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20dic11
Sinopsis de la audiencia de 20dic11 en el juicio por crímenes contra la humanidad cometidos bajo control operacional del Comando V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca
Comando V Cpo de Ejército.
Audiencia del martes 20 de diciembre de 2011La audiencia contó con la presencia de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca Jorge Ferro (de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata); José Mario Triputti (del Tribunal Oral Federal de La Pampa), Martín Bava (juez federal de Azul) y el juez sustituto Oscar Hergott (del Tribunal Oral Federal Nº5 de Capital Federal).
Además, participaron el fiscal Abel Córdoba; la abogada Mónica Fernández Avello por la querella de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación y los abogados querellantes por familiares y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Walter Larrea y Diego Czerniecky. Por la defensa pública los doctores Gustavo Rodríguez, Alejandro Castelli y Leonardo Brond y los particulares Luís De Mira, Hernán Vidal y Mauricio Gutiérrez.
TESTIMONIOS Mabel Alicia Antich
Artista plástica y docente.
- Fiscal Abel Córdoba: Fue citada por el caso María Angélica Ferrari, ¿qué conoció?
- Ella era mi cuñada, era estudiante de la Universidad del Sur, fue secuestrada de su casa, estaba dando clases particulares, por un grupo que entró por el pasillo de la casa. Creemos que forzaron la puerta porque estaba cerrada, fueron…. sabían cómo era la disposición de la casa, por algunos cuartos daban a un jardín y entraron directamente a la habitación de la casa donde estaba ella con una alumna.
Preguntaron quién era María Angélica Ferrari, dijo "yo", la levantaron y se la llevaron y mientras iba por el pasillo le gritó a la madre "Mamá me llevan". Ella salió… Alguien de las personas con armas largas le pidió que entrara a la casa y cuando ella escuchó el motor de una camioneta salió y vio, creo, un Falcon y una camioneta.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Recuerda la fecha de esto?
- No.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué estudiaba María Angélica?
- Bioquímica en la UNS y tenía 27 años.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Una vez secuestrada usted o su familia hacen alguna gestión por ella?
- Sí, mi marido Carlos Ferrari y la mamá fueron a ver a una persona a la calle Chiclana que después nos enteramos que tenía varios nombres, era Cruciani, no recuerdo cómo llegamos a él. Era una persona que recibía familiares y fuimos varias veces, yo una vez, y lo recuerdo a él hasta que en un momento dejó de recibirnos.
Los días que estuvo secuestrada fueron 56 hasta que en un momento escuché por la radio que daban la noticia que había sido muerta en un enfrentamiento en La Plata. Así que fuimos a buscar su cuerpo porque daban los datos de donde estaba en la morgue.
- Fiscal Abel Córdoba: Sobre esas consultas en calle Chiclana, ¿era una dependencia de alguna fuerza armada?
- Creo que sí.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuando iban ahí con su marido de qué manera se presentaban?
- Como familiares de María Angélica Ferrari, ellos sabían que la estábamos buscando a ella.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Y esto lo hacían ante el personal de guardia o conscriptos que había en ese lugar?
- No recuerdo conscriptos.
- Fiscal Abel Córdoba: Cuando mencionan a Cruciani que buscaban a María Angélica Ferrari ¿él consultaba algún tipo de documentación?
- La vez que yo estuve no recuerdo, él nos escuchaba, parecía muy abierto a la situación, que iba a hacer lo posible.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Les confirmó que estaba en algún lugar donde él tenía injerencia?
- No, en el momento que fui no y aparentemente no la habían encontrado y después transcendió que él había comentado que ya no la buscaran porque estaba condenada.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Supieron dónde estuvo hasta antes de que apareciera la noticia de que había muerto?
- No, en el momento no. Supimos donde había estado, en La Escuelita, porque trascendió una fotocopia de un relato que hizo Partnoy cuando salió del país.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Su marido tuvo alguna otra prueba de que ella estaba con vida?
- Sí, porque mi marido trabajaba en el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos que estaba en la calle Moreno y una vez fue una persona a pedirle algunas cosas para María Angélica como por ejemplo dulce de leche y a nosotros nos dios cuenta que sí, que realmente tenía contacto con ella porque ella era muy afecta al dulce de leche, algo que consumía habitualmente. Entonces era una prueba de que estaba viva.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Sabe quién era esa persona?
- Dijo que era una persona que los cuidaba y se lamentaba por la situación de los que estaban en ese momento en La Escuelita.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Era un guardia?
- Sí.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿María Angélica les había manifestado si estaba siendo perseguida?
- No.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Tenía ella alguna actividad que la colocara en el centro de la represión?
- No.
- Fiscal Abel Córdoba: Respecto de las gestiones en la Plata ¿qué hicieron en ese lugar?
- Fuimos a la morgue y comentamos porqué estábamos. Hubo un reconocimiento del cuerpo al cual no me dejaron pasar, sí a su hermano, el que reconoció el cuerpo.
Nos dijeron que la podíamos traer únicamente con el cajón cerrado para velarla.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Antes de ir a la morgue pasaron por alguna dependencia policial?
- Sí, creo que sí.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Y hubo alguna manifestación sobre el caso en ese lugar?
- No.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Había más personas cercanas a María Angélica que fueron víctimas?
- No, después fue Elizabeth Frers.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Quién era Elizabeth?
- Ella era amiga de María Angélica.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Recuerda dónde vivía ella?
- En un edificio en la calle Chiclana creo.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Luego de que ocurrió el hecho pudo saber algo más?
- Recuerdo que después Carlos vio a un señor en la multitud que había pedido algunas cosas para María Angélica. Lo siguió, éste se dio cuenta, se puso a correr y desapareció. Después nos enteramos de la desaparición de Frers porque vino la mamá y se imaginaba que estaba desaparecida porque de alguna manera Elizabeth siempre tenía contacto con ella y hacía rato que no tenía noticias y le sugerimos que fuera a La Plata donde había varios cuerpos para reconocer y reconoció al de la hija.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Tuvieron certezas respecto de la versión oficial del enfrentamiento donde aparece María Angélica?
- Era el modus operandi de la época, sabíamos que había sido secuestrada de la casa y sabíamos que no era así. Cuando el hermano la reconoce tenía inclusive ropa que no era de ella y sabíamos por otra gente que había estado secuestrada en La Escuelita.
- Querella: ¿Cuál era el lugar de donde la secuestraron? ¿Dónde era?
- Ingeniero White.
- Querella: ¿Tiene noción de cómo llegaron a la oficina de calle Chiclana?
- Fue por recomendación de alguien pero yo no hice esa tratativa.
- Querella: ¿Tiene noción si su cuñada tenía instrucción en el uso de armas de fuego?
- No, no tenía ninguna.
- Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: Dijo que lo vio una vez al señor que la atendió en calle Chiclana, ¿lo puede describir?
- Era un señor alto grande rubio de tez clara.
- Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Estaba vestido de civil o de uniforme?
- De civil.
- Juez Jorge Ferro: ¿Sabe si tenía militancia política o gremial?
- No.
Claudia Marcela Martellini
52 años, casada, ama de casa, Los Patos 2361.
Declara por el caso de María Angélica Ferrari, tenía 14 años en ese momento.
- Ella me estaba tomando oral de Literatura, se abrió la puerta del pasillo, irrumpieron tres personas sin violencia. Me dijeron que me quedara sentada mirando para abajo. Preguntaron por María Angélica Ferrari. "Soy yo", dijo. Le pusieron una capucha y no la vi más.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Recuerda la fecha?
- No, fue antes de marzo o en diciembre porque tenía que rendir.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Llevaban armas?
- No pude ver, miraba para abajo.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Dijo algo la señorita Ferrari?
- Gritaba 'mamá'. Era una casa tipo chorizo, ella daba clase en la última pieza, la mamá vino corriendo, yo seguía sentada mirando abajo hasta que la mamá me levantó.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo qué pasó con ella?
- No, no tuve más contacto con la familia.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Con los años pudo conocer su caso?
- No.
- Juez Jorge Ferro: ¿Recuerda el año?
- No me acuerdo, tenía 14 o 15 años.
- Juez Jorge Ferro: ¿Fue obligada a venir a declarar?
- Sí. Me violenta mucho hablar del tema, me marcó mucho en esa época, vivía aterrorizada, nadie me explicó nada.
- Juez Jorge Ferro: ¿Tenía miedo de declarar?
- No, no era miedo, es algo que me queda.
(Estaba previsto realizar un careo entre Gustavo Tagliabue y María Claudia Ré pero no se concretó por la ausencia de Ré. Otras dos testigos no pudieron ser notificadas por lo cual se remitió oficio al Boletín Oficial para su publicación.
El abogado defensor oficial solicitó en relación al imputado Masson que sea trasladado a Campo de Mayo durante el receso en el mes de enero.)
Lidia Carmen Speranza
77 años, viuda, ama de casa.
-Fiscal Abel Córdoba: Le voy a hacer preguntas en torno al caso de su hijo Daniel Osvaldo Esquivel. Podría relatar cómo se dieron las circunstancias.
- Primero quiero aclarar que tengo problemas cardíacos y voy a hacer lo que pueda.
- El 21 de junio del 77 mi hijo andaba de novio con la señorita Silvia di Paul. Ella trabajaba en la Junta y después iba a Bahía Blanca cuando salía a estudiar Cultura Inglesa. Ella tenía un Ami amarillo y lo dejaba en mi casa y mi hijo la iba a buscar a la salida. Ese día a las ocho como de costumbre mi hijo sacó el auto y fue a buscarla.
Pasaron las horas, yo confiada que estaba con su novia, eran las diez de la noche y me llama su novia. Me dice 'Lidia no se asuste pero Daniel no me fue a buscar'. Yo con lo que pasaba ese tiempo ya estaba temblando.
Lo fue a buscar al padre que vivía en el Boulevard que tenía coche. Ella me comenta que mi hijo estaciona el auto en la plaza pero cuando ella fue a ver el auto, estaba abierto y con un fuerte golpe. Me dice 'Ahora voy para su casa'. Vino, fue a buscar al padre, mi marido era ferroviario y había ido a trabajar. Llamé a la estación para que viniera rápido a casa que había pasado algo. Mi marido volvió y el señor Di Paul con la novia de mi hijo vinieron a mi casa. Lo esperamos a él y como a las diez salimos a buscarlo.
Fuimos directo a la plaza donde estaba el auto abierto y golpeado. Mi hijo nunca lo hubiese dejado así. Ahí me entró la desesperación. ¿Dónde vamos? Lo primero que hicimos es ir a una comisaría que hay en la avenida Alem, creo que es la Quinta.
Fuimos a hacer la denuncia, de allí hablaron a todos los hospitales, nos tomaron la declaración. Era tanta la desesperación que a la deriva no sabíamos para dónde arrancar. Se me ocurrió ir al hospital Español, la idea era ir hospital por hospital.
Cuando íbamos llegando, dejamos el auto en la esquina porque estaba un camión del Ejército cruzando Caronti y otro en Casanova y no se podía pasar. Yo los dejé a mi marido, a Silvia, a todos y pasé hasta la puerta del hospital. Me apuntaron dos que supongo eran del Ejército, tenían trajes verdes. Me dijeron que no me acerque. Pedí hablar con un superior. Me dice '¿Qué anda buscando?'. Le digo que ando buscando a mi hijo que iba a buscar a la novia y el auto está en la plaza golpeado. Quiero saber si le pasó algo. Me contestó 'Qué quiere que haga, su hijo debe andar de joda en un baile, búsquelo en otro lado'. Me estaban apuntando, yo me retiré.
A todo eso se hicieron las dos de la mañana. No recuerdo en este momento a que otro lugar fuimos. Decidimos volver, en casa había quedado mi hijo menor para atender el teléfono si había alguna llamada. Me dijo que habían llamado de la Quinta, que en el hospital Municipal hay un herido pero por los datos que me dieron no coincidían con las características de mi hijo.
Estuvimos esperando toda la noche con mi marido para ver qué hacíamos. En ese entonces venía a casa un señor que había estado secuestrado, Luis Leiva, que era muy amigo de mi marido. El nos decía los lugares donde ir. Nos sugirió que fuéramos a la base.
Esa mañana, el padre de Silvia nos vino a buscar y con mi marido y Silvia fuimos a la base. Se imaginan que no nos dejaron entrar. Una sola podía entrar. Yo fui la que daba la cara en todas partes. Entro, un soldado me marca un número en un teléfono que había. Yo quería hablar con el capellán. Le dije que buscaba a mi hijo que estaba desaparecido. Me dijo 'No hable más que ya salgo'. Me llevó a su auto para poder hablar. Le pregunté qué pasaba y me dice 'Ay señora, que yo sepa en el país no hay ningún desaparecido'. Fue tanta mi indignación que mi respuesta fue, y eso que soy católica, 'Lamento que siendo hijo de dios sea tan mentiroso'. Me bajé, di un portazo y nos fuimos.
Después de eso mi casa estaba siempre llena de gente. Prácticamente fueron 20 días que no se durmió. Los lugares por orden en que hemos ido no los recuerdo muy bien. Pero si puedo cerrar los ojos y ver cosas que pasaron en ese momento.
Al otro día me viene a buscar la novia de mi hijo y el padre. Estaba mi marido de licencia. Yo no entiendo de rutas, lo único que le puedo decir es que me dejaba llevar. Fuimos por un camino asfaltado y después de cruzar mucho campo bajamos a una cuadra de tierra que debía estar muy poco transitada pero tenía marcas de ruedas de autos. Como a dos cuadras había una tranquera, un soldado con una ametralladora y alambrado cercado alrededor. No había una planta ni nada. Sí más adentro una casa grande muy vieja. Miré todos los detalles. El soldado me dijo que no me acercara, siempre apuntándome. Le dije que estaba buscando a mi hijo y me dijo 'Aquí nadie sabe nada, retírese o disparo'.
Ahora fíjese qué casualidad. Hace poco tiempo cuando salió a relucir lo de La Escuelita, sabe que lo vi en televisión, cerré los ojos y era el mismo camino que recorrimos, la misma casa al fondo, la misma tranquera pero todo arbolado. No sé porqué relacioné que estuvimos allí nosotros. Nos fuimos, a la tarde volvimos a salir.
Fuimos al seminario, nos hicieron pasar, estaba lleno de frailes, nadie sabía nada todo el mundo estaba ignorando que había desaparecidos. Todo esto fue a la noche, yo estaba tan desesperada... Creo que fue en la calle Pueyrredón, ¿puede ser Brigada de Investigaciones? Me acuerdo porque había una bandera, un zaguán, los dos bordes de la vereda estaban vallados.
Dijimos que queríamos ver a alguien porque mi hijo estaba desaparecido. Entramos por un pasillo largo, en la última oficina, nos preguntaron lo mismo de siempre, no sabían nada pero cruzó una persona que salía de una oficina y entró. Lo conocí. Cuando me vio salió por la otra puerta. No le puedo dar el nombre porque lo conocía porque trabajaba en la Junta en White pero no sé cómo se llamaba. En White nos conocemos todos. Un día que vino un sobrino, le pedí que me lleve a la casa.
Golpeé el portón. Me atendió él. Se sorprendió cuando me vio, 'Señora qué hace usted acá'. Había dos nenes jugando. Le dije que lo había visto en la Brigada y que él tenía que saber algo. Casi se pone a llorar, me dice 'No señora le juro que no sé nada'. Yo sabía que era mentira. Nunca más lo vi en White, lo anduve buscando pero era él. Oh casualidad al otro día fue a trabajar a la Junta y le comentó a Silvia que su suegra se le metió en la casa...
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Al V Cuerpo fue?
- Sí, una mañana fuimos con mi marido, siempre nos llevaba alguien en coche. Me acuerdo que había todo un patio de baldosas, un mástil, soldados desfilando alrededor. Pedimos pasar a hablar con alguien, nos hicieron pasar. Es como si vivieran en una burbuja, nadie sabía nada, todas las respuestas eran las mismas. Nos fuimos.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Con algún otro religioso hablaron?
- Sí, esa noche en nuestra casa que estaba llena de gente, vino Luis Leiva. Me dice 'Lidia, me dijeron que -lo nombro porque falleció- porqué no se va a ver a monseñor Tomassi, sabe que es capellán del V Cuerpo'.
Me fui a la catedral al otro día con mi hijo menor. Me habían dicho que no saliera sola. Pedí hablar con el cura y le pregunté por Tomassi. No dije por qué. Me mandaron a la Curia. Me recibió muy bien. Cuando entré, le dije 'Mire padre, discúlpeme, vine porque estoy desesperada y es el último recurso pero no creo en los curas'. Me dice 'Sí, desgraciadamente por muchos malos curas pagamos los buenos'. Me hizo sentar, le conté. Me dijo que por unos días no fuera, que si él sabía algo me iba a llamar a mi casa. Pasaron unos días, no me llamó, fui de vuelta a la Curia.
Me dice 'Mire señora, deme tres o cuatro días, por favor le pido que no venga más, que no diga que habló conmigo que le voy a hacer saber alguna noticia'. Se imagina la esperanza enorme que tenía.
Fuimos a casa, esperamos... Llegamos a las ocho, estaban mi mamá y mi papá, me dice 'Lidia llamó monseñor Tomassi, dijo que te iba a volver a llamar'. Me vuelve a llamar y me dice 'Bueno señora usted a mí no me conoció, nunca vino a verme, no venga nunca más pero en pocos días su hijo va a aparecer'. ¿Cómo lo sabía? Estuvimos esperando, pasaron unos días. Mi marido estaba todo el día llorando tirado en la cama, no tenía consuelo y yo lo retaba para que salga a pelear.
Una noche estábamos sentados en la cama vestidos y suena el teléfono. Me levanté corriendo a atender. Era mi hijo que me hablaba. 'Mamá estoy en Cabildo, me dejaron tirado, me desaté como pude con los ojos vendados'. Le dije que le daba con papá que conocía todas las estaciones. Lo llamé, casi se muere. Le dice 'Hijo si podés llegar aunque sea arrastrándote anda caminando a la luz de la estación, decíle al jefe que sos el hijo de Esquivel que te tenga en una sala hasta que lleguemos'. Llamamos al papá de Silvia que tenía coche, así como estábamos salimos y en la estación cómo estaba mi hijo. Quién le haya hecho eso no tiene perdón de dios.
No quería que lo agarráramos de un brazo porque se impresionaba. Tenía aquí todo en carne viva de las cintas que le pegaban en los ojos. Veinte días con eso. Los ojos casi cerrados con una especie de conjuntivitis que no los podía abrir. Creo que en este pie todo el tobillo lastimado con marcas de una cadena, todo en carne viva.
Nos subimos al auto. No quiso hablar hasta que no llegara a casa. Yo tenía un negocio en un garage, nos sentamos allí y contó todo lo que había pasado. Dijo que a partir de ese momento no quería que le hagamos más preguntas ni se tocara más el tema. Estuvimos ocho días con las puertas y ventanas cerradas porque cualquier rayito de luz le hería los ojos.
Al otro día sin decir nada, salí -quedó él con mi familia- y me fui a la Curia. Cosa que me había dicho que no haga. No dije nada, entré, le di un beso y le dije como si fuera su madre 'Gracias'. Y me fui. Eso es todo.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo con quién estaba relacionado Tomassi?
- Se decía -pero eran habladurías- que con el V Cuerpo, que era capellán. Después se fue a Córdoba y escuché que había fallecido.
- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: Comentó que había ido al V Cuerpo, ¿recuerda si había otros familiares?
- No, nadie. Estaba sentado detrás de un escritorio con uniforme. No se paró para nada y dijo las palabras que dije, que no tenía conocimiento de nada, que ahí no tenían a nadie, que ahí instruían a los soldados. No había nadie. Afuera estaban todos los soldados corriendo alrededor del mástil.
- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: Dijo que sabía de desapariciones, ¿conocía a otras personas?
- Conocerlos no, pero sabía. Se hablaba mucho en esos tiempos, tal vez de antes de este secuestro, supe de un guarda, del hijo de Metz y su nuera. Después Zampini o Siampichini, también de las colonias de White, también desapareció. Lo que pasa que no se hablaba como ahora, la gente tenía miedo.
- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Su hijo tenía militancia política?
- Mi hijo, lo debe haber declarado él, iba a la escuela Mosconi, tenía 17 años, se estaba por recibir. Formaba parte de un centro estudiantil. Hasta ahí sé yo. Vio como son los muchachos, mucho no comentan en la casa. Después se tuvo que ir de la universidad porque estuvo tres años y hasta en los pasillos mataron a un chico en presencia de todos.
También supe porque un día pasé frente a Burgos. Había una escalera, una pareja que sí militaba en política. La chica estaba embarazada. Subieron con un arma por la escalera. Gente de civil. Era calle Fitz Roy. De la esquina el segundo departamento. Yo no los conocía, pasé y los vi subir con el arma y sentí disparos. Seguí porque como estaban las cosas...
- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: ¿Usted comentó este suceso con su hijo Daniel?
- Creo que nunca lo comenté.
- Abogado defensor oficial Alejandro Castelli: Usted refiere haber ido a un lugar descampado donde había una tranquera, más adelante cuando el fiscal le preguntó si hizo gestiones ante el V Cuerpo dijo que sí. La pregunta es ¿ese primer tramo para usted era el V Cuerpo?
- Que yo recuerde, no.
(El juez Martín Bava aclara la pregunta a la testigo).
- No, de ninguna manera.
- Juez José Mario Triputti: Si me permite el defensor me parece que habría que preguntarle si conocía el V Cuerpo de Ejército antes.
- No, pero lo averiguamos.
- Juez José Mario Triputti: ¿Cuándo averigua si era el V Cuerpo?
- Me parece que estoy confundida. Yo dije que relacioné donde estaba la tranquera con La Escuelita cuando lo vi en televisión hace poco. Lo imaginé porque era la misma casa, el mismo camino, la tranquera. Eso fue ahora cuando se empezó a hablar de los juicios... Creo que mi marido sí conocía el camino porque cuando hubo una huelga de ferroviarios y los llevaron detenidos a mi marido le tocó estar en el V Cuerpo.
- Abogado defensor particular Hernán Vidal: Señora, a través de su relato le hace conocer al tribunal que vio y escuchó disparos en Fitz Roy. ¿Recuerda si era de día o de noche?
- No, incluso creo que eso fue antes del secuestro de mi hijo. Yo vengo seguido a Bahía Blanca...
- Juez Martín Bava: El doctor le pregunta concretamente si ese hecho fue de mañana, de tarde, una idea concreta del tiempo.
- Debe haber sido a la tarde como a las cinco que es la hora en que acostumbro salir. Eso fue de casualidad.
- Abogado defensor particular Hernán Vidal: Dijo que la habían llevado hasta el lugar de la tranquera, que había visto una casa antigua y luego dijo que pudo reconocer por la televisión ambas cosas, ¿eso es así?
- Sí señor.
- Juez sustituto Oscar Hergott: ¿En el momento previo de que su hijo sea liberado le comentó si reconoció el lugar como perteneciente al Ejército?
- Se habló esa noche y nunca más, en ningún momento supo dónde estuvo. Yo tampoco sé.
Daniel Osvaldo Esquivel
56 años, casado, empleado.
- Fiscal Abel Córdoba: Relate lo que ha vivido. ¿Dónde vivía en 1977?
- Vivía en Ing. White, en la casa de mis padres, en Plunket 1547. Había estudiado hasta el año anterior. Tenía 22 años. Estudiaba ingeniería eléctrica en la UNS.
- Mi relato comienza el 21 de junio de 1977 en la única fecha que puedo fijar porque está cerquita de un pedido de averiguación de paradero que presentan mis padres al día siguiente. Ese día iba a buscar a mi novia Silvia di Paul que por ese entonces estudiaba. Había dejado mi auto estacionado en la primera cuadra de Sarmiento en la plaza Rivadavia. En esa época se estacionaba el auto a 45 grados. Cuando lo voy a buscar, habían estacionado un falcon verde que alcanzo a ver al lado del mío. Voy a abrir la puerta y en ese momento un par de personas me acorralan y alcanzo a ver cuatro, pueden haber sido más, rápidamente me golpean, me reducen, me tiran al suelo con una capucha, me esposan con las manos atrás y me meten en el baúl del falcon.
Esto dura segundos, no alcancé ni a ver las caras. A partir de ahí transcurre un poco más de media hora de recorrido, vamos mayormente por camino de asfaltos, algún camino de tierra se toma, en algún momento paso por lo que parece ser un guardaganado o algo por el estílo y finalmente llegamos al lugar donde me entregan. El equipo de gente que me secuestra me lleva a un lugar y me entrega a otra gente.
Hasta ese momento estoy encapuchado y cuando me reciben en ese lugar me quitan la capucha, previamente me ponen contra una pared y me advierten que si veo a alguien me van a matar. Me quitan la capucha frente a una pared, alcanzo a ver algunos afiches que era muy común ver en las oficias públicas o comisarías que eran rostros de militares o policías muertos en supuestos atentados guerrilleros. Es lo último que alcanzo a ver porque a partir de ahí me ponen algodones o gasas en los ojos y me vendan. Eso lo tuve aproximadamente los veinte días que estuve secuestrado.
Me llevan a una habitación, no creo que sea un calabozo, yo ya estoy esposado pies y manos atrás siempre. En el único momento que me esposaban adelante era cuando me daban de comer o tenía que ir al baño. En esas situaciones siempre con un guardia presente. Estaba en esta habitación donde desconozco si había mobiliario porque no tenía posibilidad de moverme. Tenía solo una frazada dura y rústica.
Pasaron unos tres días hasta que me empezaron a llevar a la sala de interrogatorio y había una especie de... me daba cuenta que me daban de comer muy seguido y cuando me dormía me despertaban como haciéndome creer que pasaban más días de los que pasaban. En ningún momento creí esa estratagema porque la guardia ponía la radio muy bajita y me orientaba. Sabía cuántos días iban pasando.
Me llevan a la sala de interrogatorio, no era lejos del lugar en el cual estaba. Si fuera una casa muy grande era como si estuviera en el fondo la distancia. En el trayecto pasamos por un desnivel que no eran más de tres o cuatro escalones.
Me hacían desnudar, me colocaban sobre una cama con un elástico metálico, me mojaban el cuerpo y me aplicaban picana eléctrica por todo el cuerpo pero fundamentalmente por la zona genital, la boca, las axilas, me pegaban con algo que podía ser una tabla o algo semirrígido en la planta de los pies.
- Juez Martín Bava: ¿Sobre qué lo interrogaban?
- Inicialmente comienzan tratando de... yo trabaja en una empresa de cereales en el puerto de Ingeniero White y mi novia en la Junta Nacional de Granos. Yo iba al puerto todos los días. Unos meses antes de mi secuestro había habido una explosión en el puerto y el interrogatorio, por lo menos en una primera etapa se basaba sobre ese acontecimiento. Dijeron que me habían estado buscando y no me habían encontrado en los lugares que habitualmente concurrían.
Se da la situación de que yo a principio de ese año renuncio a mi trabajo en el puerto y después no me encontraban. Cuando me doy cuenta como viene el interrogatorio expliqué que en realidad yo no estaba en los lugares habituales porque estaba haciendo el servicio militar. A partir de ese momento es como que se suspende un poco el interrogatorio hasta un par de días después y ahí cambia el tenor de las preguntas.
Es como que al dar una explicación 'ya que estamos seguimos'. A partir de ahí comienza a ser sobre mi actividad en la universidad tecnológica. Tenía actividad política en el centro de estudiantes hasta el 76 en que fue ocupada por lo que en ese entonces era la Juventud Sindical Peronista que directamente no nos dejaban entrar. La última vez salí corriendo, me pegaron...
A partir de ahí los interrogatorios continuaron acerca de mi actividad política. En un momento que fue la única vez que me sacaron la venda, uno de los interrogadores se puso una capucha, me ponen colirio y comienzan a mostrarme fotografías, en su mayoría en blanco y negro, fotos tomadas en actos o reuniones en la universidad, en asambleas, fotos tomadas en la calle, de distintos grupos de gente donde generalmente había militantes políticos de agrupaciones de la Universidad Tecnológica y del Sur. Me preguntaban si conocía esas personas...
- Fiscal Abel Córdoba: Acerca de detalles, ¿escuchaba sonidos del ambiente de ese lugar?
- No, no se escuchaban ruidos de tránsito, daba la sensación de ser un lugar aislado.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿A otras personas secuestradas?
- Escuchar hablar personas no, sí escuchaba en algunos momentos gritos de la sala de interrogatorios, pero no tuve contacto con otros secuestrados en mi misma situación. En algún momento se presentó alguien que decía ser un arrepentido, entre comillas, que intentaba que yo colaborara, que la iba a pasar mejor, se presentó como alguien que había colaborado y que si bien estaba detenido estaba bien...
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Acerca de sus actividades estudiantiles le preguntaban por alguien en particular?
- Sí, recuerdo algunos nombres que conocía. Daniel Hidalgo, unos hermanos de apellido Basili, Quipildor...
Yo sé ahora lo sucedido a Daniel Hidalgo pero no sé si fue posterior.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Ellos se llamaban de algún modo especial?
- Escuché por ahí en algún momento que se decía un Carlos. Era evidente que él, por lo menos para mí en ese momento, el trato entre ellos era de una jerarquía militar. No tengo dudas que estaba con militares, no sé si de marina, ejército o qué...
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Había médicos?
- Sí, cuando al principio del relato el equipo que me secuestra me entrega en el lugar, entre los que me reciben hay un médico que me pregunta si estaba lastimado, si tenía alguna dolencia previa y posteriormente cuando me liberan también me ve un médico.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué le manifiesta al salir?
- Después que me hacen bañar y me preparan para la liberación, me ponen una inyección, supuestamente el médico me dice que es un tranquilizante -cosa que me intranquilizó más-.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Hasta ese momento suponía que salía?
- Siempre era optimista, cuando me van a liberar y me ponen esa inyección me dicen que me van a liberar pero en realidad me hacen dar un baño, me pongo la ropa que tenía, me quitan las esposas, sigo con los ojos vendados, y me atan las manos y los pies con una soga. En ese momento es la inyección me tiran en el piso del asiento trasero de un auto, suben dos personas adentro y dos atrás.
En todo el trayecto, que vuelven a ser unos 30 o 35 minutos, las personas me manifiestan que me van a matar. Al punto que cuando me sacan, me tiran, quedo en la banquina, me hacen poner de rodillas, me dicen que me despida, que ponga las manos en la cabeza y me tiran. Me hicieron un simulacro de fusilamiento.
Me dejan en el camino de entrada a la localidad de Cabildo que por ese entonces era un camino de tierra sin alumbrado, por supuesto no me dicen dónde estoy.
Pasado esto del simulacro, me advierten que se van a ir que me van a dejar, que no tengo que decir nada, que saben dónde vivo, se suben al automóvil y se van. Yo quedo atado, alrededor de la una o dos de la mañana.
Pasa un tiempo y logro desatarme las manos y salir. Me quito la venda, no veía nada, tarde semanas en volver a leer. Empecé a caminar, me daba cuenta que era un camino donde iba pasando pero caminé en camino contrario a donde había escuchado que se iba el auto. Así llegué a Cabildo.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Había religiosos en el lugar de cautiverio?
- No me consta.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Quiénes integraban el grupo que lo atacaba en la UTN?
- Recuerdo perfectamente que el grupo que tenía tomada la facultad estaba encabezado por Argibay y otro de apellido Sañudo que se movían dentro de la UTN como si fuera su casa, andaban con armas totalmente, sin ningún pudor.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Supo dónde estuvo luego?
- No puedo decir donde estuve.
- Juez Martín Bava: Lo de Argibay y Sañudo, ¿en qué época fue?
- Esto ha sido en el 76... En el 76 fue el último año en que estudie... No recuerdo que en el 75 hayan estado en la universidad tecnológica.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Sabía dónde vivía Sañudo?
- No.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Conoció el caso de otras personas de White que hubieran sido víctimas de secuestro o desaparición?
- Sí, Zampini... En este momento no recuerdo otros nombres.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Qué consecuencias tuvo el secuestro en su vida posterior?
- Creo que si no hubiera sucedido esto no sería la misma persona pero evidentemente no es algo que le haya hecho bien a nadie.
- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: Quisiera preguntarle, usted comentó que le mostraron una fotografía, ¿recuerda hoy conocidos que hayan estado allí?
- Sí, en general, de las que me mostraban conocía prácticamente a la mayoría porque eran tomadas en actos o asambleas en la universidad donde nos conocíamos todos. La mayoría eran personajes públicos en la universidad. Obviamente Daniel Hidalgo. No puedo dar otros nombres...
- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: Comentó también que en la habitación le dio la apariencia que estaba solo, ¿pudo percibir si en otra habitación había otras personas?
- No, de todas maneras tampoco se nos permitía hablar. Pudo haber habido gente que no percibí.
- Abogado querellante Diego Czerniecky: ¿Recuerda qué comían?
- Sí, la comida era... por lo menos en la primera etapa me daban de comer más de la cuenta...
- Abogado querellante Diego Czernieky: ¿Cómo hacía sus necesidades?
- Llamaba al guardia y me llenaban a una especie de pasillo o galería. Había una especie de cubículo y me soltaban las manos y me esposaban adelante, hacía lo que tenía que hacer siempre en presencia de un guardia.
- Abogado defensor oficial Alejandro Castelli: Usted mencionó una explosión en White, ¿sabe qué fecha fue?
- Por lo que deduzco en interrogatorio ellos daban por sentado que fue un atentado pero no puedo saber eso. La fecha no la sé pero ha sido en los meses previos a mi detención. El año es 1977.
- Abogado defensor oficial Alejandro Castelli: ¿Podría precisar la fecha del servicio militar?
- No, digo lo mismo, unos meses previos. Estuve poco tiempo, algo de un mes, porque fui dado de baja por ser asmático.
- Abogado defensor oficial Alejandro Castelli: ¿Hay algún episodio donde haya podido ver algo por debajo de la venda?
- No, las vendas estaban bien hechas. No tenía forma porque tampoco tenía las manos.
- Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿En qué fuerza hizo el servicio militar?
- En Ejército, en Calamuchita.
- Juez Jorge Ferro: Ante una pregunta del fiscal dijo sobre la existencia de médicos, ¿eran médicos o enfermeros?
- No tengo forma de saberlo, me dijeron que era un médico. No puede constarme.
- Juez Jorge Ferro: ¿Declaró frente a un juzgado militar?
- Declaré en 1984 frente a la Conadep y la ratifiqué en 1987.
- Juez Jorge Ferro: ¿En un juzgado militar?
- Creo que sí, fue en el año 87, no sé exactamente qué era. Creo que militar.
- Juez Jorge Ferro: ¿El interrogatorio en esa circunstancia era el mismo que cuando estuvo detenido?
- No lo sé.
- Juez Jorge Ferro: Dijo que había reconocido a las personas en las fotografías. ¿Cuando le mostraban esas fotos le hacían algún comentario?
- En realidad eran preguntas.
- Juez Jorge Ferro: Dijo que su vida sería diferente si no hubiera sucedido lo que pasó, ¿en qué aspecto?
- No sé si esa es la forma de expresarlo. Creo que me afectó mucho, no puedo expresarlo en términos psicológicos porque no sé hacerlo pero sí creo que hubiera sido otra persona. Yo no pude seguir estudiando porque no me dejaron entrar a la universidad, tenía buenas notas, era buen alumno pero me pegaban, era así. Eso fue en el 76. En el 77 ocurre mi secuestro. En 78 intento ingresar en la Tecnológica y no me lo permiten, ya oficialmente, el rectorado. Lo tengo todo por escrito.
- Juez Jorge Ferro: ¿Cuál era el motivo?
- No me lo daban pero sabía que era por razones políticas. Si no me equivoco hasta el 81, 82, todos los años intenté ingresar.
- Juez Jorge Ferro: ¿Lo notificaron si estuvo a disposición del PEN?
- No, lo mío fue un secuestro.
(...) Era evidente que las fotografías eran tomadas sin el conocimiento de la gente.
- Abogado querellante Walter Larrea: Dijo que alguna de las fotos tenían un círculo rojo, ¿recuerda si la de Hidalgo lo tenía?
- No, francamente no lo recuerdo.
- Juez Martín Bava: ¿Algo más?
- No.
Silvia Haydee di Paul
58 años, divorciada, empleada.
- Fiscal Abel Córdoba: Fue citada en relación al caso de Daniel Esquivel, ¿podría relatar lo que conoció del hecho?
- Daniel y yo éramos novios en el año 77, él me llevaba a la Cultura Inglesa, yo estudiaba y me esperaba. Me pasaba a buscar el día que lo secuestraron. Me llevó como hacíamos habitualmente y cuando salí no venía, esperé un rato pensando que se demoraba por equis cuestiones y no llegaba. Empecé a buscarlo hasta que en un momento llamé a mi papá, él me vino a buscar, encontramos el auto en la plaza Rivadavia y ahí yo me empecé a preguntar qué era lo que pasaba. No me daba cuenta en ese momento.
Llamamos a la mamá y el papá de Daniel y empezamos la búsqueda que duró varios días. Hicimos la denuncia en la comisaría que está en calle Alem. Ahí empezó todo el peregrinaje buscándolo. Hicimos telegrama al Ministerio del Interior, fuimos a Punta Alta, a la base. Ahí nosotros esperábamos y Lidia entró, en realidad preguntó por el sacerdote, el capellán. Hablaron en el auto de él. No le dio ninguna respuesta. Volvió a subir y salimos. Después, no estoy relatando cronológicamente, estuvimos en un lugar que estaba en la calle Pueyrredón o Ing. Luiggi, los papás de Daniel hablaban mucho también estando yo presente con un señor que se llamaba Leiva que nos aconsejaba qué hacer porque él también había estado secuestrado o preso, en realidad yo más que nada acompañaba, la que hacía todo era Lidia y Carlos.
También sé que fueron al V Cuerpo, en ese momento no fui porque tuve que empezar a trabajar.
- Juez Martín Bava: ¿A qué lugar recuerda que concurrió personalmente?
- A la base, a la Curia donde hablaba Lidia con el sacerdote Tomassi, yo la acompañaba pero no podíamos entrar todos. Hicimos el telegrama al Ministerio. Sé que fui a muchos lugares pero en este momento...
- Juez Martín Bava: ¿A algún juzgado?
- No recuerdo haber ido a algún juzgado. Creo que en una oportunidad fuimos a ver un abogado.... Estoy un poco nerviosa, no sé por dónde seguir.
- Juez Martín Bava: Su testimonio son sus vivencias hacia el tribunal.
- Fueron días de hacer cosas permanentemente, no es que íbamos una vez a un lugar sino que después volvíamos a ir, todo el mundo lo aconsejaba a uno. Yo trabajaba en la Junta de Granos, ahí estaba la Marina creo. En una oportunidad le pregunté a un señor que se llamaba Monti, creo que era capitán, que me dijo que mi novio se había autosecuestrado. También recuerdo que el sacerdote dijo lo mismo, que no sabía que en el país se secuestraba gente. Tanto el de la base como el de la Curia. Después que pasaron todos esos días que fueron muy terribles, una noche sonó el teléfono y era Lidia que avisaba que Daniel había aparecido en Cabildo, que lo fuéramos a buscar.
Fuimos con mi papá, con Lidia y con Carlos. Estaba muy mal por supuesto cuando lo vimos. Muy flaquito, apenas podía mirar porque había estado con los ojos vendados mucho tiempo, me acuerdo que comentó que lo habían tenido con la misma ropa todo el tiempo, que le habían mostrado fotos. Inclusive le pregunté en un momento si además de estar flaco le había pegado y me dijo 'Me tuvieron todo el tiempo en la parrilla'.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿A partir de ese momento fue amenazado o perseguido?
- No que yo sepa.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Pudo retomar sus actividades?
- Claro que no, estuvo mucho tiempo mal evidentemente. Tardó un tiempo, los padres estuvieron mucho tiempo mal también. Además nos enterábamos a cada momento de gente del barrio que le pasaban cosas parecidas. Ahí fue cuando nos empezamos a dar cuenta qué era lo que estaba pasando.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué otras víctimas?
- Nosotros somos de White, María Angélica Ferrari, Rubén Zampini, un chico que en este momento no me puedo acordar el nombre que era rubiecito, iba a la escuela con mi hermana, recuerdo la cara pero no el nombre.
- Fiscal Abel Córdoba: En el 76, 77, vivía en Ing. White, ¿recuerda algún procedimiento masivo por parte de Fuerzas Armadas?
- Puntualmente no, recuerdo que sabía que había. Esta chica María Angélica apareció en La Plata con uno o varios tiros en la espalda y dijeron que era un enfrentamiento. Lo que se comentaba de Rubén Zampini era que lo habían pasado de tortura. Hay más nombres pero lamentablemente...
- Abogado querellante Walter Larrea: Le quiero hacer solamente la pregunta si usted sabe que al momento del secuestro de quien era su hombre, ¿tenía él alguna militancia política o sindical?
- Él era militante de la Juventud Comunista, del Partido Comunista desde los 17 años. En ese momento no se podía militar, estudiaba en la Universidad Tecnológica en el momento en que estaba Remus Tetu, Ponce, y había dejado de estudiar por esa razón.
Después con el tiempo volvió a trabajar pero no pudo retomar los estudios. Creo que todo lo que pasó tiene que haber influido para que se le fueran las ganas de estudiar. Después la vida, las obligaciones, pasó un tiempo para que él volviera a estar como antes.
Para toda la familia esto tuvo un gran impacto. El hermano después estuvo un tiempo bastante enfermo, el papá murió joven, una familia excelente, no creo que sea ajeno a este hecho. De hecho la mamá hoy por hoy tiene problemas de salud que no creo sean ajenos a este hecho. Es simplemente mi opinión.
Después nosotros nos casamos y al tiempo nos separamos. Para mí son recuerdos que tengo que traer de muy atrás.
- Abogado querellante Diego Czernieky: ¿Qué aspecto de su cautiverio le mencionó?
- Esto que había estado en la parrilla que es una cama con elásticos donde le pasaban la electricidad y le ponían la picana en todo el cuerpo. Tenía los ojos vendados todo el tiempo. A veces venía una persona que le decía que le convenía... le decía, era alguien que había estado en su situación y le decía que hablara, que así iba a poder salir más fácil. Lo más impactante fue que cuando lo llevaban a Cabildo todo el tiempo lo pateaban y le decían que lo iban a matar. Que cuando bajó del auto le dispararon, no había bala pero le disparaban.
Volvió como totalmente destruido, era muy joven y muy flaquito, cuando volvió pesaba aire...
- Abogado querellante Diego Czernieky: ¿Le comentó qué le preguntaban?
- Sí, le preguntaban por la explosión del elevador cinco de Ingeniero White. Lo acusaban de eso claro. Le pedían que nombrara gente, le mostraban fotos con gente que él tenía que reconocer... no sé qué más.
- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: Respecto a las fotos ¿recuerda que Daniel le haya comentado a las personas que vio en esas fotos?
- Sinceramente no.
- Abogado defensor oficial Alejandro Castelli: ¿Tiene conocimiento de la fecha de la explosión del elevador cinco?
- 76, 77, no recuerdo específicamente la fecha pero fue por esos años. O 75. Sé que fue anterior a esto.
- Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: En el año 76, 77 era vecina de White, ¿recuerda que fuerza armada o de seguridad controlaba las rutas, la Junta?
- Creo que la Junta era Marina porque estaban ahí, era un capitán, es una deducción no certeza. En las calles había de todo, tanto en Ing. White como en toda la ciudad.
- Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Vio personal del Ejército en White haciendo controles?
- Sí.
- Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿En qué oportunidad?
- Uno salía a la calle y le pedían documentos, uno los veía en la calle. Imagínese que han pasado muchos años pero aparte no nos movíamos solamente en White pero estaban en todos lados.
- Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: ¿Cómo reconoció que era personal del Ejército?
- Porque tenían botas y uniforme.
Eduardo Carlos Álvarez
64 años, divorciado, empleado judicial.
- Cabe aclarar que me desempeño en la Secretaría de Derechos Humanos del Juzgado Federal 1, soy jefe de despacho. Conozco la causa por la instrucción.
- Juez Martín Bava: Lo pongo a disposición de las partes, si hay alguna oposición a que declare.
(La fiscalía entiende que puede declarar diferenciando los hechos vividos de los acontecimientos que pudo conocer en el desempeño de su función.
La querella apoya la moción del fiscal.)
- Abogado defensor oficial Alejandro Castelli: La defensa se opone porque probablemente tenga cierta influencia en sus recuerdos de modo que no se puede garantizar que esté ante un recuerdo puro. Va a estar afectada su objetividad.
- Abogado defensor oficial Leonardo Brond: Adhiero a lo que acaba de expresar mi compañero.
- Abogado defensor particular Hernán Vidal: Esta defensa va a apoyar la moción de la defensa oficial.
- Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: Sin perjuicio y respeto que siento por la persona que está acá voy a adherir a lo que dice la defensa oficial. Creo sobre todo que la declaración del señor Álvarez no es necesaria.
- Abogado defensor particular Luis De Mira: Adhiero a la postura de Gutiérrez pese a que no veo que sea demasiado útil.
- Fiscal Abel Córdoba: El testigo ha sido víctima y según declaró en el año 2000 ha permanecido en un centro clandestino. La misma circunstancia en el caso de Benamo y de Gutiérrez, en este caso en el año 2000 el testigo señaló que identificó a víctimas que forman parte de este juzgamiento.
- Abogado defensor particular Hernán Vidal: De todas maneras el caso del cual incumbe al testigo no se está tratando en este momento ante el tribunal.
- Juez Martín Bava: Es bueno aclararlo, el tribunal va a hacer un cuarto intermedio de cinco minutos.
(Minutos después)
-Juez Martín Bava: Por estricta aplicación del art. 241 del Código de Procedimiento el tribunal entiende que debe declarar. Si no es en este tribunal ¿dónde va a declarar? En cuanto a los dichos que vuelque es la sana crítica de los señores magistrados, los que deberán evaluar si su testimonio está viciado o no.
(Dado que el testigo fue ofrecido por la querella que representaba la abogada Mirta Mántaras el fiscal deja en manos de la querella el inicio del interrogatorio.)
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Podría comentarle al tribunal para la época en que se desarrollan los hechos cómo estaba compuesto su grupo familiar y a qué se dedicaba?
- Era empleado judicial en la provincia y éramos mi esposa y dos bebes mellizos. Ana María Damiani.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Fue víctima de alguna violación a los derechos humanos en 1976?
- Sí, el secuestro fue al ingresar a mi vivienda cuando salí del ascensor en el piso que me correspondía me capturó un grupo de detenidos y nos llevó en dos o tres autos sin poder ver a dónde nos dirigíamos.
- Fui en el piso....
- Abogado defensor particular Mauricio Gutiérrez: Tengo entendido que su testimonio fue ofrecido en un caso particular.
- Juez Martín Bava: Usted tiene razón, es Chironi, pero algún marco tenemos que darle...
- Abogado defensor particular Hernán Vidal: Me parece perfecto el tema del marco histórico pero si al señor se le han violado los derechos humanos va a ser otro tribunal, sino estaríamos pasando prueba de un tribunal a otro.
- Juez Martín Bava: Creo que tendríamos que adentrarnos en la relación con los casos por los cuales el señor ha sido citado.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Usted fue alojado en una establecimiento legal?
- No, legal para nada.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Las personas que lo tenían cautivos eran las mismas que lo secuestraron?
- Alguno sí, se dio a conocer como tal.
- Juez Martín Bava: Ya está circunscripto...
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Podría decir si conoció a otros detenidos en la misma condición?
- Sí, no conocí sus nombres en ese momento sino estando en la Unidad Penal 4. Del centro clandestino de detención fui llevado el 1 de octubre del 76 y el 13 de enero del 77 aparecí en el portón de la cárcel.
- Por referencias vagas, las vías del tren que pasaba... En ese momento no pude identificar dónde estaba.
- Juez Martín Bava: Nuevamente le manifiesto que se circunscriba a los casos por los que fue citado.
- Abogado querellante Walter Larrea: El señor fue citado por el caso Chironi que estuvo detenido en el mismo momento, simplemente es eso...
- Juez Martín Bava: La pregunta la hago yo, ¿recuerda a sus compañeros de cautivero?
- Sí, al estar en la cárcel. Uno es Chironi, había gente que venía de Viedma también. Bermúdez, Meilán, Abel, Ayala, Crespo, después ya eran de otros lados.
- Juez Martín Bava: ¿Esas personas las identifica como detenidas en la unidad?
- Ya una vez en la cárcel sabemos que habíamos estado todos en el mismo lugar.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Conoce el estado de salud de Chironi en la U4?
- En la U4 estaba bien pero no estuvo bien en La Escuelita. Él vino unos días después, tal vez una semana.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Tiene conocimiento que haya estado en la enfermería?
- Puede haber estado porque llegó en un estado bastante malo. Cuando ingresó tuvo una noche... entró con un estado de delirio a raíz de las torturas que le habían inflijido. Después me enteré que a veces es característico de haber pasado por sesiones de torturas muy extensas.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Sabe si fue atendido por personal médico?
- No conozco, en mi experiencia personal no sé si eran médicos porque teníamos venda en los ojos, una vez me dieron una pastilla pero me lo podía haber dado cualquiera.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Recuerda cuál fue la evolución de Chironi en Villa Floresta?
- Después se restableció como todos, en los recreos jugamos al fútbol y de otra forma no hubiera sido posible.
- Juez Martín Bava: ¿Chironi juagaba al fútbol?
- Sí, con muchos otros...
- Juez Martín Bava: ¿O sea que su recuperación fue buena?
- Por lo que se veía sí.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Compartió otros lugares de detención con Chironi?
- Yo estuve un tiempo en Rawson pero ellos estaban en otros pabellones, fuimos distribuidos de otra manera. Rawson es mucho más grande que la de Bahía.
En Villa Floresta compartimos el pabellón de subversivos. Estaba arriba del que usan los que salen a trabajar. Eran celdas de a dos. Estábamos en diferentes celdas, yo tuve dos compañeros, al principio era una persona que la detuvieron por un tema que todavía la captura estaba vigente pero se estaba por ir a vivir a Alemania, se llamaba Pedro Schinfle (?) y después estuve con Madina.
El compañero de celda de Chironi puede ser un chico de apellido Bertani.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿El pabellón de subversivos era objeto de tratos particulares?
- Había un oficial que era una especie de nexo entre la dirección y el pabellón nuestro que tenía un trato un poco más violento o se dirigía de otra manera. Para el común de los empleados eran unos presos más. Ese era el oficial Núñez.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Qué supo de la evolución de Chironi?
- No supe, me liberaron en diciembre del 78, no sé si siguió más o menos tiempo.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿A Villa Floresta ingresó vendado?
- Yo fui de mañana en una camioneta por un camino raro de tierra. Recién me sacaron la venda cuando aparecí frente al portón de acceso.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Puede repetir la fecha en que fue puesto en libertad?
- En libertad total, porque estuve un año en prisión domiciliaria, fue en diciembre del 78. Del 13 de enero del 77 hasta esa otra fecha estuve a disposición del PEN.
- Abogado querellante Diego Czernieky: En el período del centro clandestino, ¿qué otra cosa recuerda respecto a Chironi?
- Esa noche que relaté y después teníamos los ires y venires de la vida diaria ahí adentro pero no recuerdo nada en particular que lo diferencie del resto al señor Chironi.
- Abogado querellante Diego Czernieky: ¿Respecto a Meilán, Bermúdez...?
- No.
- Abogado querellante Diego Czernieky: ¿Pudo identificarlos de alguna manera?
- No, no eran conocidos. Después en la cárcel cada uno tiene su relato.
- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: Cuando estuvo en el centro clandestino aparte de las personas que identificó en la cárcel ¿había otras personas?
- Juez Martín Bava: No doctora, no le hago lugar a eso porque está circunscripto al caso Chironi.
Es un testigo de una característica especial que requiere que la limite en las preguntas.
- Abogada querellante Mónica Fernández Avello: Discúlpeme pero acá el doctor Benamo declaró y tenía conocimiento de la causa.
- Juez Martín Bava: El doctor Benamo declaró por su propia causa.
- El fiscal Abel Córdoba no hizo preguntas pero pidió que se incorpore la declaración previa a la condición actual del testigo.
- Abogado defensor oficial Alejandro Castelli: Como esta defensa se opuso a su declaración no va a formular preguntas.
- Abogado defensor particular Hernán Vidal: ¿Cuándo conoció a Chironi?
- Con nombre y apellido estando en la cárcel.
Bahía Blanca, 20dic11
Corresponsales del Equipo Nizkor
This document has been published on 22Mar12 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |