EQUIPO NIZKOR |
|
16jun10
Revelaron en el juicio a Bussi una lista de desaparecidos en Tucumán
Promediaba su testimonio de casi siete horas en el juicio por desaparecidos en la Jefatura de Policía provincial en 1976-77, cuando Juan Carlos "El Perro" Clemente -sobreviviente de esa cárcel secreta- dejó ayer a todos estupefactos: entregó al tribunal una lista, confeccionada por los represores, de 293 personas detenidas allí.
Junto a muchos de los nombres figura la observación "DF" que, según el testigo, significaba "Disposición Final", es decir la muerte.
Clemente, ex militante barrial de la Juventud Peronista, aportó al tribunal unas 250 fojas de documentación diversa, contenida en dos carpetas negras que, dijo, mantuvo escondidas dentro de una bolsa de plástico en un contrapiso de su casa durante todos estos años.
El terror, indicó, lo hizo mantener la boca cerrada hasta ahora. Denunció que desde la epoca de la dictadura recibio visitas periódicas y amenazas de sus captores. La última hace un mes, cuando alguien le advirtió: "Ojo con lo que hablás, acordate de Julio López" , el único desaparecido de la democracia.
La lista mencionada se titula "Indice de declaraciones de DS" (por Delincuentes Subversivos) y además de la observación "DF" figuran otras dos, "Libertad" y "Disposición PEN".
Los papeles incluyen también listas de "subversivos en la clandestinidad", nóminas de cadáveres identificados, actas de entregas de cadáveres, manuscritos con información de inteligencia, listas de oficiales y suboficiales del Servicio de Información Confidencial (SIC) de la Policía y notas con sello y firma del jefe de ese organismo, el comisario Roberto Heriberto "El Tuerto" Albornoz, uno de los cuatro imputados en el juicio.
El testigo relató que fue secuestrado en julio de 1976, torturado y mantenido en cautiverio primero en el centro clandestino de detención del ex ingenio Nueva Baviera, cerca de la ciudad de Famaillá, luego en el de la Jefatura, más tarde en el del Arsenal "Miguel de Azcuénaga" y por último de nuevo en el de la Jefatura.
Allí estuvo primero vendado y atado, pero luego le fue concedida cierta libertad de movimientos, hasta que a partir del 31 de diciembre de 1976 le permitieron ir a dormir a su casa. Le advirtieron, sin embargo, que sus padres serían los garantes de lo que hiciera.
A comienzos de 1977, recordó, lo pusieron a dibujar carteles, diagramas y organigramas y a archivar papeles en una oficina administrativa del SIC. En mayo de ese año, contó, el teniente primero Félix González Naya, enlace entre el SIC y la Inteligencia del Ejército, le entregó un carnet policial y le dijo: "Desde ahora sos policía".
A fines de 1977, prosiguió Clemente, un nuevo supervisor militar, el teniente primero Luis Ocaranza, "desmanteló" el SIC e hizo seleccionar la documentación archivada. Parte de ella fue trasladada y otra parte se quemó.
Fue entonces, rememoró, que pudo sacar subrepticiamente la documentación que entregó ayer al Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, presidido por Carlos Jiménez Montilla e integrado por Gabriel Casas y Josefina Curi.
Los jueces resolvieron aceptar, en principio, la prueba aportada por Clemente y entregar copias al fiscal, a los defensores y a los abogados que representan a los familiares de desaparecidos querellantes. Sobre la base de esos nuevo elementos, el interrogatorio al testigo continuará hoy.
Ayer, además, Clemente fue careado con el imputado Luis Armando De Candido, sindicado como ex integrante del SIC y usurpador de la casa de un desaparecido. El policia negó que Clemente hubiera estado alguna vez detenido y aseguró que "siempre fue policía". El testigo ratificó que De Candido fue integrante de "la patota" del SIC que "capturaba, torturaba e interrogaba".
El juicio por 22 del más de centenar de desaparecidos de la Jefatura (está próxima a elevación a juiciola causa Jefatura II con el resto) comenzó el 16 de febrero. El general Antonio Bussi, fue apartado del proceso por sus dolencias. De los acusados que quedan, el más importante es el general Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército.
"El perro" Clemente, de militante a colaborador
"Para sus compañeros de extracción laica de la Juventud Peronista, Juan Carlos Clemente, conocido como "El Perro", era lo que llamaban "un cristianucho".
Hijo de un suboficial cocinero del Ejército, comenzó su militancia en la Parroquia de Monserrat del Barrio Echeverría y en la Juventud Obrera Católica.
Aunque estudió hasta quinto año de Medicina, no fue militante universitario sino barrial y villero. "Yo era el getón del barrio", se definió ayer ante el tribunal antes de entregar la que sería la primera lista de desaparecidos encontrada desde el retorno de la democracia en 1983.
En 1975 allanaron su casa varias veces y en una de ellas secuestraron a su hermano Alberto ("El Casche", es decir el perrito) y a su cuñada. Reaparecieron a los cinco días, pero él optó por irse a vivir a Salta con su mujer, María del Carmen.
Al año siguiente volvió a Tucumán, a trabajar en un ingenio. Entonces fue que lo secuestraron, según su testimonio. Su mujer, que había quedado en Salta con su hijo recién nacido, fue secuestrada mientras él estaba cautivo y nunca más apareció.
Durante mucho tiempo, los ex compañeros de Clemente sospecharon que fue un "traidor", incluso un "infiltrado de los servicios", en particular con la policía de Tucumán, y llegaron a acusarlo no sólo de "colaborar con los represores" sino hasta de "participar en las torturas". Su caso es similar al de otro testigo clave del juicio, Juan Martín Martín, ex responsable local de la JUP. La diferencia es que cuando éste zafó de la Jefatura, fue a España y denunció en plena dictadura a sus captores, aunque nadie puede juzgar moralmente a personas que pasaron por estas situaciones extremas.
[Fuente: Por Ruben Elsinger, Tucumán, Clarin, Bs As, 16jun10]
 | This document has been published on 18Aug10 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |