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15feb19
Solá Torino, exjuez salteño, dejó sin efecto la búsqueda
A diferencia del Chapo Guzmán mexicano, quien tuvo que llevar a cabo acciones de fuga complejas y sumamente arriesgadas, incluso estando en la cárcel, el Chapo salteño la hizo más fácil: coimeó a dos jueces federales de esta provincia para seguir gozando de la libertad.
El 4 de enero de 2003, a las 21, Farfán aprovechó una salida transitoria para fugarse. Cuatro días más tarde, el juez de feria, Ricardo Lona, ordenó su captura nacional e internacional, pero era tarde: el narco pasó tres años del otro lado de la frontera: en Tarija. José Antonio Solá Torino, juez de ejecución penal e integrante del Tribunal Oral Federal (TOF), dejó sin efecto el 24 de agosto de 2007 la búsqueda encargada a Interpol.
Al cabo de algunos meses el juez Solá Torino decidió reactivar el alerta rojo de Interpol, luego de recibir un llamado de atención, y la búsqueda se centró en Bolivia. Sin embargo, el salteño narco estaba oculto en Tucumán, desde donde viajó a Buenos Aires para renovar su pasaporte. El 16 de mayo de 2008 fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en Tucumán.
Mientras, el magistrado salteño también caía destituido por el Consejo de la Magistratura y después el TOF de esta provincia lo condenó a seis años de prisión por "cohecho pasivo agravado", es decir por cobrar coimas (15.000 pesos) el 8 de abril de 2016. En ese entonces el tribunal integrado por Carlos Jiménez Molina, María Noli y Marta Snopek le concedió la excarcelación el 2 de septiembre de 2010.
[Fuente: El Tribuno, Salta, 15feb19]
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