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04sep16
Día del inmigrante
El 4 de setiembre se celebra en nuestro país el Día del Inmigrante. Tradicionalmente los inmigrantes fueron bien recibidos. Muchas de nuestras raíces están en esos orígenes. Hasta mediados del siglo pasado eran los "tanos", "gallegos", "turcos", "rusos", gringos; luego nuestro hermanos latinoamericanos.
Y en estos días nos encontramos frente a esta contradicción.
La creación por parte del Gobierno Nacional de un Centro de Detención de Migrantes, con la excusa de combatir la irregularidad es una medida preocupante, que atenta contra el principio expresado en nuestra Constitución Nacional, de que nuestro territorio esta abierto a todos los hombres que quieran habitarlo.
Es una manera de estigmatizar al extranjero que por algún motivo es indocumentado o no tiene toda la documentación correspondiente, presuponiendo algo malo.
Es sabido que muchos de nuestros abuelos ingresaron a nuestro país de manera ilegal, lo cual no los convertía en delincuentes.
Es público que los avatares de la migración hacen que los papeles de identidad puedan extraviarse o ser presa de bandas de malhechores, que aprovechándose la situación de indefensión que muchos de esos viajeros tienen, les secuestren la documentación para utilizarlos como esclavos laborales o sexuales en lo que se califica "trata de personas".
Es conocido que muchos de los inmigrantes ilegales han llegado al país engañados o que nadie les reclamó nada cuando fueron necesarios como mano de obra barata o poco capacitada en labores rurales, talleres textiles clandestinos, prostitución u otros trabajos -casi siempre poco calificados-, siendo víctimas de una verdadera explotación.
Existe toda una legislación tanto nacional como internacional, de organismos como la ONU, el MERCOSUR y otros que protegen los derechos de los migrantes, sin tener necesidad de achacarles la sospecha de delito alguno.
Esta nueva medida representa un peligroso retroceso al pasado en Argentina. La Ley 25.871 y su decreto reglamentario 616/2010 establecieron otro modelo migratorio desde el 2004. Con anterioridad, las leyes migratorias argentinas limitaban las posibilidades de regularización migratoria, generando situaciones de violaciones a los derechos humanos como detención, separación de familias, expulsión sin orden judicial, negación de derechos sociales y otras acciones negativas, especialmente sobre migrantes pobres y en general provenientes de Latinoamérica.
Con la nueva legislación, los nuevos instrumentos instituyeron una regla que debe guiar la acción de las autoridades en términos migratorios: a) la condición de irregularidad en términos migratorios de una persona no puede ser vista nunca como un problema de seguridad, sino que es una cuestión clave para el reconocimiento y ejercicio de los derechos por la población migrante; b) la regularización de todos los migrantes que se encuentren en el territorio argentino.
Hubo en nuestro país una legislación que expulsaba extranjeros: la Ley Nº 4144 de Residencia o Ley Cané, sancionada en 1902 y vigente hasta 1958, permitía y habilitaba al gobierno a expulsar a inmigrantes sin juicio previo; fue utilizada discrecionalmente por sucesivas administraciones nacionales para reprimir la organización sindical trabajadora.
No volvamos al pasado.
Buenos Aires, 04 de septiembre de 2016
Horestein Marcelo, Secretario y Prof. Daniel Silber, Presidente
Idisher Cultur Farband - Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina
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