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02oct18


Intento de asalto al Parlament tras el aval de Torra a los CDR


Terminó mal. Como el rosario de la aurora. La manifestación convocada por la Plataforma 1-Octubre, que aglutina varias entidades y asociaciones, entre ellas la ANC, Òmnium y los CDR, pretendía reivindicar el referéndum, pero finalizó con los Mossos d’Esquadra cargando duramente contra más de un centenar de manifestantes que habían conseguido situarse justo ante la puerta del Parlament. Lanzamiento de vallas, provocaciones, porrazos y heridos, entre manifestantes, policías y prensa.

Un sector del independentismo ha pasado de la indignación a la ira. Contra sus gobernantes y contra los Mossos. La batalla campal vino precedida de una ensordecedora bronca a Quim Torra y Roger Torrent. Encima del escenario, a modo de escarnio. La multitud de manifestantes congregados ante el Parlament silbó atronadoramente a ambos presidentes. “¿Dónde está la república?”, “Políticos, sed dignos de vuestro pueblo, menos palabras y más desobediencia”, son dos de las pancartas que resumen el estado de ánimo de los votantes independentistas. Gritos de “desobedeced o dimitid”. “Torra dimisión”. A micro abierto, la petición del cese inmediato del conseller de Interior, Miquel Buch. Y al final del acto, Els segadors ahogó los gritos de “Fuera, fuera” dirigidos al presidente de la Generalitat.

Las entidades pidieron al Govern que “abandonen el autonomismo” y que no se dé “ni un paso atrás”. Los más exaltados llegaron a forcejear con las vallas que les separaban de la entrada de la Cámara catalana al grito de “Ocupemos el Parlament”. A partir de aquí todo se torció. Tras diversos rifirrafes de más de hora y media, sin llegar a las manos, entre Mossos y manifestantes, la policía terminó reculando hasta meterse puertas adentro del Parlament.

Fue entonces cuando los manifestantes se situaron ante la doble puerta de la Cámara catalana. Hubo algún intento para forzar la entrada, que quedó plagada de pegatinas con el lema “República en construcció”. Veinte minutos después, los refuerzos de los Mossos efectuaron salvas y cargaron contra los congregados. Luego, sirenas y el ruido del helicóptero.

¿Cómo llegó a producirse esta situación? Los Mossos se recluyeron en el interior del Parlament porque el jefe del dispositivo en el parque de la Ciutadella, el intendente de servicio, había comunicado que con los efectivos del Arro de que disponía, los mossos de seguridad del edificio y los que se habían añadido de comisarías de toda la provincia de Barcelona, no se podía mantener la posición durante mucho más tiempo. El encierro se decidió –aun a pesar de la mala imagen que iba a producir esa retirada táctica– para ganar tiempo, unos 20 minutos, que permitieron que la dirección de la policía sumara todos los efectivos que tenía cerca y llegaran hasta el parque. En cuanto se tuvo la fuerza policial suficiente, desde el exterior del parque y desde el interior de la Cámara, con la primera carga y el lanzamiento de foam (balas de espuma) se logró des-pejar el perímetro exterior del edificio.

El desastre del operativo policial de anoche despertó las primeras reacciones airadas de los dirigentes sindicales del colectivo, que advirtieron que la situación era insostenible y que se había puesto en riesgo la integridad de los agentes que aguantaron en el Parlament y frente a la jefatura de la Via Laeitana.

El resto del día hubo una multitud de protestas. Volvieron a cortarse carreteras. Se ocupó nuevamente la estación del AVE de Girona. Se levantaron barreras en el peaje de Martorell. Para reivin-dicar el 1-O, la protesta independentista reprodujo ayer por la -mañana, a muy pequeña escala, las acciones de la huelga general del 8 de noviembre del año pasado. Los cortes en las autopistas –también en la estación de tren– duraron poco, y la afluencia no fue la misma.

También los estudiantes se movilizaron. Se dirigieron primero a la plaza Universitat. Posteriormente, hasta la Jefatura Superior de la Policía Nacional, en la Via Laietana. Allí, silbaron y gritaron consignas constantemente contra el cuerpo policial por su actividad durante el 1-O. Pero también a los Mossos encargados de proteger el edificio. Minutos después, los manifestantes escribieron en el asfalto “1-O: Ni olvido, ni perdón” y lanzaron huevos a la fachada. Más tarde coincidieron en plaza Sant Jaume con Torra, a quien demandaron responsabilidades por las cargas del sábado. Por su parte, los CDR llamaron a los suyos para incorporarse a la movilización de los estudiantes.

Hubo movilizaciones en Tarragona y Lleida, pero una de las más destacables fue la de Girona. Los manifestantes cortaron las vías del AVE e invadieron la Delegación del Govern de la Generalitat, donde arriaron la bandera española. Ya por la tarde se volvieron a registrar incidentes al final de la manifestación en la que participaron unas 3.000 personas que, en un principio, tiraron pintura contro los Mossos, que blindaban el acceso a la subdelegación del Gobierno central . La tensión aumentó cuando un grupo de manifestantes derribó las vallas que protegían el edificio y arrojó huevos y latas de bebida a los agentes de la policía catalana, informa Bàrbara Julbe.

[Fuente: Por Álex Tort, La Vanguardia, Barcelona, 02oct18]

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