delitos que los Estados que no la aplican, por que el indice de delitos no se relaciona en lo más mínimo con la cantidad de las penas, esto se explica en la sencilla razón de que el delincuente no piensa en la pena por que no piensa que va a ser atrapado, comete el hecho pensando en que no va a ser descubierto y ni sabe cual es la amenaza penal del mismo.
Pena como castigo y falta de resocialización
Nuestro sistema penal de acuerdo a nuestra Constitución y a los tratados establece que las penas no son como castigo, por ello es absurdo pretender que funcionen como castigo.
En realidad el correlato del sistema penal moderno la carcel debiera realizar tareas de resocialización. Si esto se hiciera, las liberaciones anticipadas tendrían como fundamento el haberse realizado la resocialización lo cual debería ser certificado por profesionales especializados.
Nada de eso se hace, por lo que en realidad hoy la pena en la Argentina no solo es un castigo sino que además es una fuente de multiplicación del delito por que cuando salen en libertad salen peor de lo que entraron. Si siguieramos las ideas mas modernas seguiriamos el sistema Finlandes que con sus nuevas formas ha disminuido la cantidad de presos a 90 por cada 100.000 sistema que se contrapone con el Norteamericano que es el que tiene mas presos que todo el mundo por la misma cantidad de habitantes, el sistema Argentino no alcanza al Norteamericano no por que sea diferente sino por la ineficiencia en la captura del delincuente.
De lo que se trata en concecuencia es de que la carcel resocialice y que las liberaciones anticipadas se den cuando esto se produzca.
Derechos Fundamentales
Con el aumento de penas un pequeño número de infelices sufrirá las consecuencias junto con el cien por cien de la sociedad que habrá perdido eso por lo cual lucharon nuestros antepasados y consagraron nuestros constituyentes habrán perdido las garantías mínimas de las sociedades democráticas conviertiendonos en tristes conglomerados plagados de gente marginada y de injusticias cotidianas.
Si no se le da calidad y eficiencia al sistema penal y se le da prioridad a la inflación penal sucederá que un sistema ineficaz e incapaz será el encargado de imponer penas máximas con los consiguientes errores y falencias que pagarán quienes queden atrapados correcta o incorrectamente en sus redes.
El fín
Me pregunto de que sirve el aumento de las penas si el sistema estatal para combatir el delito es obsoleto, carente de herramientas, deficiente y sin recursos suficientes. La respuesta es que sirve para hacernos creer a todos los ciudadanos que se está haciendo algo contra la inseguridad cuando en realidad no se está haciendo nada.
Pablo G. Salinas.
Abogado.
Profesor Adjunto de Derecho Penal.
Profesor por concurso de Historia Institucional.
Este documento ha sido publicado el 22abr04 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights |