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10may20


El último en confinarse, ¿el último en salir? Reino Unido paga sus errores de la pandemia


Boris Johnson había planeado que, a partir de este lunes 11 de mayo, los británicos fueran retomando poco a poco la normalidad. Sin embargo, el plan ha tenido que ser abortado. El Reino Unido no puede abandonar, de momento, el confinamiento. La supuesta estrategia de desescalada anunciada el domingo por el primer ministro tan sólo se trata de un lavado de cara a una cuarentena que se impuso tarde en un país que, con cerca de 32.000 muertos, se ha convertido ahora en el más afectado de Europa por el covid-19. A nivel global, tan sólo es superado por los Estados Unidos.

Mientras que el resto de vecinos europeos comienzan a ver de manera pausada la luz al final del túnel, los expertos que asesoran al Gobierno británico han advertido que, de relajarse antes de tiempo las medidas, la cifra de fallecidos a finales de año podría superar los 100.000. Ironías de la vida, Downing Street, que atrasó todo lo que pudo las restricciones para no dañar a los mercados, tiene ahora las manos atadas para ir suministrando oxígeno a la economía.

Y la presión es mayor que nunca. El Banco de Inglaterra prevé que la economía británica sufra en 2020 la mayor recesión de su historia, con una caída del PIB del 14% en el conjunto del año, después de que la actividad se contraiga un 2,9% en el primer trimestre y hasta un 25% en el segundo. Según las estimaciones, el desempleo también se duplicará: pasará del 4% de 2019 al 8%. Se trata de un oscuro escenario que supera con creces al de Grecia (con un desplome del 9,7%), Italia (9,5%) y España (9,4%), según las previsiones de la Comisión Europea.

Cambios para seguir igual

Tras una reunión con el comité de emergencia Cobra, tal y como se esperaba, el premier ha anunciado unos cambios más que modestos. Se pide a los británicos que puedan trabajar desde casa que lo sigan haciendo y se recomienda sólo la vuelta a sus puestos a los trabajadores de la construcción y el sector manufacturero. Eso sí, se les solicita evitar en la medida de lo posible el transporte público. Por otra parte, a partir de este miércoles, los británicos podrán realizar ejercicio al aire libre más de una vez al día.

Asimismo, se impone una cuarentena de 14 días a los viajeros que lleguen al Reino Unido desde cualquier país menos Irlanda, lo que en principio no serán turistas, puesto que persisten las restricciones de viaje. No será hasta junio cuando se valore la reapertura escalonada de los colegios (el curso termina más tarde) y tiendas. Y habrá que esperar hasta julio para hablar, si la tasa de contagios lo permite, de una reactivación progresiva del sector hostelero.

Johnson presentó un nuevo sistema de evaluación del riesgo de cinco niveles, similar al que existe por amenaza terrorista, siendo el quinto el más crítico. Y en este sentido, explicó que Inglaterra -la nación más poblada, de las cuatro que componen el país- está muy cerca de pasar del nivel 4 al 3.

El premier ofrecerá este lunes en los Comunes más detalles sobre su estrategia, que se aplicará sólo en Inglaterra. Los Gobiernos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte tienen sus propias competencias y ya han indicado que seguirán sus propios ritmos. De hecho, el nuevo eslogan del Gobierno -"Estate en alerta"- no se utilizará en el resto de naciones, que seguirán utilizando el de "quédate en casa".

Desde el brote de la pandemia, la estrategia de comunicación del Número 10 ha sido ampliamente descrita como "evasiva" y "caótica". Su plan inicial de inmunidad colectiva no se supo trasladar correctamente y ahora viene de nuevo a tropezar con la misma piedra. "¿Qué demonios significa estar en alerta?" es ya la cuestión más planteada en redes sociales. El secretario general del sindicato de Comunicaciones, Dave Ward, considera que la nueva consigna es "un chiste". "Es un virus mortal, no un paso de cebra", señala.

Sin Lunes Mágico

Cuando Johnson protagonizó el pasado miércoles su regreso a Westminster, tras más de un mes de baja por su lucha personal contra el covid-19, recalcó que había llegado el momento de "comenzar el trabajo para volver a poner la economía en marcha". El jueves, los ministros se despertaron con titulares como "Lunes Mágico" (en referencia a este 11 de mayo). Pero, para entonces, la noticia había quedado vieja porque Johnson ya habían cancelado su plan.

Ese mismo miércoles por la noche, se reunió con sus cuatro ministros clave: Dominic Raab (Exteriores), Rishi Sunak (Economía), Matt Hancock (Sanidad) y Michael Gove (Gabinete). El inquilino de Downing Street les mostró los últimos análisis que había recibido del grupo científico que asesora al Ejecutivo.

Los expertos advertían que la tasa real de nuevas infecciones por el covid-19 era de 18.000 por día, cuando el objetivo del Gobierno son 4.000 diarios. Se barajaban distintos escenarios y en la gran mayoría el número de muertos sobrepasaba los seis dígitos. Conclusión: había poco margen de maniobra.

"Los ciudadanos nos perdonarán por los errores cometidos al inicio del confinamiento, pero no nos perdonará por los errores cometidos al salir de él", aseguraba un tory de manera confidencial a 'The Sunday Times'.

En cualquier caso, la explicación no parece calmar la gran preocupación que existe en las propias filas del Partido Conservador, ya que el llamado Comité 1922 -que reúne a los tories sin cartera-, ha pedido a Johnson una reunión por videoconferencia, al considerar que el Ejecutivo no está siendo sometido a suficiente escrutinio.

Por su parte, el martes será el día del Chancellor, Rishi Sunak. El Gobierno se comprometió a pagar el 80% de los salarios de todos los empleados afectados por la crisis del coronavirus, hasta un máximo de 2.500 libras al mes. Sin embargo, Sunak quiere reducir ahora el porcentaje al 60%. Pese a que tiene grandes presiones para no cambiar las condiciones al sector de la hostelería, el titular del Tesoro no está dispuesto a realizar distinciones.

A día de hoy, 27 millones de personas, lo que supone más de la mitad de la población adulta, está siendo financiada de una manera u otra por las ayudas presentadas por Downing Street. Y en este sentido se ha llegado a un escenario insostenible porque el Gobierno está a punto de superar el presupuesto destinado al mismísimo NHS (Sistema Nacional de Salud). Los ERTEs aplicados a 6,3 millones de personas en el primer mes han supuesto un coste de 8 mil millones de libras. El presupuesto mensual del NHS es aproximadamente de 11 mil millones libras.

100 días para olvidar

En definitiva, han pasado 100 días desde que se confirmó el primer caso de coronavirus en el Reino Unido el pasado 31 de enero. Y desde entonces, el Ejecutivo se encuentra en plena crisis con críticas constantes por su respuesta tardía, incapacidad para realizar suficientes test, incompetencia para proporcionar a los sanitarios el equipo de protección personal y, ante todo, reproches por una gestión que va dando bandazos ante las presiones de sus propias filas por reactivar la economía.

Gove, ministro de Gabinete, compara los intentos para levantar la cuarentena con un aterrizaje de avión en una pista peligrosamente estrecha. Por razones de seguridad, el Gobierno se encuentra ahora dando vueltas en el aire. Pero tarde o temprano tendrá que tomar tierra. Y deberá hacerlo sin estrellarse.

[Fuente: Por Celia Maza, El Confidencial, Madrid, 10may20]

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