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21jul10
Juicio a represores en San Rafael: emotivo relato de una víctima de la última dictadura
El médico Armando Dauverné, actualmente director del hospital Schestakow, brindó un relato crudo y preciso sobre cómo operó el aparato represivo de la época. Dijo que su padre pudo ver que una de las personas que lo torturaban era su amigo y con quien compartía asados, José Labarta, uno de los imputados.
El médico Armando Dauverné estaba de guardia el 4 de abril de 1976 en el entonces Sanatorio Mitre. Como todas las noches al salir de trabajar se dirigió a la casa de sus padres donde vio un operativo encabezado por militares acompañados de Policía de Mendoza. "Como no tenía nada que ocultar", preguntó qué pasaba. Al identificarse como el hijo de la pareja que vivía allí -y que había ido al cine- tanto militares como policías lo molieron a palos, al punto de que una vecina se asomó desde un balcón y le gritaba a las "fuerzas de seguridad" que por favor no le pegaran más.
Los efectivos ingresaron a la vivienda y fueron directamente hacia la habitación de la hermana del médico, donde de una cómoda, en el segundo cajón extrajeron un álbum de fotografías de un casamiento y de él una foto donde se veía a la familia con una mujer llamada Susana Sanz (sabían con perfecta precisión dónde encontrar aquella imagen).
Esperaron que llegaran sus padres y cuando lo hicieron actuaron también con mucha violencia sobre la pareja. Al padre se lo llevaron detenido y a la madre le dieron una especie de prisión domiciliaria. Ingresó a la vivienda el entonces Teniente Guevara que se identificó como "a cargo del operativo" (este hombre ya fue señalado al mando del operativo en que detuvieron al desaparecido Tripiana).
Guevara fue el único que lo trató "con cortesía". Le dijo que preparara un colchón para llevarle al padre a la Departamental. Se le indicó que debía llevarle comida también durante el tiempo que estuviera detenido.
A la hermana y al cuñado de Dauverné los detuvieron también. En varias ocasiones lo maltrataron verbal, física y psicológicamente al médico. Lo amenazaban con matar al padre, violar a su hermana y desaparecer a su cuñado. En uno de los muchos allanamientos que le hicieron en su casa lo golpearon tanto y lo amenazaron de muerte en tantas ocasiones, que Dauverné les dijo a los agresores "por favor, si me matan no lo hagan delante de mis hijos y de mi señora".
Permanentemente les preguntaban dónde estaba Susana Sanz porque era señalada como subversiva marxista. En realidad los Dauverné no tenían idea de dónde estaba esa mujer (que estaba en España exiliada).
Al padre del testigo, durante una golpiza muy fuerte, se le corrió la venda de los ojos y pudo ver a los agresores (que se trataban de amigos suyos). Uno de ellos, Fierro, ya murió. El otro es uno de los imputados, José Labarta. Este último concurría frecuentemente a un taller del padre de Dauverné. Si bien su hijo le dijo en varias oportunidades que no confiara en Fierro y en Labarta porque eran policías de investigaciones, él no le hizo caso. Al recordar estos hechos el médico dijo "a Labarta me gustaría encontrarlo en la calle sólo".
Al no saber dónde se encontraba su hermana y su cuñado, el testigo fue a ver al entonces Obispo de San Rafael (fallecido), Monseñor Kruk que se limitó a decirle "si su hermana está presa por algo será". Recurrió también a la justicia, donde hicieron caso omiso de los pedidos del médico. "Los jueces sabían lo que pasaba pero eran todos cómplices. Nadie de ellos hizo nada a favor de la gente que estaba siendo torturada", dijo.
Varias veces durante su relato, Dauverné tuvo que tomar agua y quedar algunos segundos en silencio ya que la emoción de recordar esa dura época pudo con él. Contó que en aquellos años muchos de sus amigos lo discriminaban a él y su familia por miedo. Les corrían la cara o cruzaban a la vereda de en frente si los veían por la calle. "Pensaban que dar un abrazo o un beso los podría hacer cómplices".
Este testigo puede que sea fundamental para el desarrollo del juicio ya que su relato dejó nombres y lugares que pueden sumar a la causa. Dijo que Ruiz Soppe estuvo en todos los allanamientos que le hicieron y que era muy violento y autoritario. Si bien recientemente el testigo Carlos Alfredo Ceferino Loyola (hijo de ex comisario) lo negó, Armando Dauverné asegura que en cuatro oportunidades esa persona se le acercó en la playa de la Municipalidad y le dijo que "los desaparecidos están enterrados en una mina de yeso en Malargüe". El médico agregó que está dispuesto a hacer un careo con Loyola para esclarecer el hecho. Señaló al periodista Edgar Martín Ferreira (de LV4) como integrante de la SIDE.
El imputado Mussere ya fue señalado por otros testigos como "captor y torturador". Al respecto Dauverné dijo "a mí me hizo sentir una rata cuando me pegaba. Eran cobardes". El presidente del tribunal, Roberto Burad, agregó "así es".
Dauverné dijo que no hace mucho el ahora imputado Labarta se le acercó a su madre en la plaza San Martín y la amenazó diciéndole que se cuidara con lo que decía "porque podían volver".
El lunes que viene el Tribunal se dirigirá a la casa de los padres de este testigo, para tomarles declaración a los ancianos. Además hará una inspección en una casa de la calle Comandante Salas entre Chile y Day. En esa cuadra hay tres inmuebles iguales y en uno de ellos funcionaba el D2 durante la dictadura. "Allí hay un pozo de agua al que se arrojaron los expedientes de ese organismo policial, incluyendo los DNI de los desaparecidos y posteriormente se lo tapó con cemento", dijo el médico.
Hasta uno de los defensores aseguró haberse emocionado durante el relato de Armando Dauverné. Cuando finalizó, el público dentro de la sala lo aplaudió de pie.
[Fuente: Mediamdz, Mendoza, 21jul10]
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