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17sep05


Alemania quiere cerrar su pasado.


La Federación de Fútbol lanzó a la venta un libro en el que admite su colaboración con el nazismo. El fútbol bajo la esvástica. A 60 años de la Segunda Guerra Mundial, genera polémicas la publicación donde se recogen más de 40 archivos y se ventilan los nexos de los clubes con el régimen de Hitler.

Un premio a la memoria

El presidente Theo Zwanziger anunció para el Mundial la creación del Premio Julius Hirsch, con una dotación de 20.000 euros, en memoria de un jugador de la selección alemana de los años 30. El futbolista había sido obligado por los nazis a abandonar su club, Karlsruhe, y luego llevado a Auschwitz, donde fue asesinado en la primavera de 1943. El premio llevará su nombre simbólicamente por todos los futbolistas judíos que sufrieron un destino similar.

Berlin.- Sesenta años después del final de la Segunda Guerra Mundial, y a nueve meses del Mundial de 2006, la Federación Alemana de Fútbol (DFB) admitió su estrecha cooperación con el régimen nazi de Adolf Hitler. La DFB encargó, hace tres años, al historiador alemán Nils Havemann que escribiera un libro sobre el capítulo más oscuro de la organización. Bajo el título “El fútbol bajo la esvástica - La DFB entre el deporte, la política y el comercio”, la obra (de 473 páginas) recoge información de más de 40 archivos del país y de países extranjeros; y salió a la venta esta semana en todos los rincones de Alemania.

El presidente ejecutivo de la DFB, Theo Zwanziger, y el ministro del Interior, Otto Schily, responsable en lo atinente a temas deportivos y amante del fútbol, participaron, la semana pasada, de la presentación del libro junto con Havemann y el catedrático Klaus Hildebrand, que asistió al autor en su tarea de investigación. En esa oportunidad, una de las primeras preguntas de los periodistas a Zwanziger fue por qué la organización había tardado tanto en admitir su pasado nazi. El alemán contestó: “nunca hemos dicho que no queramos afrontar nuestro pasado. Tenemos la responsabilidad de procesarlo aunque cause dolor”; hizo hincapié en que la publicación del libro no supone hacer borrón y cuenta nueva. Al respecto, sostuvo que la DFB pretende organizar una serie de actividades, entre ellas un simposio en Bad Boll en abril de 2006, con el fin de continuar procesando su historia.

Schily, ansioso por respaldar al dirigente, afirmó: “no tiene sentido mirar para otro lado en temas así”. El ministro consideró que la sociedad alemana de principios de la postguerra tenía dificultades para elaborar su historia reciente y condenó todo el tiempo que pasó hasta que el presidente Richard von Weizsaecker pronunció su famoso discurso 40 años después de la Segunda Guerra, en el que habló de la “liberación de Alemania” al referirse a la caída del régimen.

El libro revela que la mayoría de los funcionarios del fútbol alemán tenía poco en común con el régimen de Hitler. Pero, salvo un par de excepciones, hicieron poco para resistirlo y se dejaron utilizar por la dictadura para que el gobierno no pusiera fin a sus carreras.

En los primeros años del régimen de Hitler, la dictadura apoyaba fuertemente al fútbol. En muchos casos, los directivos acabaron por ello convirtiéndose en simpatizantes del régimen y consiguiendo así puestos más altos.

Por ejemplo, Kurt Landauer, un hombre de negocios judío, había sido presidente de Bayern Munich en 1933, pero cuando llegó Hitler al poder, fue obligado a renunciar por los nazis pese a la resistencia del club. Es más: según Havemann, después de los Juegos Olímpicos organizados por los nazis en 1936, la DFB tenía una influencia todavía mayor por parte del régimen. El historiador sugiere que, más tarde, la organización se convirtió incluso en un cómplice de todo lo que siguió -represión, persecución, guerra y destrucción-, debido a una mezcla de “irreflexión, ignorancia, oportunismo y ambición profesional”.

Aquel éxito en el Mundial de 1954 con una victoria por 3 a 2 contra Hungría en la final, tuvo un impacto en la población a la hora de recuperarse del trauma del nazismo y de la guerra. Para algunos, constituye un momento fundacional de la Alemania moderna de la posguerra.

Cooperaron con el régimen

Nils Havemann, autor del controvertido libro que está a la venta en Alemania, se graduó en la Universidad de Bonn en 1996 tras estudiar Historia, Lenguas Románicas y Ciencias Políticas en Bonn, París y Salamanca. El escritor resaltó lo fuertes que eran las relaciones entre el mundo del deporte, la política y el comercio durante la era nazi. Muchos clubes de fútbol alemanes acabaron en las redes de las autoridades nazis y cooperaron con Hitler y con sus secuaces.

[Fuente : La Gaceta on line, Madrid, 17sep05]

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