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02abr12
Antisemitismo en Malvinas: la otra cara de la guerra
A 30 años del desembarco argentino en las Islas, se ilumina una nueva cara de la guerra: el antisemitismo en el ejército argentino, a partir de la investigación periodística que aporta Hernán Dobry en su libro Los rabinos de Malvinas. "La gran mayoría de los soldados judíos sufrieron el maltrato físico y verbal antisemita de parte de los sub-oficiales y oficiales", explica a INFOnews el autor durante una entrevista conjunta con el veterano Silvio Katz, en la que hablan del maltrato, la solidaridad y el olvido.
"Era un ejército nazi. En Malvinas cayó de paracaídas un sub-teniente: Eduardo Sergio Flores Ardoino. El tipo se peinaba como nazi, vestía como nazi, tenía la postura de nazi. Era su sentimiento", asegura Katz quien sufrió el maltrato desde la colimba hasta el día de la rendición en las Islas. "Uno hace memoria y recuerda la cara de felicidad cuando me torturaba a mí, que no era la misma que cuando torturaba a otro", narra.
"Uno no entiende cómo esta persona podía tomarme a mí como su torturado preferido, cómo me agregaba un plus siempre en todo", se pregunta.
La cruel dictadura militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983 tenía un plan sistemático de desaparición de personas, de asesinato de todos los considerados "subversivos". Sin embargo, el autor de Los rabinos de Malvinas asegura que "no había un plan sistemático de antisemitismo, era una cuestión personal de cada oficial". "El problema es que abundaba", remarca.
"Aparte de las torturas físicas estaban las psicológicas, que son de las que más me costó volver. Aparecía siempre el judío de mierda, judío cagón, judío traidor, judío hijo de puta…", recuerda Katz.
"Esta gente no se dio cuenta de que estaba en guerra, de que no estaban más en un regimiento y había que tirar todos para el mismo lado", apunta Dobry.
Al respecto, el veterano destaca que, de hecho, "en Malvinas se potenció el antisemitismo". "Hasta jugaban con esa posibilidad perversa de, si había combate, matarme a mí antes que a los ingleses. Yo llegué a sentir que la primera bala de esa persona iba a ser para mí", afirma el ex combatiente al recordar el trato que recibía de su superior.
Otro aspecto de la guerra, que como dice Dobry "saca lo mejor y lo peor de la gente", fue el trato entre los propios soldados. En este sentido, Katz destaca que "la solidaridad en los grupos era muy fuerte".
"El que saltaba por un judío era castigado como el judío. Pero cuando entraba en llanto y sentía que prefería morir que seguir ahí, tenía el apoyo de los otros soldados. Eso era lo que hizo que cuando pensaba las peores cosas dijera 'pero yo tengo amigos acá'", rememora el veterano.
Otro dolor contra el que tuvieron que luchar estos ex combatientes fue el olvido. No sólo el de la sociedad en general, sino también contra el olvido de la comunidad judía.
"Yo tuve dos batallas. Peleé por mi país y contra el descreimiento de que un veterano judío era argentino. Vuelvo y la religión me hace sentir que tampoco le interesa", explica Katz.
"La primera vez que fuimos a golpear la puerta de la DAIA, en noviembre pasado, nos ofrecen un libro de los 75 años de la institución. Yo me pongo a hojearlo y le digo: 'Venimos a reclamar porque no hicieron nada por Malvinas y me das un libro que ni siquiera menciona la Guerra'", relata.
Finalmente y luego de treinta años, el próximo 11 de abril estos ex combatientes tendrán un acto homenaje en la sede de la AMIA en el que se los reconocerá como veteranos judíos.
[Fuente: Por Ammiel Elia, Infonews, Bs As, 02abr12]
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