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29dic12
Recuperaron a un menor de 12 años que era esclavizado
Un menor fue recuperado y devuelto a su hogar por la cónsul argentina en Villazón, Reina Sotillo, después de una ardua búsqueda, según informaron fuentes fidedignas.
Se trata de un chico de unos 12 años, y la madre y familiares, personas humildes con domicilio en el área dispersa del sur potosino, colindante con la frontera argentina, solicitaron ayuda al Consulado debido a que no tenían comunicación con el chico desde que fuera llevado por una persona, que aseguró conocer a su familia domiciliada en Buenos Aires. Era para que trabajara en un negocio pocas horas, que se le iba a pagar, y estudiara.
Se supo que el niño no cruzó la frontera de forma legal ni por pasos regulares. Luego de 11 meses, ante la angustia familiar de no conocer detalles de su vida, el Consulado dirigió cartas, pedidos, efectuó llamadas, solicitó ayuda de los organismos e instituciones competentes como así también personas que pudieran aportar algún dato del menor. Lo hizo a diario, junto a la familia, tratando de localizarlo de todas formas.
El chico fue detectado en una situación dolorosa y el Ministerio de Desarrollo Social le brindó una ayuda valiosa. La funcionaria actuó para lograr la documentación inmediata de la madre y todo lo necesario para el traslado del niño desde donde se hallaba.También buscó la ayuda de vecinos y organizaciones de base que cuidaran a los hermanos de corta edad en territorio boliviano, además miembros del Consulado visitaron varias veces a los familiares y les proveyera la ayuda que corresponde.
Trabajo sin descanso
El chico, hijo de argentinos, volvió con su madre, pero signado por maltratos indecibles, ya que realizó un trabajo que insumía mucho esfuerzo sin recibir comidas, sin descansar lo necesario ni tener atención en salud, que estaba en peligro, de acuerdo a lo que se informó.
La cónsul Sotillo se limitó a agradecer a Gendarmería, a la Policía provincial y federal, Justicia, Defensorías, Desarrollo Social, al embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, a los gobiernos argentino y boliviano, "cuyo compromiso concreto es el motor para asistir en este caso y en otros igualmente dolorosos", sostuvo.
Por otra parte añadió: "no hay explicación para comprender el salvajismo criminal de los que se llevan personas en forma irregular y los maltratan, especialmente niños, niñas y adolescentes, convirtiéndolos en objetos para ganar dinero. Lo que sí se explica es que los antisociales eligen a sus víctimas, por su buena salud, inocencia, y pertenencia a una familia numerosa y humilde; cuanto más vulnerable es la víctima elegida, más interés pareciera suscitar a los captores, que les aseguran engañosamente una vida mejo", enfatizó.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la sumisión a trabajos forzosos o esclavismo victimiza a más de 12 millones de personas en todo el planeta, que fueron cooptadas durante años.
Los principales perjudicados son niños, niñas, adolescentes e inmigrantes. Se los retiene en talleres o lugares de producción agrícola sin compensación o con una paga insignificante. En muchas ocasiones se los ubica en lugares muy distantes de sus centros de vida, por lo cual es difícil que se comuniquen o que sean prontamente encontrados. Todos, autoridades, docentes, personas comunes, están obligadas a ayudar, a brindar información, a tender la mano, porque cada uno son "presas potenciales" de este tipo de delitos.
[Fuente: El Siglo, Tucumán, 29dic12]
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