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30jul10
Aniversario 44º de "La noche de los bastones largos"
Se cumple hoy el 44º aniversario de "La noche de los bastones largos", uno de los hechos más vergonzosos y denigrantes de la historia nacional, que agredió de manera brutal no sólo a la comunidad universitaria sino al conjunto de la sociedad argentina.
Aquel 29 de julio de 1966 -casi justo un mes después del golpe de Estado perpetrado contra el gobierno constitucional y democrático de Arturo Illia-, tropas de asalto de la Guardia de Infantería de la Policía Federal, armadas con bastones largos, entraron con violencia a la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Buenos Aires, entonces en la calle Perú casi Diagonal Norte, de la capital argentina, y al grito de "comunistas de mierda, judíos, hijos de puta", hicieron desalojar el edificio. Estudiantes, profesores, investigadores y no docentes fueron obligados a salir en fila y subir a los camiones policiales. Antes de ingresar a los vehículos, fueron brutalmente golpeados con los bastones.
La imagen recorrió el mundo y aún hoy se la recuerda como uno de los signos emblemáticos del inicio del tiempo del desprecio y el oscurantismo académico. Las universidades habían sido intervenidas unos días antes y el gobierno del dictador Juan Carlos Onganía tuvo la pretensión absurda de que rectores y decanos quedaran en sus cargos como "delegados" del Ejecutivo.
La reacción no se hizo esperar y todas las universidades -también la de Córdoba- fueron tomadas por los estudiantes y docentes para resistir semejante manotazo autoritario y dictatorial. Fue en esas circunstancias que se produjeron "La noche de los bastones largos" y hechos similares a lo largo y lo ancho del país.
La herida inferida fue muy grande y la universidad argentina no pudo recuperarse del todo y retomar los niveles de excelencia de la década 1956-1966. Después de aquella noche de la ignominia, se abrió un período de violencia que fue en aumento en los años posteriores y se inició un fenómeno que todavía el país está pagando: el exilio de docentes e investigadores argentinos de primera calidad a universidades extranjeras.
Existen iniciativas para posibilitar el retorno de los científicos que se fueron después de 1966. Y bienvenidas sean. Pero tal vez los años perdidos sean irrecuperables.
Las universidades deben pensar y trabajar mirando al futuro, y tratar de acercarse a esos niveles de excelencia de la década 1956-1966. Y la sociedad argentina debe tener muy presente que el nefasto golpe de 1966 -que contó con la complicidad de parte de los grupos económicos y de la dirigencia política y de algunos grandes sindicatos- fue la página inicial de un largo infortunio histórico. Muchos se acuerdan del golpe de Estado de 1976, pero, en cambio, poco se recuerda el de 10 años antes. La memoria histórica debe ser completa para que sea válida y pueda orientar a las nuevas generaciones.
[Fuente: La Voz del Interior, Editorial, Córdoba, 30jul10]
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