EQUIPO NIZKOR |
|
21dic07
Murió el ex Cnel Santiago Hoya un día y medio después de haber sido condenado
El represor Santiago Hoya, condenado el martes a 25 años de prisión por crímenes de la dictadura, apareció muerto ayer a la mañana en el Hospital Militar Central, según reveló ayer una alta fuente militar y confirmaron fuentes judiciales. Hoya murió de "un ataque al corazón" y el juez federal Ariel Lijo ordenó la realización de una autopsia para determinar qué lo pudo haber generado.
"No había olor a almendras amargas", dijo a Clarín una alta fuente militar. Es que ese olor es el que emanó del cadáver del represor Héctor Febres, envenenado con cianuro y hallado muerto hace una semana y media en dependencias de la Prefectura en el Tigre. Aunque las fuentes atribuyeron el deceso a una aparente muerte natural, ayer había inquietud en el Ejército.
Hoya tenía 83 años y hasta la semana pasada cumplía su prisión preventiva en su casa del barrio Alfar de Mar del Plata, donde la custodia estaba a cargo de su hijo. La semana pasada había sido trasladado a Buenos Aires, para que el juez Lijo pudiera verlo personalmente y hacer la denominada "audiencia de conocimiento", prevista por el viejo código de procedimiento penal, antes de dictar sentencia, lo que ocurrió el martes.
El ex coronel de Inteligencia del Ejército aprovechó su presencia en Buenos Aires para hacerse unos estudios médicos y pidió ser internado en el Hospital Militar, según dijeron ayer fuentes judiciales. Allí se encontraba alojado desde el jueves pasado.
De acuerdo con las fuentes consultadas por Clarín, Hoya padecía de problemas renales -por lo que tenía que usar pañales- y cardíacos, con presión alta. De hecho, su estado de salud le impidió concurrir a escuchar la sentencia el martes en el Palacio de Justicia.
A diferencia de Febres -que murió cuatro días antes del veredicto judicial-, Hoya sí llegó a ser condenado por los delitos de asociación ilícita, privación ilegal de la libertad, tormentos y reducción a la servidumbre respecto de seis guerrilleros montoneros que regresaron al país para la denominada "contraofensiva" de 1980. Cinco de ellos permanecen desaparecidos.
Nacido en Cruz del Eje, Córdoba, el represor estaba retirado del Ejército cuando la dictadura lo convocó para trabajar en Inteligencia. En ese rol, integró el Batallón 601, con el que llegó a viajar a Centroamérica para asistir a los contras nicaragüenses, aún mientras mantenían cautivas a sus víctimas. "El grupo de Hoya se turnaba para ir una vez por semana", llegó a declarar la única sobreviviente de este grupo de montoneros, Silvia Tolchinsky.
Apodado "Pancho" y "Villegas", "todos le tenían pánico a Hoya", según dijo Tolchinsky en su última declaración indagatoria, tomada por el propio juez en agosto último en Madrid, donde ella reside.
La semana pasada, Hoya fue a Tribunales ayudado por un bastón. Una autopsia determinará ahora si su muerte se debió a causas naturales.
[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 21dic07]
This document has been published on 23Dec07 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |