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06may06
Mataron a un niño en una desmedida represión policial.
Un chico de 14 años, que con otras personas juntaba carbón a la vera de las vías, sustraído de un tren de carga, murió de un disparo en el pecho luego de una violenta y desmedida represión policial.
En el mismo hecho, un bebé de un año y medio y otro adolescente de trece recibieron perdigones de goma que partieron de las Itakas de los efectivos que procuraban disuadir a varias decenas de personas que llevaban el carbón a sus casas.
Lo grave del hecho es que el adolescente muerto habría sido herido de muerte con una bala de plomo, según las primeras pericias.
Minutos después el fiscal de delitos especiales Luis Correa Llano dispuso que los seis policías que actuaron en el operativo fueran demorados y les secuestraron las armas que utilizaron en el hecho.
Decenas de familias del barrio Cuadro Estación de Perdriel expresaron indignación y bronca por lo ocurrido con los menores, pues dijeron que ninguno de los chicos estuvo robando carbón del tren.
"Son todos muy chicos y ni siquiera pueden treparse a los vagones. Son unos animales por lo que hicieron. Además le tiraron (los policías) a una mujer que tenía un bebé en los brazos y con la bala le fracturaron los deditos al niñito", dijo un vecino molesto por lo ocurrido a los menores.
Todo comenzó cuando se asomó por el lado sur de las vías una locomotora que tiraba diez vagones cargados, en la destilería de Luján de Cuyo, con carbón de coque.
A la altura de la estación de Perdriel la formación comenzó a disminuir su velocidad y se detuvo frente al barrio Cuadro Estación porque los vecinos habrían colocado un obstáculo.
En ese momento varias decenas de personas se treparon a los vagones y comenzaron a descargar al suelo las piedras de carbón.
Dos policías que iban en la formación, para evitar el robo de ese material trataron de evitar en vano que fuera sustraído el combustible.
Al verse desbordados, los efectivos pidieron refuerzos y a los minutos llegaron dos móviles policiales con seis agentes que comenzaron a reprimir a la gente que se estaba llevando el carbón.
La versión oficial dice que los uniformados fueron recibidos a piedrazos por la gente.
Lo concreto es que en el momento en que el tren retomó la marcha los seis policías que habían llegado avanzaron sobre las personas que juntaban el combustible, disparando sus armas.
En ese momento cayó herido al lado de la vía Mauro Morán, con un tiro en el pecho, y el otro chico de trece años también quedó tendido con un perdigonazo en la pierna.
Una familiar del chico Morán que estaba en el lugar con un bebé en brazos vio sangre en una mano de su hijo e inmediatamente corrió para esconderse de los tiros. Luego lo llevó para que lo atendieran en un centro asistencial. Después se supo que la perdigonada le fracturó tres deditos. El otro niño herido, Angel Sosa, de 13 años, fue atendido de una herida de perdigones en una pierna.
Después de la violenta represión la gente del barrio ahuyentó a piedrazos a los policías, que decidieron abandonar el lugar.
Los heridos fueron llevados por sus familiares y vecinos a diferentes centros asistenciales.
En varios sitios de Luján y también de Maipú es habitual que la gente de barrios humildes, por donde transita el tren con carbón de coque, robe algunas piedras de ese combustible que luego utilizan para calefaccionarse.
Tiempo atrás ocurrió un episodio de violencia que incluyó a gente del asentamiento del Bajo Luján, que detuvo el paso de la formación con carbón y sustrajo parte de la carga.
Ese día actuó la policía y se produjo un violento enfrentamiento, con piedras, por parte de la gente del Bajo y perdigones por el lado de la policía. A pesar de lo prolongado del episodio, por fortuna nadie salió lesionado.
En la mayoría de los casos la gente utiliza el carbón para calefaccionarse en época de invierno, aunque en otros casos venden ese combustible a siete pesos la bolsa.
Un proyectil de plomo
El fiscal de delitos complejos Luis Correa Llano, a cargo del esclarecimiento de la trágica represión, no descartó que la bala que mató a Mauro Morón fuera de plomo.
"Estamos investigando y hay una gran posibilidad de que sea un proyectil de plomo", dijo escuetamente ayer en el lugar del hecho.
También relató que secuestró en el terraplén de las vías varios cartuchos que habrían contenido perdigones de goma, aunque señaló que no halló ninguna vaina servida de pistola nueve milímetros.
El fiscal relató que seguirá tomando testimoniales para ahondar en la línea investigativa y en las próximas horas tomará algún tipo de medidas.
La versión oficial.
El comisario general Daniel González comentó anoche que hay dos versiones de lo ocurrido.
Una la dan los particulares que estuvieron presentes en este lamentable episodio y la otra es la que aportaron los policías que ahora está demorados.
Sobre esta última señaló que los efectivos contratados por América Latina Logística se vieron superados por la gente y pidieron refuerzos a la policía.
Explicó que los vecinos lograron detener el convoy, "tal vez rompiendo una manguera del circuito de frenos, que detuvo automáticamente la formación", manifestó González.
Dijo que los uniformados fueron atacados con piedras y terrones de carbón y en ese momento comenzaron a utilizar las armas largas antitumulto que disparan postas de goma. "Los policías nos manifestaron que en ningún momento usaron las armas con munición de guerra", puntualizó el uniformado.
"Fue un fusilamiento"
Para los familiares y vecinos de Mauro Morán lo ocurrido fue un fusilamiento.
"Cuando se fue el tren los mismos policías dejaron a la gente recoger el carbón y cuando todos se pusieron a levantarlo empezaron a tirar tiros", contó el papá del chico muerto.
Por otra parte, Oscar Bullones, vecino de la familia Morán, dijo que los policías tiraban en forma indiscriminada a toda la gente que estaba mirando lo que pasaba.
Puntualizó que ninguno de los chicos heridos y menos aún el bebé podían llegar a treparse a los vagones, "estaban mirando desde lejos y los policías los atacaron", finalizó amargado Bullones, quien subrayó que él personalmente ayudó a levantar a Mauro cuando estaba herido en el piso.
[Fuente: Ricardo Funez, Los Andes, Mendoza, 06may06]
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