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25nov10
"Tuve la sensación de que íbamos a morir todos"
Se desarrolló la cuarta jornada del primer juicio por delitos de lesa humanidad en la capital de Mendoza. La actividad estuvo centrada en las declaraciones de Fernando Rule ex preso político que permaneció en prisión hasta 1982. El testigo, que pasó por el D2, habló de las torturas a las que fue sometido en ese centro de detención y precisó que las mujeres que estaban cautivas fueron violadas sistemáticamente
Cerca de las 10 de la mañana, se dio inicio a esta jornada con las declaraciones del primer testigo del proceso judicial, Fernando Rule, actualmente archivista de la orquesta sinfónica de Mendoza y que en el momento de su detención trabajaba como proyectista en el Centro de Arquitectura y era delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado.
Rule contó que cuando fue detenido, en febrero de 1976, tenía 21 años y que permaneció en el centro de detención del D2 (centro de información de la Policía) durante 22 días aproximadamente. Relató que un grupo comando compuesto por hombres con ametralladoras y encapuchados lo arrancó de su casa junto con Silvia Ontivero y el hijo de ella que en ese momento tenía 4 años. El operativo estaba comandado por "Fernando Da Rozas un civil que trabajaba para la Aeronáutica" explicó.
Respecto de este momento, Rule explicó que por esos años no había en la provincia una organización armada capaz de tomar una guarnición del ejército, sin embargo el mismo ejército llevaba a cabo "autoatentados" para instalar un clima de violencia que no era real.
En relación de su estancia en el centro de detención D2, contó que fue sistemáticamente golpeado, que la tortura pasaba, en momentos, por no dejarlos que dormir y que esto se lograba con una continuidad de sesiones de golpes con espacios muy cortos de descanso.
Fernando Rule también relató que a las personas que estaban cautivas en ese lugar se las sometía a sesiones de torturas, con picana, "submarinos" y otras formas de tormentos físicos y psicológicos. En este punto hizo deferencia entre el dolor y el terror, dijo que todo lo que físicamente se les hacía no se comparaban con las formas de ocasionar terror que tenían los torturadores y que esta consistía en hacerles saber "la impotencia de que pueden hacer con uno lo que quieran".
Fernando hizo hincapié en las incesantes violaciones a las que eran sometidas las mujeres que fueron secuestradas en ese lugar. Según explicó, "una mujer podía ser violada hasta 20 veces en un día". Agregó que además varias veces fue obligado a escuchar cómo violaban a su mujer.
Rule aseguró que en la sesión de picana a la que fue sometido durante su estadía en el D2, quien le hizo el interrogatorio fue Fernando Da Rozas, el mismo que había participado en su detención y que luego, en libertad, por razones laborales tuvo contacto.
Solicitado por el fiscal Dante Vega, Rule dio detalles sobre el régimen que tenían los cautivos en el D2, en este marco relató que permaneció "entre 5 ó 6 días sin tomar agua" y que esta aflicción lo llevó hasta el delirio, pero que hubo casos como el de Miguel Ángel Gil, que falleció, entre otras cosas, a causa de la deshidratación.
Seguidamente, contó que del D2 fue traslado a la Jefatura de Policía y de allí al penal de Bologne Sur Mer donde permaneció 7 meses y fue trasladado a la cárcel de La Plata donde permaneció, con un pequeño tiempo en el penal de Caseros, hasta noviembre de 1982.
Fernando Rule también mencionó que mientras estuvo en el penal provincial y cuando fue trasladado a La Plata tuvo en contacto con el escritor Antonio Di Benedetto, el titular del Partido Comunista Ángel Bustelo, Guillermo Martínez Agüero de la agrupación Montoneros, Marcos Garcetti dirigente gremial, Horacio Martínez Baca hijo del gobernador, que estaban "señalados con un distintivo azul"" y que se les propinaba palizas con más ímpetu que a los demás presos.
En el relato de Rule hubo denuncias a personas concretas como Fernando Da Rozas, que participaba como miembro de las fuerzas de seguridad, Carlos Rico, ex funcionario del gobierno de Jaque, que estaba entre la nómina de oficiales del D2 y fue señalado como "violador" y "golpeador". También relató que durante su reclusión fue visitado por hombres de la iglesia y también de la justicia, entre ellos un juez de apellido "Carrizo" que lo visitó en el D2, o el juez Petra, que en calidad de Defensor Pueblo lo fue a entrevistar al penal de La Plata, teniendo conocimiento absoluto de la situación.
Entre los testimonios a cerca de lo vivido en aquellos años, Fernando Rule, expresó que desde que recuperó la libertad hasta la actualidad, él y su familia no dejaron de recibir amenazas y mensajes intimidatorios.
[Fuente: Juan Pablo Rojas, Noticias Mendoza, Mendoza, Arg, 25nov10]
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