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26jun12
Muere Sánchez Sorondo representante del pensamiento fascista católico en Argentina
El último sábado 23, a los 99 años, falleció la última figura del nacionalismo católico argentino, Marcelo Sánchez Sorondo.
Nacido en la calle Florida, enfrente a la entonces sede del Jockey Club, hijo de un prominente ministro de la dictadura del general Uriburu en los años '30, es por esa década en la que, ya recibido de abogado, su búsqueda nacionalista lo acercó a la admiración del proceso mussoliniano y también del franquismo, de cuyo acceso al poder durante la Guerra Civil Española, Sánchez Sorondo dio cuenta desde el frente de batalla con sus crónicas para La Nación .
En la década del '40, acompañó con ilusión la facción nacionalista del GOU que tomó el poder en la Argentina en 1943, pero el General Perón, poco antes de la caída de Berlín, advirtió que el horizonte nacionalista era demasiado estrecho para la empresa política que se proponía. Sánchez Sorondo fue naturalmente crítico de ese primer peronismo y en los días de enfrentamiento más aciago, en los que se avizoraba el final violento de ese proceso, fue uno de los líderes de los grupos católicos que "defendían la Catedral" frente a "la amenaza del peronismo" . Fue detenido y encarcelado.
La ilusión por la Revolución Libertadora le duró pocos meses. Hasta el golpe interno del general Pedro Aramburu. Ya como una voz de influencia en el amplio espectro nacionalista, que no desdeñaba rasgos antisemitas , consideraba que esa inspiración política y cultural había desaparecido del programa de un gobierno militar cada vez más volcado hacia la vocación liberal y la consecuente "dependencia económica".
Su intransigencia motivó la creación del semanario " Azul y Blanco ", de notable divulgación -superaría los cien mil ejemplares- , y de la editorial Sigla, que lo ubicó como un mentor del periodismo político contestatario. Receptor de textos críticos a la Libertadora, editó por primera vez "Operación Masacre" de Rodolfo Walsh, quien también escribiría sobre la revolución cubana en las páginas de "Azul y Blanco".
Con el golpe de Estado del general Onganía le sucedería el mismo proceso de ilusión-desilusión que con Aramburu: apoyo y luego crítica; y una vez más, su estudio jurídico de la calle Charcas y su mesa del bar "Castelar", de Esmeralda y Córdoba, en el mismo ámbito donde se fusionaba con Arturo Jauretche , representaría un faro para una nueva generación -entre ellos, los hermanos Fernando y Juan Manuel Abal Medina- que crecían ya menos atentos a Primo de Rivera y con el oído puesto en las grabaciones de Perón que llegaban de Madrid. Desde fines de los '60, Sánchez Sorondo fue parcialmente permeable al mundo de sus antiguos enemigos.
Justamente Perón lo escogió para enfrentar al radical Fernando De la Rúa por la senaduría de la Capital en 1973, en la única batalla electoral que libró en su vida.
Y la perdió. "Los nacionalistas son piantavotos", resumiría Perón. Sánchez Sorondo en sus "Memorias" reflexionaría: "no teníamos ideas claras de la política como método para alcanzar el poder" . Sus restos descansan en La Recoleta.
[Fuente: Por Marcelo Larraqui, Clarín, Bs As, 26jun12]
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