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26sep05
El Gobierno analiza la situación del comandante de Gendarmería.
En el más completo hermetismo y sin que trascendiera hasta anoche ninguna decisión oficial, el presidente Néstor Kirchner evaluaba con el ministro del Interior, Aníbal Fernández, el futuro del jefe de la Gendarmería, Pedro Pasteris, luego de que se revelara su presunta participación en la desaparición de personas durante la dictadura militar, en la ciudad correntina de Paso de los Libres.
El secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, fue uno de los pocos funcionarios que rompió el silencio. Aunque aclaró que no iba a hablar del caso Pasteris "hasta no tener los hechos", reiteró la posición del Gobierno: "Toda actividad en la represión ilegal de miembros de las Fuerzas Armadas o de seguridad implica su separación", afirmó Duhalde a Clarín.
En tanto, fuentes de la Secretaría de Seguridad Interior —de la que depende la Gendarmería— declinaron hacer cualquier comentario, y derivaron la cuestión al ministro del Interior y al propio presidente Kirchner. También la Gendarmería se mantuvo en silencio.
De acuerdo con un informe exclusivo que Clarín publicó ayer, Pasteris —director nacional de la Gendarmería desde noviembre de 2004— estaba a cargo del puente internacional de Paso de los Libres entre 1980 y 1983, cuando al menos nueve personas fueron desaparecidas allí al intentar entrar o salir del país.
Como jefe de la "Sección Puente" del Escuadrón 7 que la Gendarmería tiene en Libres, Pasteris habría sido el encargado de supervisar a los gendarmes que detenían a las víctimas —previamente "marcadas" por personas que ya habían sido secuestradas— para entregárselas a personal del Ejército. En los nueve casos que investiga la Justicia correntina no hubo sobrevivientes.
La sospecha sobre el rol de Pasteris en la represión ilegal causó un fuerte impacto en el Gobierno, según pudo saber Clarín. Es que Pasteris es un "pingüino" por adopción: en los 90 estuvo destinado en Río Gallegos, donde trabó una estrecha relación con el hoy ministro de Planificación, Julio de Vido, vínculo que fue determinante en su elección como jefe de la fuerza. A poco de asumir, en julio de 2003, Kirchner intercedió por su promoción de comandante mayor a general. Al año siguiente, el Presidente removió a casi toda la cúpula de los gendarmes —12 de los 16 comandantes generales— y Pasteris asumió como número uno.
La causa judicial en la que Pasteris deberá explicar cuál era su papel ya era conocida por el ministro de Defensa, José Pampuro, quien le dijo a Clarín que "si bien no hay detenidos, hay involucrado personal retirado del Ejército en la investigación de esas desapariciones". Pero Pampuro dijo que no sabía que Pasteris estuviera siendo investigado.
Más temprano, en declaraciones reproducidas por varias agencias de noticias, Pampuro había dicho que "la Justicia lo está investigando. Espero que esto se aclare. Se va poniendo blanco sobre negro en estas situaciones". Sin embargo, aclaró que no sabía "mucho más de lo que dicen los diarios", aunque estimó que "es probable que en algún ámbito del Gobierno, la oficina de Derechos Humanos, esta causa pueda haber sido conocida".
Por su parte, el ex jefe del Ejército y actual embajador en Colombia, Martín Balza, quien podría ser investigado por su posible participación, deslindó toda responsabilidad en el secuestro y desaparición de nueve personas al decir que "no estoy involucrado en la causa, y no tengo ninguna imputación". Hace unas semanas, Balza se adelantó enviando al juez federal Juan Angel Oliva un texto para "aclarar hechos", donde alertaba que "podría existir una maniobra tendiente a implicarme".
En Paso de los Libres, Pasteris prestó servicios entre el 1ø de enero de 1980 y el 14 de enero de 1983. Hace sólo un año se descubrió en Libres un centro de detención clandestino que nunca había sido denunciado, "La Polaca", donde habrían sido llevadas unas 300 personas que no eran del lugar y estaban de paso.
Según el testimonio recogido por este diario de un ex gendarme que trabajó con Pasteris, "éste sabía muy bien lo que pasaba en el puente" y sus subordinados "ejecutaban las tareas" encargadas por la Inteligencia militar de detener y entregar a los señalados por los "marcadores".
[Fuente: Clarin, Bs As, 26sep05]
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