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17sep14
Dura advertencia de la Argentina a encargado de negocios de EE UU
La relación diplomática con Estados Unidos sumó ayer un episodio poco frecuente para la historia de la política exterior argentina. El canciller Héctor Timerman citó al encargado de negocios estadounidense en Buenos Aires, Kevin Sullivan, máxima autoridad de Washington en el país al no haber un embajador con pliego aprobado por el Senado de Estados Unidos, para transmitirle el "profundo malestar" y el "enérgico rechazo" que causaron sus declaraciones públicas al diario Clarín, en las que Sullivan se había referido a los pagos a los bonistas que aceptaron el canje por parte de la Argentina y a la reciente aprobación en las Naciones Unidas, con 124 países a favor, de una Convención para la reestructuración de las deudas soberanas.
El tono del diálogo entre Timerman y Sullivan se reprodujo luego en el comunicado difundido por la Cancillería, en el que se advirtió a Estados Unidos que si sus representantes repetían "este tipo de intromisiones en los asuntos internos" en el corto plazo, la Argentina adoptaría "las más severas medidas" que rigen las relaciones entre los países: la expulsión de embajadores o representantes.
El nuevo cortocircuito entre la Argentina y Estados Unidos, causado por las declaraciones que Sullivan realizó al periodista Ezequiel Burgo de Clarín, profundizó aún más el enfriamiento de la relación diplomática entre ambos países, un proceso que comenzó a ser visible y a escalar tras la decisión de la Corte Suprema estadounidense de no intervenir en el juicio entre la Argentina y los fondos buitre que tramita en el juzgado de Thomas Griesa.
Ayer, ante el encargado de negocios estadounidense, Timerman se quejó por lo que consideró "declaraciones impropias" del representante de la Embajada (como se lo llama en el ambiente político) en Buenos Aires.
En su respuesta a Sullivan, el canciller hizo una serie de aclaraciones sobre temas que, según se desprende de los dichos del primero, habían sido ignorados por el visitante estadounidense. Timerman observó que la Argentina viene pagando "en tiempo y forma, y en las condiciones acordadas en 2005 y 2010" todos los vencimientos de la deuda reestructurada, que implican el 92,4% del total de los acreedores. También aseguró que el país "seguirá pagando" sus compromisos, como el bono Par que vence el 30 de septiembre y que será cancelado en pocos días, utilizando la alternativa creada por la ley de Pago Soberano Local (ley 26.984). De ese modo, el canciller se propuso desmentir uno de los conceptos vertidos por Sullivan, que dio por hecho que la Argentina se encuentra en default.
El titular del Palacio San Martín recordó además que el propio gobierno estadounidense, al presentarse como amicus curiae de la Argentina en abril de 2012, alertó sobre las consecuencias que tendría una interpretación forzada de la cláusula de pari passu. "Puede permitir que un solo acreedor frustre la implementación de un plan de reestructuración con apoyo internacional", fueron las palabras utilizadas por Estados Unidos en aquella presentación.
Entre sus definiciones, Timerman incluyó una referencia a la situación puntual que mantiene la Argentina con sus acreedores estadounidenses, mencionando en particular al gobierno norteamericano que, como se sabe, forma parte del Club de París. "La Argentina no tiene deudas en cesación de pagos con EE UU ni con ningún otro país", subrayó el comunicado de la Cancillería, en cuya redacción tuvo especial injerencia el propio ministro.
Para justificar esa definición, el canciller puso como ejemplo el acuerdo que firmó la Argentina con los países que integran el Club de París, con los que concertó un plan de pagos cuya primera cuota -por 642 millones de dólares- se abonó el 30 de julio. De hecho, tanto la negociación exitosa con el Club de París, como el pago de juicios perdidos contra empresas estadounidenses que habían recurrido al CIADI (tribunal de arreglo de diferencias relativas a inversiones del Banco Mundial), más el acuerdo alcanzado con los españoles de Repsol por la expropiación del 51% de las acciones de YPF, habían alimentado las expectativas oficiales de que la Argentina regresaría a los mercados financieros para colocar deuda a tasas razonables.
Esa expectativa se vio frustrada por la decisión de la Corte Suprema estadounidense de no tomar el caso en el que litigan la Argentina y el fondo especulativo NML Elliot, del multimillonario Paul Singer. Desde el gobierno estadounidense (demócrata) esgrimieron el clásico principio de la independencia de poderes, propio del sistema republicano, para negar cualquier influencia sobre la resolución del máximo tribunal (con predominio republicano).
Sin embargo, la administración de Barack Obama tuvo a su disposición algunas alternativas legales -como la cláusula de separación de poderes, prevista en la Constitución- para evitar que la sentencia de Griesa quedara firme antes de que venciera el plazo de la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers). Obama no recurrió a esa cláusula constitucional.
En el diálogo con el delegado de la Casa Blanca en la Argentina, Timerman remarcó que la Argentina tiene disposición de pago al 100% de los acreedores (lo que incluye a holdouts y, también, a fondos buitre), en las mismas condiciones del 92,4% que aceptó el canje, y que por eso se decidió abrir una cuenta especial de Nación Fideicomisos en el Banco Central.
En esa cuenta se depositará el dinero correspondiente a los títulos de deuda no reestructurados, con la misma quita que al resto de los acreedores. En ese mismo párrafo, el canciller aseguró que la imposibilidad de cobrar el dinero depositado por la Argentina (el bono Discount, cuyo pago vencía a finales de junio) es responsabilidad de la "incumplible sentencia" del juez Griesa.
Por último, como consta en el último punto del comunicado difundido por la Cancillería, el titular del Palacio San Martín cuestionó en duros términos a los Estados Unidos por no aceptar la competencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya "para dirimir las responsabilidades por el daño ocasionado por su Poder Judicial" a naciones independientes, con inmunidades soberanas, como la Argentina.
También críticó que Washington haya boicoteado la votación para crear un nuevo marco regulatorio para las reestructuraciones de deuda soberanas. El verbo utilizado en ese mismo apartado por el comunicado oficial de la Cancillería resume el estado de la relación entre la Casa Rosada y la Casa Blanca. El vocablo elegido, poco habitual en la jerga diplomática, fue "deplorar". "La Argentina deplora que (EE UU) durante las negociaciones no haya tenido una actitud cooperativa", decía el texto.
Griesa recibe a las partes mañana
Mañana a las 15, hora de Nueva York, tendrá lugar la audiencia ante la Cámara de Apelaciones de ese distrito pedida por el Citibank Argentina, en respuesta a la orden del juez Thomas Griesa de permitir a la entidad bancaria realizar el pago de los intereses de los bonos reestructurados argentinos "por única vez".
Al encuentro acudirán los abogados del banco, de los fondos buitre y de la Argentina. Fuentes del Ministerio de Economía negaron la asistencia de funcionarios de gobierno.
El 30 de septiembre se realiza el pago de los bonos Par, por lo que el Citibank deberá contar con el permiso de Griesa para distribuir los fondos, o el dinero no podrá llegar a los bonistas. Los argumentos que esgrime el banco ante la Cámara de Apelaciones son que los títulos están bajo ley argentina, que algunos son indistinguibles de otras series que no proceden del canje, y que la firma podría enfrentar sanciones por parte de la Argentina si no cumple con su mandato de pagarle a los acreedores. En la audiencia del miércoles pasado, Griesa resolvió esperar hasta que la Cámara de Apelaciones dictamine.
[Fuente: Por Martín Piqué, Infonews, Bs As, 17sep14]
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