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07Nov06


Hans Blix dice: "La tiranía en Irak era mala, pero la anarquía de hoy es aún peor"


Fue un protagonista de primera línea en el período previo a la invasión de Irak, en marzo de 2003, cuando se opuso a las intenciones de la Casa Blanca. Jefe de los inspectores de armas de la ONU en ese país del Golfo, el sueco Hans Blix se negó a convalidar la tesis de EE.UU. según la cual Saddam Hussein ocultaba armas de destrucción masiva. Respondiendo a un mandato de la ONU, este diplomático de 78 años dijo que no había evidencias que justificaran los planes de George Bush de atacar Bagdad. Hoy, tres años más tarde, afirma con contundencia: "La tiranía en Irak era mala. Pero la anarquía de hoy es aún peor".

Blix llegó ayer a Buenos Aires, donde participará del primer Simposio Internacional de la Federación Mundial de Asociaciones Pro Naciones Unidas, que se inauguró en el Salón Azul del Senado. También entregará un premio de un concurso de ensayos organizado en su honor por esa Federación.

"Desde la Segunda Guerra Mundial, la idea de sancionar a quienes cometen violaciones a los derechos humanos está presente. Creo que fue natural llevar a proceso al ex dictador iraquí Saddam Hussein y él tuvo una oportunidad de responder a las acusaciones que se le hicieron", dijo Blix durante una entrevista con Clarín, al comentar la condena al ex líder de Irak, sentenciado a morir en la horca por crímenes cometidos contra civiles en 1982.

—-La percepción común es que Irak está hoy peor que antes de la guerra ¿Coincide con esa visión?

—Estuvo todo muy mal bajo Saddam. Pero pienso que todo está peor ahora. Sigo creyendo que la guerra fue un fracaso en todos los sentidos, excepto en derrocar a Saddam.

—¿Por qué fue un fracaso?

— Bueno, el primer argumento para invadir fue eliminar las armas de destrucción masiva. Y no había tales armas. Esto fue escandaloso. El segundo motivo fue la necesidad en Irak de una democracia. Hoy hay una guerra civil. La tercera razón fue emitir una señal a los terroristas. Pero lo que tenemos hoy es una promoción del terrorismo.

—Pese a los dichos de EE.UU., no se hallaron armas de destrucción masiva ¿La guerra se basó en mentiras?

—Yo no uso la palabra mentiras. Pero sí es claro que EE.UU. no tuvo un pensamiento crítico sobre las evidencias disponibles. Y ellos pueden ser culpados de haber recibido evidencia y usarla alegremente.

—Si rechaza hablar de mentiras ¿por qué dice que la operación fue escandalosa?

—Cuando dije escandaloso me refería al uso de la evidencia por parte de los servicios de inteligencia. El ejemplo más flagrante fue el caso de la supuesta venta de uranio de Níger a Irak. Fue falso, un caso fraguado.

—En su libro "Disarming Irak", usted afirma que hubo "fallas monumentales de inteligencia." ¿Cuál fue la más grave?

—Justamente, ésta que acabo de decirle. Esto es lo escandaloso. Ellos enviaron un embajador a Niger a investigar. Dio su informe negativo. Y siguieron diciendo que hubo una venta.

—Usted escribió que Dick Cheney, el vice de Bush, desdeñó su trabajo en Irak ¿Qué hizo en concreto?

—Bueno, tome el caso del señor John Bolton (embajador de EE.UU. en la ONU). El tenía desprecio por las inspecciones.

—¿Pero qué clase de presiones sufrió de la Casa Blanca?

—En general, fueron mediáticas.

—¿Buscaron desacreditarlo?

—Sí. Cheney dijo, cuando fuimos a verlo con Baradei, como cito en mi libro, algo así como: "No dudaremos en desacreditarte en favor del desarme". Eso quería decir: "Si fracasas en sacar a relucir la evidencia, entonces te desacreditaremos". Pienso que eso fue una muestra de desprecio por la verdad, por la realidad.

—-¿Se siente reivindicado por lo que pasó tras la guerra?

—Nunca predije lo que pasaría.

—Pero ustedes tenían razón...

—-Sí. No dijimos que no hay armas. Dijimos que habíamos realizado 700 inspecciones en 500 sitios diferentes y que no encontramos nada.

—¿Es Irán el próximo Irak?

—No. Son casos muy diferentes. El punto es que, según la CIA, no tendrían armas nucleares hasta dentro de 5, 7 años. De modo que hay tiempo de negociar, no hay razón para lanzar bombas.

—¿Qué falla en el caso iraní?

— Sobre todo, no se les ofreció garantías de que no serán atacados si ellos cesan su plan nuclear. Hay una distinción con el caso norcoreano. A Corea del Norte se le garantiza que no habrá ataque o un cambio de régimen. Pero nada de eso hay con Irán.

[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 07nov06]

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War in Iraq
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