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21mar03


Reiniciar condena la agresión a Irak y exige que Uribe Vélez explique a los colombianos su apoyo a Bush.


La agresión contra Irak por parte del Gobierno de Estados Unidos y sus escasos aliados requiere de una respuesta contundente de la sociedad civil para que no se consolide el nuevo orden mundial que preconizan los agresores y para evitar los actos de venganza en los que la mayoría de las víctimas son civiles. La Corporación para la Defensa y Promoción de los Derechos Humanos Reiniciar condena esta guerra y exige que el Gobierno de Uribe Vélez explique a los colombianos los motivos de su sumiso apoyo a los designios de Bush. El Presidente no ha tenido en cuenta a sus ciudadanos ni en la forma ni en el contenido de su decisión.

Uribe, haciendo una vez más gala de su perfil autoritario, no quiso que se planteara ningún debate sobre la cuestión y decidió obedecer ciegamente a la voz de su amo poniendo en grave riesgo a sus propios ciudadanos: apoyar la guerra preventiva desatada en Irak es abrir la puerta para que en Colombia pueda suceder algo similar o que nuestro país sea utilizado como base para agredir a otros. Además, Uribe Vélez tuvo la desfachatez de pedir públicamente el apoyo del pueblo colombiano cuando la decisión ya estaba tomada, situándonos en contra de la mayoría de la comunidad internacional a la que tantas veces se ha apelado.

De este modo, Colombia se ha aislado del resto de naciones latinoamericanas -que se han mantenido firmes en su oposición a la guerra a pesar de las dependencias y presiones del vecino del norte- y se ha alineado con los que creen en la razón de la fuerza. No obstante, esta actitud no debería sorprender a los colombianos ya que Uribe Vélez no ha hecho más que apoyar a aquellos que en el panorama internacional simbolizan la política guerrerista y poco respetuosa con los órganos de control que su Gobierno está implementando; es decir, Uribe enfoca el conflicto y asume las decisiones de instituciones como la Corte Suprema de modo similar al que Bush se plantea la guerra con Irak y las resoluciones de la ONU.

Estados Unidos no sólo ha ridiculizado a la ONU y ha menospreciado la voluntad mayoritaria de la población mundial -expresada en las masivas manifestaciones que siguen realizándose en los cinco continentes- sino que los argumentos expuestos para justificar el ataque se han vuelto en su contra. Todos los informes han demostrado que Irak no almacena armas de destrucción masiva, pero aunque las tuviera ¿cómo se atreve a censurarlo el país que más ingenios bélicos fabrica y vende en el mundo? ¿quién proporcionó la materia prima para elaborar las presuntas armas iraquíes?, "¿por qué Bush no muestra los recibos?", se pregunta con acierto Eduardo Galeano.

El Gobierno estadounidense también acusa a Irak de no respetar las resoluciones de la ONU cuando Bush ha desoído las peticiones que se le han hecho desde el Alto Organismo para que no iniciara la guerra y no se ha atrevido a pedir el respaldo de Naciones Unidas porque sabía que no lo obtendría; aplicando la misma lógica Israel ya tendría que haber sufrido cuatro invasiones de los marines porque su cantidad de incumplimientos de resoluciones de la ONU cuadruplica a los de Irak Además, iniciar una guerra sin el apoyo de la ONU constituye una agresión susceptible de ser juzgada por la Corte Penal Internacional que recientemente se constituyó; con razón Estados Unidos se opone tan tenazmente a este tribunal.

Y en vísperas del ataque, los consejeros de Bush tuvieron la desfachatez y la poca catadura moral de mostrar al mundo las imágenes de los kurdos del norte de Irak masacrados en 1988 por los gases asfixiantes que mandó arrojar Hussein. Hasta esa fecha el dictador iraquí había sido un fiel aliado de Estados Unidos, quien le prestó todo tipo de ayuda en su guerra contra Irán; Sadam decidió emplear parte de ese material contra sus ciudadanos rebeldes del norte sin que entonces esa acción supusiera una amenaza para la estabilidad mundial. Hoy, quince años después, los responsables de la política imperialista e inmoral de Estados Unidos emplean esos cadáveres en un último intento de justificar la agresión; tampoco ha exigido hasta ahora una respuesta de Occidente la feroz represión a la que Turquía somete a la minoría kurda del sur del país ya que los distintos gobiernos turcos siempre han estado al servicio de Estados Unidos. Estos hechos demuestran que aunque Sadam siempre fue un asesino sólo ahora interesa atacarlo porque ha dejado de ser útil para los planes no menos criminales de Bush.

Por todo lo expuesto, Reiniciar apoya la Jornada Nacional contra la guerra prevista para el 27 de marzo (11 a.m., Centro Administrativo Distrital, Calle 26#Carrera 30) con la consigna El pueblo en la calle contra la agresión imperialista y también respalda todas las actividades que muestren que el Gobierno de Uribe Vélez está solo en su decisión. Además, nos sumamos a la iniciativa de que el Presidente sea sometido a un juicio público y político en el Congreso.

Bogotá, 21 de marzo de 2003
Corporación Reiniciar

Guerra en Iraq y Estado de excepción Global

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Este documento ha sido publicado el 07abr03 por el Equipo Nizkor y Derechos Human Rights