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18ene09
Iván Holjevac, hotelero croata al que se transfirienron 54 ilegalmente desde el Ministerio de Economía
Aventurero, desconfiado, exigente, de bajo perfil. Así definen al empresario croata Iván Holjevac algunos hombres que lo han conocido en este tiempo. Raro es la expresión más común que se escucha cuando se pregunta por el hotelero acusado de haberse quedado con los 54 millones de pesos del fraude al Ministerio de Economía.
Holjevac es el creador y dueño del exclusivo hotel Las Cumbres, de Punta del Este, pero no ha tenido una activa vida social en la península.
Tal vez porque después de un paro cardíaco que lo enfrentó con la muerte pasa gran parte del año viajando. Tenía 43 años y el diagnóstico médico fue contundente: sólo viviría hasta los 50. Hizo las valijas y, con su hijo Federico, se largó a recorrer el mundo en una camioneta Hummer.
"Soy arquitecto, medio tiempo abogado, hotelero y viajero apasionado. Casado, tres hijos y tres nietos, en la mayoría de los viajes mi esposa es mi acompañante. Recorro el mundo con mi propio vehículo", se describió Holjevac en Flickr, un sitio de Internet donde publicó fotos de sus aventuras. A los 66 años, dio dos veces la vuelta al mundo. En su primer periplo, en 1992, fue de Buenos Aires a Alaska y terminó en Europa. Después viajó por Rusia, Hungría, Bosnia, Kosovo, Croacia, Albania, Grecia y Turquía.
Cuando su nombre quedó asociado al escándalo de Economía, LA NACION lo contactó. Respondió con una nota que dice: "Lamento ser descortés con su pedido, pero a partir de una fiscalía de investigaciones administrativas que a mi entender usa los medios ya hay demasiada tinta y sinceramente no creo que en esta situación y etapa pueda aportar nada que ayude a esclarecer el caso".
Hijo de austríacos nacidos en Innsbruck, su pasaporte dice que es croata. Cuentan que Buenos Aires es el centro de sus negocios y que tiene oficinas en el Kavanagh.
En Punta del Este se comenta que es exigente con los que trabajan para él y que al exponer un proyecto parece más un soñador que un empresario. "Quiso construir el faro más alto del mundo y llegó a poner la piedra basal; yo le di la moneda que tiraron en el pozo como símbolo", recuerda un lugareño.
[Fuente: La Nación, Bs As, 18ene09]
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