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20mar14
Apoyo de Francia a la negociación argentina ante el Club de París
La presidenta agradeció y puso énfasis en lo que estaba diciendo. Levantó un poco el volumen de su voz, quería dejar bien claro el reconocimiento. "Quiero agradecer muy especialmente la decisión del gobierno de la República de Francia de concurrir como amicus curiae frente a la Corte de los Estados Unidos, en el reclamo de un pequeñísimo grupo de deudores denominados holdouts, a los que se conoce con el nombre de fondos buitres", destacó Cristina Fernández.
"También agradecemos la decisión de apoyar firmemente nuestras negociaciones con el Club de París, que han sido ya comunicadas al gobierno argentino y se iniciarán el día 28 de mayo", agregó desde el micrófono del atril. En la parte exterior de la tarima, frente al auditorio que ocupaban las sillas del Salón Napoleón III, un pequeño cartel mostraba las banderas de Argentina y Francia junto a la fecha escrita en español (París, miércoles 19 de marzo de 2014).
En el atril de al lado, que ocupaba el presidente François Hollande, se podía leer la misma frase, en un cartel idéntico, pero escrita en francés. Los pequeños detalles que tanto gustan a los nacidos en la tierra de la mítica Revolución, junto a las (meditadas) palabras en público del anfitrión y su invitada, mostraron que la Argentina tiene en el gobierno de Francia a un socio cercano que busca ayudar. "Francia quiere que Argentina pueda salir de sus trances financieros", aseguró Hollande.
El mandatario francés se encargó de aclarar que la colaboración de su país tenía, además, motivos económicos. "Es el interés de la Argentina, pero también es nuestro interés, para que haya aun más comercio entre ambos países. Se trata del tercer socio comercial de Francia en América del Sur. Francia tiene un excelente superávit con Argentina", manifestó. La presidenta, de todas formas, le reconoció al gobierno galo su rol más amigable.
Con Hollande en el gobierno, Francia asumió la tarea de moderar ciertos posicionamientos adversos ante la Argentina que existen en otros países de la Unión Europea. Eso explica por qué la administración socialista colaboró con la apertura de la negociación para saldar la deuda con el Club de París. Con lógica similar a la de su par francés, la presidenta mencionó la cifra del superávit que obtiene Francia de la relación comercial entre ambos países (1600 millones de dólares) y explicó que sólo con el crecimiento económico de los últimos diez años en la Argentina se puede entender cómo un país emergente aporta tanto a los ingresos de un país desarrollado, una de las economías más dinámicas. "En el año 2003 la relación comercial era de apenas 300 millones de dólares", contó.
El cruce de agradecimientos y expresiones de apoyo se produjo en la declaración conjunta a la prensa, luego del almuerzo. La jornada había comenzado apenas pasadas las 13 hora local (9 de la Argentina), cuando el auto oficial de la presidenta ingresó al patio interno del Palacio Elíseo, con suelo de gravillas (pequeñas piedras, en francés graviet), porque la bota ortopédica con la férula para el tratamiento del esguince de tobillo le impide caminar mucho, sobre todo en superficies irregulares. Hollande la esperaba en la puerta principal del famoso edificio del VIII distrito de París, sobre la calle Faubourg Saint-Honoré.
En el patio de honor la recibió, como en el Museo Des Invalides del día anterior, la banda musical y tres batallones de la Guardia Republicana, el regimiento que custodia al presidente. Tras los saludos y las fotos que registraron el momento, Cristina -vestida de gris a cuadritos- y Hollande se dirigieron al almuerzo. En la comida los acompañaron funcionarios de ambas delegaciones: junto a Hollande estuvieron los ministros Pierre Moscovici (Economía) y Aurélie Filippetti (Cultura) más el canciller Laurent Fabius. Con CFK se sentaron el canciller Héctor Timerman y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro.
En las últimas horas de la tarde, Timerman y Fabius volvieron a encontrarse, esta vez solos, para analizar en privado detalles de la agenda diplomática común.
Tras el almuerzo en privado, llegó el momento de las declaraciones públicas. Unos 20 periodistas franceses más unos diez argentinos, entre ellos Tiempo Argentino, esperaban en el Salón Nicolás III, de techo con bóvedas y arcos, molduras revestidas de oro, pesados cortinados de rojo y un escudo con las letras R y F -por République Française- que se repetía en las paredes, como un sello.
El primero en hablar fue Hollande. Tras destacar las raíces culturales del lazo bilateral (recordó la visita de Charles De Gaulle a Buenos Aires en 1964, de la que en octubre se cumplen 50 años), el mandatario francés dijo que ambos países tienen "una relación económica intensa", y enumeró las potencialidades de Argentina: "Energía, medicina, nuevas tecnologías, es un gran país científico", evaluó. Luego subrayó que Francia quiere que la Argentina supere las dificultades financieras: sin nombrarlas, se refería a la negociación con el Club de París y el juicio entablado por el fondo buitre que controla Paul Singer y otros holdouts que representan al 7% de los bonistas.
El discurso de Hollande fue breve. No se explayó en los temas que fue mencionando. Sólo dejó en claro que las gestiones y los respaldos de Francia a la Argentina estaban motivados, también, por la intención de sostener el intercambio comercial. "Nosotros vamos a apoyar los trámites necesarios, porque eso responde a nuestros intereses", afirmó. La presidenta escuchó con atención -en el salón circularon los audífonos con traducción simultánea- mientras Hollande comentaba que había conversado con ella sobre "Rusia, Líbano, Siria y Ucrania", países que representan preocupaciones prioritarias de la política exterior francesa.
Luego llegó el turno del discurso de CFK, quien comenzó con otro agradecimiento para el anfitrión: le agradeció porque la Argentina haya sido elegida país invitado de honor en la inauguración del Salón del Libro, que tendrá lugar hoy y en el que la presidenta hará una disertación. "Los holdouts pretenden tumbar el acuerdo de deuda soberana más importante del mundo", fue su advertencia más fuerte. Era otro llamado a mantener la solidaridad francesa en ese litigio, algo que parece garantizado.
[Fuente: Tiempo Argentino, Bs As, 20mar14]
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