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30jun01


Guardias armados de Energisa SA, asesinan a líder comunal en Olancho

por Daniel A. Graham


EL OCOTAL, GUALACO, OLANCHO--El día sábado, 30 de junio, a las 12:45 de la tarde, uno de los más vocíferos y hábiles lideres de esta pequeño y escénico caserío fue masacrado a balazos mientres se preparaba para bañarse en el solar de su casa de habitación. Según varios habitantes, el difunto, Carlos Roberto Flores, de 28 años de edad, fue muerto a sangre fría por unos seis guardias empleados por la empresa Energisa S.A.

Al parecer, todos los vecinos de la comunidad de El Ocotal, que pertenece a la aldea de La Venta, aseveran que desde hace varios meses, los representantes y hasta los más altos funcionarios de la empresa Energisa los han estado persiguiendo y amenazando, junto con la policía nacional preventiva de los municipios de San Esteban, Gualaco y Catacamas. Según los testigos, el supuesto delito es estar en contra de su proyecto hidroeléctrico, el cual acabaría con los famosos y pintorescos chorros del río Babilonia, así también con el patrimonio comunal como ser las fincas de 128 caficultores de la zona de Babilonia. Según José de la Cruz Flores, un familiar de la víctima de asesinato, la persecución y hostigamiento que Energisa ha hecho han sido acompañados por el juez supernumerario de Catacamas, Mario Amaya, y la fiscal Gia Leoni Jiménez del Ministerio Público.

El 20 de abril del presente año, la Coordinadora Nacional Contra la Impunidad (CONACIM) dio a conocer en un Campo Pagado en diario El Heraldo, en el cual se dio a conocer los nombres de las personas que en ese tiempo eran persiguidas por la empresa, siendo una de ellas el ahora occiso Carlos Flores. Según testigos, este es el primer hombre de los que la empresa Energisa tiene en lista para su eliminación. Pobladores de las comunidades de La Venta, La Paz, Los Lirios y Casas Viejas, también afectadas por el proyecto, confirman que Carlos Flores ya había sido objeto de atentado dos veces por los mismos guardias de Energisa. También afirman que Carlos Flores fue seleccionado como blanco de asesinato por ser uno de los mayores opositores a la instalación del proyecto de Energisa.

En sus presentaciones de proyecto, los representantes de Energisa han expresado que su proyecto hidroeléctrico que generará 4.4 megavatios de energía eléctrica no causa ningún daño social ni ecológico en la zona, caso contrario a la opinión de los líderes de La Venta y de algunos miembros de la Corporación Municipal y el Alcalde de Gualaco. El profesor Rafael de Jesús Ulloa, Alcalde Municipal de Gualaco, relató que para la instalación del proyecto, no se tomó en cuenta la autonomía municipal por lo cual no cuentan con el permiso de operación municipal correspondiente. Además, aseveró que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) no corresponde a la realidad de la zona, conteniendo fallas muy profundas tanto técnicas como científicas. No obstante, aunque el proyecto se encuentra ubicado en un cien por ciento dentro de los límites del Parque Nacional Sierra de Agalta, la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (SERNA) y el Congreso Nacional aprobaron el proyecto en el año 2001. Poco después que la empresa Energisa lograra este respaldo legal, se liberó una campaña de presión física y psicológica a las comunidades opuestas a la instalación de la represa.

Estéban Solís, delegado de la palabra de Dios en El Ocotal y tío del difunto, dijo que la muerte de Flores fue el resultado de "una lucha contra el poder económico" y que "estamos por abajo del alto poder del Estado porque el Estado de nuestro país [es tal que], desgraciadamente, las leyes se pueden comprar."

En el sitio donde Flores murió, se encontraron casquillos de escopeta calibre 12, AK-47, y 9 milímetros, esparcidos en varios lugares alrededor de su solar. Se observó que tres de las balas cruzaron la paila que Flores utilizaría para bañarse; algunas otras impactaron en un arbol de guapinol y en la pared de la casa de sus padres, la cual se encuentra a la par de la de Flores. El cuerpo presentaba tres entradas de bala--una en su cabeza y dos en su espalda. Según testigos, hubieron alrededor de cincuenta disparos. Tres mujeres testificaron, bajo condiciones de anonimato, haber visto a seis guardias de la empresa Energisa salir corriendo hacia el plantel de dicha empresa, ubicado a unos 500 metros desde el lugar de los hechos. Según testigos, dos de los seis ejecutores del crimen se cubrían sus caras con pasamontañas.

Entre los sobrevivientes de la familia de Carlos Flores se encuentran su madre, Rosa Elvira Flores; su padre, Martín de Jesús Solís; su esposa, Teresa Martínez Ávila; y sus dos hijos, de 5 y 3 años respectivamente. También cuentan con vida varios pobladores amenazados, quienes temen por su vida y quienes piden a la ciudadanía en general su apoyo antes que Energisa siga asesinando a su pueblo.


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