EQUIPO NIZKOR |
|
07dic11
Sinopsis de la audiencia de 07dic11 en el juicio por crímenes contra la humanidad cometidos bajo control operacional del Comando V Cuerpo de Ejército con sede en Bahía Blanca
Comando V Cpo de Ejército
Audiencia del martes 7 de diciembre de 2011La audiencia contó con la presencia de los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca Jorge Ferro (de la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata); José Mario Triputti (del Tribunal Oral Federal de La Pampa), Martín Bava (juez federal de Azul) y el juez sustituto Oscar Hergott (del Tribunal Oral Federal Nº5 de Capital Federal).
Además, participaron el fiscal Abel Córdoba; el abogado Víctor Benamo por la querella de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Nación y los abogados querellantes por familiares y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Walter Larrea y Diego Czerniecky. Por la defensa pública los doctores Gustavo Rodríguez, Alejandro Castelli y Leonardo Brond y los particulares Luís De Mira, Hernán Vidal, Mauricio Gutiérrez y Walter Tejada.
TESTIMONIOS Héctor Osvaldo González
Funcionario público, vive en Punta Alta.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Dónde vivía usted en el año 1977?
- Me caso en el 77 y por mi trabajo cursé Ingeniería Química, me radico en calle Yrigoyen y Alem.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Tenía actividad política?
- Si en la JUP.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo ocurrió su secuestro?
- Veníamos del cumpleaños de un familiar, vivía en un departamento al fondo, era medianoche del 18 de abril del 77. Realizan un allanamiento, era personal con ropa de fajina de la marina a cara descubierta. Nos sacan del domicilio, luego de un trayecto de algo más de una hora nos llevan a un lugar de cautiverio, que era en la zona de Baterías en Puerto Belgrano. Nos sacan a mí y a mi mujer.
Pasan dos o tres días. Después de ahí nos indican que nos van a mover, pedimos un tiempo porque pensamos que nos mataban.
Fiscal Abel Córdoba: ¿Por esos días los interrogaron?
- Sí, fueron períodos de estar esposados y con capucha boca abajo parados. Nos picanean, nos ponían cerca uno de otro cuando nos torturaban.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Por quién preguntaban?
- Eran muy diversas, por compañeros que estaban detenidos, otros que no conocía. El último tiempo estábamos en Bahía y los fines de semana íbamos a comer a casa de nuestros padres y notábamos, era evidente, algún seguimiento. Y de golpe por la época, más de un año del golpe, seguían buscando si teníamos contacto con dirigentes barriales, para generar nuevas detenciones.
La actividad mía era pública, estudiaba en la UNS trabajaba en una empresa de frutas. Y por otro lado practicaba deportes de forma notoria, era muy visible.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Alguna de las personas por las que le preguntaban fue víctima?
- Sí, había compañeros que habían sido secuestrados con antelación y aparecieron como víctima de enfrentamientos, eran dos chicos de Punta Alta. Carlos Ilacqua y Andrés Lofvall.
Luego de esto vamos a La Escuelita, no sabía que había un lugar así de detención en Puerto Belgrano, o sea lo intuimos por la vegetación, el ruido del mar nos dio la idea de dónde estábamos en primer momento. Lo de La Escuelita era un secreto a voces.
- Fiscal Abel Córdoba: Relate su vivencia en La Escuelita
- Esto fue un período... en algún caso el relato puede tener algún tipo de cuestión de altibajo. Fueron muchos días, aparezco el 26 de julio del 77, son 97 días en La Escuelita. El tema fue intenso, el tormento de distintos tipos picana, simulacro de fusilamiento, golpes, submarino. Después de eso fui una persona que estaba buscando su destino ahí. Estimo que estaba solo, no escuchaba ruidos ni voces, salvo esporádicamente cuando había alguna celebración. Recuerdo una que era 9 de julio porque me dieron de comer carne, estaban haciendo un asado.
Hacia el final del cautiverio no puedo precisar mucho porque había perdido la noción. Estaba muy débil porque no me alimentaban. Ya no había preguntas.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿En qué posición permaneció esos días?
- Atado a la cama. Todavía tengo el reflejo de acomodarme la esposa del lado derecho. Estaba vendado. Cuando llego a este lugar desaparece la capucha y me vendan. Todavía tengo las marcas en el cuerpo.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Se podía comunicar?
- Salvo gritos de compañeros no alcancé a estar en contacto con nadie. A mi me separan de mi mujer y no tenía contacto. En esta instancia muchas veces uno en la desesperación le pasa por la cabeza la intención de buscar un suicidio, darle un final. Buscar un guardia, chocarlo para que todo terminara. Estar lejos de mi señora me generaba seguir...
No quería dejarla sola, era el mejor homenaje que le podía hacer. Era una situación de mucha desesperanza.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Podría describir cómo era el lugar de La Escuelita?
- Inicialmente cuando llegamos estábamos en una casilla rodante, donde permanece mi esposa y luego una edificación vieja grande. Yo estuve en dos habitaciones, por ahí en un momento donde se anima a mirar algunas cosas, uno podía ver la habitación. Era grande, había cuchetas de elástico, las habitaciones eran parecidas, había un pasaje entre ambas. Había una reja, tenían ventanas con postigones ciegos.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿El piso pudo percibirlo?
- Era de cemento.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Había una galería?
- Al salir una oportunidad. Era un trayecto hasta que salíamos, eran unos 10 o 12 pasos.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿El personal que actuaba tenía diferentes funciones?
- Un par de veces donde me di una ducha me sacan la venda, vi gente no encapuchada pero tenían sobre la cara una cobertura como de un apicultor. La forma de expresarse, era gente que no parecía ser del lugar. El trato de ellos imagino que era personal subalterno, tenían apodos de animales, también Abuelo o el Tío.
Yo conozco la disciplina de los militares porque vivo en Punta Alta, esto no tenía disciplina, se les escapa un disparo de arma y había risotadas. Salvo cuando venía alguien al que le decían el Mayor.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Este Mayor iba a La Escuelita?
- Sí.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Iban médicos?
- No, no había control médico de ningún tipo.
- Fiscal Abel Córdoba: Más allá de no comunicarse, ¿supo si habían pasado personas por ese lugar?
- Sí, no quiero caer en inexactitudes, porque después estuve cinco años preso, y no quiero caer en inexactitudes. Había menciones a un compañero que yo no conocía de su militancia que había estudiado Ingeniería Química. Nos nombrábamos por el apellido, lo habían maltratado mucho, era de apellido Bonfiglio, después referencias a una compañera, no recuerdo su nombre, pero hablaban de su militancia y la tenían para lavarla ropa. Luego no mucho más.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Tuvo referencia que estaba alguien conocido de Patricia Acevedo?
- Se mencionaba que esta compañera había fallecido en un enfrentamiento en calle Chiclana y su pareja había estado detenida y tenía una actitud de colaboración.
- Fiscal Abel Córdoba ¿Supo qué pasó con su mujer en esos días?
- No, más aun cuando aparezco en Villa Floresta superando la etapa inicial. Pregunto a los detenidos que ya estaban si había mujeres, me dicen que sí que había dos o tres. Consulto los nombres y no era ninguna mi esposa.
- En la ignorancia de esto escribo a mi madre pensando que podía haber pasado lo peor. Me visitan en Floresta y aparece mi padre, mi hermana y mi esposa.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Esta incertidumbre lo atormentó?
- Sí, fueron distintas sensaciones, uno esperaba la muerte. Yo soy una persona de mucha fe, estaba deseando que llegara ese momento de estar junto con mi esposa. No pensé que nos iban a blanquear, pensé que llegaba la muerte
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo llegó a la cárcel de Villa Floresta?
- Esposado y vendado. Lo que vi fue muchos uniformes del servicio penitenciario. Y la persona a cargo que después nos llevó a Rawson.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Los vehículos que los trasladaron desde La Escuelita a la cárcel son los mismos?
- Entré en un vehículo particular.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Con quién habla en el penal?
- Con el responsable que está fallecido. No recuerdo el nombre. No me interesa recordar el nombre.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Esta persona le advierte lo que le esperaba?
- Sí, era una amenaza. El 22 de agosto del 77 es el aniversario de lo de Trelew y nos trasladan a Rawson. La recepción fue acorde a esta situación desgraciada. Nos reciben vendados y recibimos muchos golpes.
- Fiscal Abel Córdoba: Usted relató un episodio con Benamo ¿qué recuerda?
- El doctor Benamo estuvo detenido en otro pabellón. La esposa de Benamo y la mía coincidieron en las visitas.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿tuvo contacto con algún religioso?
- Sí, como decía yo, mi actividad fue desde muy chico vinculada al quehacer de la iglesia, tenía relación con los curas de Bahía Blanca y Punta Alta. Algunos de estos curas cuando nos trasladan a La Plata nos visitan. A Ogñenovich mi familia lo fue a ver y le testimonian, el obispo le dice que estaba vivo.
Logran una vista de contacto donde yo humanamente me quejo del tiempo trascurrido, le digo que me habían negado la salida del país y Ogñenovich me dijo 'flaco pero estas mejor, estás sin capucha'.
- Abogado querellante Diego Czernieky: ¿Cuando estuvo en La Escuelita cómo era la alimentación?
- Se escuchaban vehículos, no se olía que se prepare comida en el lugar, no se escucha la actividad de cocinar ahí. Por eso conté lo del 9 de julio porque sí se escuchó hacer una parrillada.
- Abogado querellante Diego Czerniecky: ¿Durante los 90 días que estuvo los guardias fueron los mismos?
- Sí, se notaban cambios en las voces.
- Abogado querellante Diego Czerniecky: ¿Y la de los interrogatorios?
- Era gente vinculada a inteligencia, la forma de comunicarse era diferente a la de los guardias.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿En La Escuelita escuchó a los guardias hablar de Sotuyo?
- Sí, la compañera que yo refería, que lavaba ropa, que tenía expectativa de que podía ser liberada.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Usted sabe qué pasó con ellos?
- De él tengo la referencia de que murió en un enfrentamiento y ella que la habían matado.
- Juez Martín Bava: ¿Qué nombres recuerda?
- Estuvo Madina, lo charlamos en Rawson.
- Juez Jorge Ferro: ¿Y por algún comentario en el penal 4 de Villa Floresta?
- Sí, ahí charlamos con varios que no habíamos estado en otros lados detenidos clandestinamente.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿El año anterior a su secuestro tenía actividad comercial?
- Tenía en el 76 con un compañero la concesión de lo que es el buffet del Hotel Belgrano.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Recuerda el apellido de su socio?
- Era Bocha Eraldo.
- Abogado querellante Walter Larrea: ¿Sabe si le sucedió algo?
- Cuando dan el golpe lo detienen junto a mucha gente y después lo liberan. Hacemos la sociedad después de su detención.
- Abogado querellante Walter Larrea: En su relato mencionó a Benamo ¿qué fue lo que se habló?
- Sobre comentarios, nunca lo hablé con él.
- Abogado querellante Víctor Benamo: ¿Cuándo los trasladaron a Rawson?
- El 22 de agosto del año 77.
- Abogado querellante Víctor Benamo: ¿Dónde lo destinaron?
- Quedamos en el pabellón 6 hasta el año 79.
- Juez Martín Bava: ¿Usted es puesto en libertad en La Plata?
- Sí, en octubre del 81. Era libertad vigilada hasta el 82.
- Abogado defensor oficial Alejandro Castelli: Las personas que lo detuvieron usaban ropa de fajina, ¿de qué fuerza?
- Era de marina.
- Abogado defensor oficial Gustavo Rodríguez: ¿Se registró su ingreso en la unidad 4?
- Habría que preguntarles a ellos.
- Abogado defensor oficial Gustavo Rodríguez: ¿Se hizo legajo?
- No, me sacaron fotos y no tenía documento, me lo hicieron en Rawson.
- Abogado defensor oficial Gustavo Rodríguez: En el traslado de la Base Espora dice que participó la Unidad N 4, ¿cómo llega a esa conclusión?
- No trasladaban en celulares que no son de las fuerzas armadas y a la cabeza estaba el responsable de la unidad gritando y un arma larga en su poder.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué sabe del caso Bombara?
- Lo conocí de antes como tanta gente que conocí de la militancia, supe de su detención y de lo que aconteció no de forma directa sino por los comentarios de algunos compañeros.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Sabe lo que pasó?
- Por comentarios habría sido aprehendido con vida y luego una situación de martirio y muerte.
Delia Beatriz Georgetti
- Fiscal Abel Córdoba: ¿En 1976 donde vivía?
- En Punta Alta y en el 77 en Bahía Blanca en calle Yrigoyen vivía con mi esposo Héctor González.
Nosotros fuimos secuestrados el 19 de abril de 1977. Ingresaron por todos lados, techo, pasillo, irrumpieron un montón de personas portado armas. Inmediatamente nos pusieron contra la pared y nos ataron las manos, nos llevaron y tiraron en la caja de una camioneta. Cuando trato de hablar con mi marido escucho que le dan un itacaso en la cabeza, desde ahí no hablamos más.
Anduvimos un trecho, llegamos a un lugar a la Base de Baterías y ahí nos sacan de la camioneta. A mí me dejan sola, un tiempo que no puedo precisar, de pie. Irrumpen un grupo de personas y uno de ellos comenzó a gritarme y a pedirme que me sacara la ropa. Me negué, me pegaron, me desnudé, me manosearon. Luego volví a vestirme y me dejaron un tiempo considerable. Más tarde me llevan a un lugar donde me tiran en una colchoneta boca abajo, encapuchada y atada de manos. Ahí no estaba sola, se escuchaba como que había más personas. En un momento dado se escucha que dicen que nos sacan, ahí se escuchan los ruidos de gente que es levantada y después no escucho más nada.
Pasa un tiempo, soy levantada bruscamente hacia un lugar donde estaban torturando a mi esposo. A mí también me torturan para obligarme a que les de nombres. Después de eso vuelvo a estar permanentemente sola. En un momento me sacan la capucha y me tabican.
Estuvimos tres días ahí y en un momento me llevan a una habitación y ahí escucho a mi marido y teníamos la sensación que nos estábamos despidiendo. A mí me trasladan en la caja de una camioneta. Andamos un trecho considerable, una hora y cuando llegamos me instalan en una casilla. Tenía un lugar donde acostarme ahí, siempre tabicada. Regularmente sentía que abrían la puerta para mirar si estaba. Se escuchan los ruidos del exterior, como torturaban a otros compañeros. Escuchaba cómo los sumergían, se escuchaban sus intentos por respirar cuando salían a la superficie. En una oportunidad que entra alguien me puso un revolver en la sien y simuló que iba a disparar. En una oportunidad me llevan para bañarme, era un baño grande, antiguo, piso blanco y negro. La persona que me lleva me saca la venda y tenía un gorro como con un velo con agujeritos.
Me dijeron que cuando terminara que le lavara la ropa. Había una pileta con ropa que supongo que era de secuestrados que no estaban vivos. Al rato abrieron y me volvieron a la casilla. Desde que nos separamos con mi marido no supe nada de él, me sacaron para tomar declaración. Alguien tipeaba a máquina, pedían datos personales. Yo milito desde muy joven, tenía militancia barrial y social.
Después de nueve días me vuelven a llevar en una camioneta y me dejan en Grumbein, en diagonal a las vías del ferrocarril. Me dicen que no me quite las vendas y me cuesta identificar dónde estoy. Pasó un micro y me subí, estaba atestado, era hora pico. En el peldaño de la escalera y cuando me pide para pagar le digo que no tengo dinero.
El tema era a donde iba porque mi mamá sufría de neurosis depresiva, no sabía qué pasaba con ella. Mi prima me dice que se enteró por mi suegro. Voy a lo de mi suegra le cuento qué nos pasó, me preguntan por Héctor y yo no sabía nada. Habíamos perdido contacto.
Pasada esa instancia tratamos de hacer trámites, contactarnos con quienes pudieran hacer algo por Héctor. Se presentaron recursos de habeas corpus, más de uno, jamás recibimos respuesta. A través de un familiar que estaba en Caritas en Bahía fuimos a ver a Ogñeñovich. Me interpeló preguntándome por mi secuestro y el de mi esposo, quedó en que iba a averiguar si Héctor estaba con vida. A través de él supimos que estaba con vida pero no teníamos otra referencia.
Continuamos, yo estuve secuestrada nueve días y Héctor cien. Él escribe una carta a su casa, le escribe a su madre diciéndole que estaba en Villa Floresta, fuimos a visitarlo. La primera impresión que nos dio más allá de la alegría de verlo con vida era que estaba muy delgado y pelado. Pudimos visitarlo esa vez y dos veces más, después los trasladan a Rawson. Ahí fue todo más conflictivo, más complicado. Teníamos la opción de ir todas las semanas o de ir cinco días cada 45, elegimos por la distancia esa opción. Sufríamos humillaciones por parte del penal.
En ese lugar estuvo hasta septiembre del 79 y de ahí a La Plata a la Unidad 9. Nosotros nos enteramos por rumores. En el V Cuerpo a veces no atendían y a veces tardaban horas en atendernos. Comenzamos a pensar en salir del país, tramité las visas a España, Canadá y Alemania. Nos la daban y después nos la denegaban.
- Fiscal Abel Córdoba: En los lugares donde estuvo, ¿reconoció si había personas en su misma condición?
- Escuchabas, pero nombres no.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Cuando fue liberada sabía dónde había estado?
- Luego sí.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Tuvo que declarar en alguna comisaría?
- Sí porque hubo una persecución laboral. Al poco tiempo me citan de la Policía Federal de Bahía sin especificar el motivo, me atiende el comisario y me hace preguntas: dónde estuve secuestrada, si sabía quién y cuánto tiempo estuvo. No hizo más preguntas. Le preguntamos por qué y nos dijo que había un requerimiento para profundizar esta información. Extraoficialmente sé que se pidió desde la escuela.
- Fiscal Abel Córdoba: En la Unidad 4, ¿cómo era el trato?
- En todas las unidades fue muy humillante. Nos revisaban a todas, nos quitaban la ropa, se hacía de a grupos. A mi suegra, había hecho una promesa, se había pelado y usaba peluca, se la hicieron sacar.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Le quedaron secuelas de ese período?
- Pasaron 34 años y cuesta recrear todo eso, uno no hace más que volver a revivir las humillaciones e injusticias y eso perjudica la convivencia y las relaciones.
María Susana Bossi
35 años, abogada, hija de Susana Traverso y Néstor Bossi.
- Fiscal Abel Córdoba: Usted fue citada como testigo por el caso de sus padres, ¿qué puede contarnos de lo que les sucedió?
- Respecto a la referencia quería ofrecer una carpeta con documentación de las cosas que fue investigando mi abuelo. Son cartas a organismos internacionales, Ministerio del interior, minutas con un mayor del Ejército de apellido Delme.
Antes de empezar traje estas fotos que son de mis papás, que es importante que esos nombres tengan rostro.
Mi abuelo, el que investigo se llamaba Darío Laurito, es mi abuelo.
Para mí es un continuo a partir de los cinco años, empiezo a preguntarles a mis abuelos por mis papás, me dice mi abuela que ella creía que me habían abandonado. Me explica que soy hija de desaparecidos, me acuerdo que íbamos a preguntar por mis papás en la iglesia. Recuerdo reuniones con un militar en una oficina, mi abuela no tenía con quién dejarme, recuerdo ir a Plaza de Mayo. Reuniones en organismos de derechos humanos. También vino una vez a mi casa Luis Velasco que había sido compañero de celda de mi papá, después voy encontrando algo en estos papeles.
Velasco vuelve a detallarme lo que vivió con mi papá. Mis abuelos me van contando que entran a mi casaba las once de la noche, se la llevaban a mi mamá, ella hace una bola con ropa para mí y escribe en un papel el número de teléfono de mi abuelo. Me dejan en un cotolengo. Mi abuelo va a buscarnos va a ver la casa y la encuentra vacía, deshabitada. La vecina le explica que se la habían llevado de noche hombres armados, en camionetas se llevaron todo, se enteran que hicieron como una zanja como para fraguar un enfrentamiento.
A mi abuelo en junio lo meten preso tres días y después lo liberan.
Como estoy en un cotolengo interviene un juez de apellido Alves porque aparecía como un abandono de persona. Alves ayuda a liberar a mi abuelo.
Todo el trámite de la tutela fueron décadas para acreditar la moral de mis padres y que no habían abandonado a su hija. De adulta conocí con el juicio a Von Wernich que este estuvo en la celda con mi papá, tuvieron un diálogo. Mi papá se quiebra y le pide por su vida y él le dice que depende de la ayuda que dé y de Dios. Hace poco también recuperamos los restos de mi mamá que no sabíamos nada desde su secuestro, se comunicó el equipo antropológico, nos dijeron que fue asesinada el 3 de julio. En el diario salió que fue un enfrenamiento en La Plata. La mataron con una itaca. Estuvo todo este tiempo en un cementerio de La Plata como NN.
En este juicio recurrí a estos papeles para darles un sentido, entiendo que van a surgir nuevos datos de mis padres y también en el circuito Camps. Me enteré más cosas, es un principio, de conocer, buscar la verdad. Que es difícil de describir porqué uno la busca. Busca saber, ponerles nombre. Por más que sea difícil y doloroso.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Velasco le contó del paso de su padre por Bahía Blanca?
- Solo con mi padre estuvo. En el anexo del Nunca Más dice que estuvo en La Plata.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Quién le hizo referencia de los trámites?
- Mis abuelos.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué nos puede decir sobre el oficial que mencionó?
- En la carta coincide una reunión con Delme, pero fueron tres entrevistas, pero como si fuera una sola entrevista. Mi abuelo describe que había reunión los martes y viernes, que Delme era un hombre alto de pelo canoso, mi abuelo cuenta que Delme consultó por Bossi y se alborotó todo. Delme le dice que se trataba de un cabecilla de Mar del Plata y mi abuelo niega eso. Delme dice haberse metido con los detenidos en la celda y ahí les conocía la verdadera cara.
Después en la tercera entrevista le vuelven a preguntar y ahí dice que los conoce porque había estado luchado en Tucumán. Mi abuelo destaca que dejaron de ir por el odio que había hacia los Montoneros. Y que no había lugar de sacarlo de esa cosa, que no se podía hacer nada. Mis abuelos entienden que Delme era el responsable de la muerte de mis padres.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué edad tiene su abuela?
- Acaba de cumplir 90 años, esta muy mal psicológicamente.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué edad tenía usted cuando se llevaron sus padres?
- 14 meses.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué nos puede relatar sobre lo que ha generado en usted la incertidumbre de no saber dónde estaban sus padres?
- Yo los padecimientos los describo como duelo sucesivo, la niña que fui tuvo sus dificultades. En un ámbito de mi mente están los recuerdos guardados. Problemas de aprendizaje en el lenguaje, fui al psicólogo de chica para ver si recordaba, de adolescente volví al psicólogo, es una ausencia que está presente.
No sólo fue la ausencia sino los seres queridos sufriendo por lo mismo. Encontrar los restos de mi mamá me permitió un lugar donde ir a pensarla, fueron después de tantas décadas revertir eso con mi familia, tener una despedida, mi familia nunca se habían podido reunir para llorar a ese ser querido.
- Mi mamá fue secuestrada el 3 de junio de 1977, a mi papá el mismo día a la tarde. El secuestro fue acá en Bahía Blanca.
- Juez Jorge Ferro: Usted hizo referencia a las reuniones con Delme, ¿dónde se hacían?
- En el V cuerpo de Ejército.
- Abogado defensor oficial: ¿Desde hace cuánto tuvo acceso a esta información de la reuniones de sus abuelos con Delme?
- Hace poco, desde que me enteré que tenía que venir acá. Pero siempre estuvieron en mi casa.
(La defensa se opone a incorporar la documentación que trajo la testigo porque no es admisible. La fiscalía solicita que se incorpore. Defensa particular, dice que para que se convierta en prueba hay que certificar si es de los abuelos).
Luis Traverso
64 años, contador, vive Bella Vista provincia de Buenos Aires.
- Fiscal Abel Córdoba: Usted ha sido citado por el caso de su hermana Susana Traverso, ¿qué puede contarnos de lo sucedido?
- Tenía 27 años, estaba casada, tenía una hija. Me llamó mi mamá por teléfono y me aviso que habían hablado con mi padre, técnicamente mi padrastro, desde una comisaría de Bahía Blanca que había una niña en un cotolengo de Bahía Blanca y ahí teníamos la certeza de que había sido secuestrada.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo llegan a su sobrina?
- A mi sobrina la dejaron en un cotolengo en su ropa y un papel con el teléfono de mi padre, de apellido Laurito.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué gestiones hacen?
- Yo presenté habeas corpus en Capital Federal, fui con mamá al edificio de la Armada tratando de hablar con alguien y dejamos los datos. Yo fui al edificio de la nunciatura papal para tratar de ver a Pio Laghi, me dijeron que dejara los datos en unos papeles con poca esperanza. Otro día fui al departamento de policía para tratar de ver al Capellán y lo logro. Me manifestó que si se trataba de una desaparición que lo hablara con su secretaria que él tenía cosas importantes que hacer.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Al V Cuerpo fue?
- No.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Sus padres?
- Sí fueron, se entrevistaban con un oficial mayor, era Delme, pero no tuvieron ninguna respuesta positiva. Continuamos sin saber, nunca supimos, solamente distintas aproximaciones de lo que ocurrió cuando en el año 83 sale el Nunca Más y en el anexo a raíz de la CONADEP aparece el nombre de mi hermana y mi cuñado en el lugar que se los vio por última vez. Fuimos a verlo al juez y nos explicó que hasta ahí llegaron y no tenían apoyo de la policía para poder investigar.
Supe que hubo un testigo, después de eso si bien estábamos siempre esperando noticias, surgió el trabajo que hace el equipo de antropólogos forenses, fuimos a donar sangre para dejar nuestros datos genéticos por si se ubicaban los restos.
Hace unos meses, en agosto, nos informaron que aparecieron los restos de mi hermana. Fuimos a una audiencia a un tribunal de La Plata y nos hicieron la entrega de los restos. Pudimos hacer un velatorio con sus restos óseos en un cajón chiquito y un sepelio en el cementerio de la Chacarita y a partir ahí recién fue el duelo.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Su padre estuvo secuestrado?
- Sí, cuando vino a buscar a mi sobrina estuvo no menos de tres días en una comisaría. En aquel momento me animé a hablar por teléfono y me decían que no había problema pero se tenía que quedar ahí. Fue la misma comisaría que nos informó que mi sobrina estaba en el cotolengo.
Lo más cercano al duelo que tuve fue haber soñado con los huesos de mi hermana y llorar abrazado.
- Juez Jorge Ferro: ¿Conoce si su hermana tenía militancia?
- No puedo asegurarlo, sí sé que fue funcionaria en el Ministerio de Asuntos Agrarios en el gobierno de Cámpora. Trabajaba mucho.
- Abogado querellante: ¿Sabe si su padre guardaba o escribía lo que iba averiguando?
- Mi padre escribía todo, fue guardando lo que iba haciendo y particularmente hay un relato de sus vistas a Bahía Blanca entrevistándose con militares.
- Abogado querellante: ¿Podría reconocer la letra de su padre?
- Sí y particularmente la firma.
Martín Alberto Soto
51 años, vive en Neuquén.
- Fiscal Abel Córdoba: Usted fue citado por el caso de César Giordano ¿qué vínculo tiene?
- Era mi hermano por parte de mi madre.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Conoce los hechos o referencias?
- Por su suegra tengo conocimiento que su compañera fue secuestrada en diciembre del 76. Yo tenía 16 años.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Recuerda algo?
- La última vez que lo vi fue en Tres Arroyos, iba para Córdoba debido a su militancia política. Su mujer era Izurieta y vivían en Bahía Blanca. Estaban perseguidos desde el 75.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Qué sabe del secuestro de Oscar Durán?
- Fue detenido en el 75 y hasta el 79. Fue secuestrado cuando saltó de un paredón del colegio secundario donde esta tirando panfletos. Me contó que fue torturado y le preguntaban por sus compañeros de militancia.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Cómo se entera de la aparición de su hermano?
- Nos enteramos en un matutino local de Tres Arroyos que dice que cuatro personas fueron abatidas en General Cerri y que no acataron la voz de alto de una patrulla.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Su familia había realizado gestiones?
- Se hicieron habeas corpus y en marzo viaja mi madre a la ciudad de Bahía Blanca al V Cuerpo, pregunta por la vida de su hijo y le responden que no tenían a nadie con ese nombre.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Recuerda quién les entregó el cuerpo?
- Le entregaron el cuerpo en la morgue del Hospital Penna y le dijeron que no lo velaran. Esto no fue así, fue trasladado a Pringles, se veló esa noche y se le dio sepultura.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Su madre vive?
- Sí, tiene 76 años.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Usted supo dónde estuvo su hermano hasta que aparece?
- Con el correr de los años en el 2000 por una persona que fue testigo que está en Estados Unidos y en el 99 se hizo un juicio y es Alicia Partnoy en su libro describe varias cosas, ahí relata que se encuentra con su compañera de militancia Zulma Araceli.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Ella menciona a su hermano?
- Sí, incluso logran hablar.
- Fiscal Abel Córdoba: En este juicio oral no hay muchas personas que puedan dar una semblanza de su hermano ¿qué nos puede contar usted?
- Era un líder, un soñador, inculcándome valores. Fue una persona a seguir por su ejemplo, cursaba sexto año y lo hacía de manera nocturna para poder trabajar y solventar los gastos de vivir acá en Bahía.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Sabe dónde militaba?
- Era de la UES, adhería a Montoneros.
- Fiscal Abel Córdoba: ¿Y la esposa?
- Estaba en la JUP.
Bahía Blanca, 07dic11
Corresponsales del Equipo Nizkor
This document has been published on 27Feb12 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |