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02ene14
Las contradiciones entre el Echegariay procesista y el que dirige la AFIP
Frente a la revelación de que el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, pasó Año Nuevo en un lujoso hotel carioca que llega a costar US$ 1.000 la noche, muchos se preguntarán cómo consiguió los billetes verdes para afrontar ese lujoso gasto, ya que la propia AFIP impide desde hace un par de años acceder normalmente a la divisa. Pero no es eso lo que hoy habría que interrogarse.
Las contradicciones entre lo que Echegaray dice y hace son enormes y vienen desde hace mucho. En sus tiempos de universitario, esta figura clave del Gobierno nacional y popular defendía a Videla y a otros represores, mientras militaba para el liberalismo de Alvaro Alsogaray. ¿Cómo convive bajo el mismo paraguas con muchas Madres de Plaza de Mayo? Tampoco es esa hoy la pregunta más importante.
¿Cómo puede pasar que quien desde la Aduana traba el ingreso de muchos productos importados haya regalado a su hija un costoso Audi fabricado en el exterior? Otro interrogante válido, pero no el más importante en este momento.
¿Es posible que quien debe combatir la informalidad y la evasión haya montado una empresa con testaferros? El feed lot Hacienda Argentina SA, que operó en Punta Alta e iba a cobrar subsidios de la ex ONCCA, tenía como domicilio legal un departamento porteño que el titular de la AFIP reconoce como de su propiedad.
Tampoco ese es hoy el enigma a responder.
Echegaray llegó a la AFIP en 2009 y puso en marcha el primer blanqueo de capitales lanzado por la gestión K: pedía a los argentinos que traigan sus dólares depositados en el exterior. ¿Por qué entonces él se compró una casa de unos 300.000 dólares en Punta del Este para veranear con su familia? Tampoco eso es hoy lo importante.
La pregunta clave es ¿qué fue lo que molestó tanto a Echegaray y su entorno como para agredir de semejante modo a un grupo de periodistas que habían detectado su presencia en Río de Janeiro?
¿Por qué el funcionario permaneció impávido mirando la golpiza?
Entre los agresores figuraban tres socios de la empresa LW Logística y Cargas SA, creada en 2007 y que maneja dos enormes depósitos fiscales (es decir, habilitados por la Aduana), incluso dentro del Mercado Central. Jorge Omar Lambiris, alias "El Uruguayo" por tener esa nacionalidad, y su hijo Mauricio, piloto de coches de carrera, fueron reconocidos por los propios periodistas agredidos. Sandra Pizzani sacaba fotos con su celular e incluso bromeaba con el periodista que estaba siendo golpeado. "Saliste lindo", le dijo.
¿Quién es el misterioso uruguayo? ¿Por qué estos empresarios claramente vinculados a operaciones de comercio exterior compartieron cuatro días en un hotel paradisíaco de Río de Janeiro con el funcionario que tiene nada menos que la función de controlarlos? ¿Y quién pagó el viaje? ¿Fue Echegaray con su abultado sueldo?
¿O habrá sido un regalo de estos empresarios?
No son pocas los despachantes de aduana que identifican a Lambiris Vilche como uno de los " mejores caminos para llegar al titular de la AFIP", máximo responsable también de la Aduana. A este empresario, precisó una fuente, "Echegaray le dio depósitos fiscales y luz verde para el manejo de las Declaraciones Juradas de Importación (DJAIS)".
Lambiris y su hijo forman parte de otras empresas: L&L Mandatos y Negocios, Internacional Carga y Establecimiento Mocho, dedicado al rubro agropecuario. También tienen una sociedad en Miami, llamada Art Ech 210 LLC. Nació en 2009, cuando Echegaray se hacía fuerte en la AFIP. Nada alcanza todavía para confirmar el vínculo entre el empresario y el funcionario, más allá de esta visible e incómodo veraneo compartido. Pero no parece lejano el momento en que el periodismo lo pueda comprobar. Si no le pegan antes, claro.
[Fuente: Por Matías Longoni, Clarín, Bs As, 02ene14]
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