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Documento previo al levantamiento indígena de Enero del 2000 de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE y la Coordinadora de Movimientos Sociales CMS


Carta a los pueblos del Ecuador: Nuevo milenio, nueva vida, nuevo gobierno


El País está atravesado por una cadena de volcanes activos: la agitación del Pichincha y el Tungurahua, son expresiones premonitorias del descontento y coraje de la sociedad, el magma del descontento popular que sale desde el corazón del Ecuador profundo, cambiará, dignificará y construirá un nuevo paisaje para todos y refundará al país, como un Estado Plurinacional y Unitario.

Crisis: fracaso de un proyecto.

No ha fracasado el Ecuador. Han fracasado los mandatos del Fondo Monetario Internacional y de Pedro Romero. Ha fracasado el proyecto y la política de los privatizadores y los corruptos quienes se han turnado en la conducción del país en estos veinte años de falsa democracia: los leones, los durán ballén-dahik, los bucarams, los alarcones, los hurtados, los mahuads. Han fracasado las nueve cartas de intención firmadas desde el gobierno de Osvaldo Hurtado -por los sucesivos presidentes-con el Fondo Monetario Internacional. Ha fracasado el proyecto neoliberal unido en torno a los intereses de los banqueros y de los grandes grupos de poder nacionales y transnacionales: los aspiazu, los noboa, los peñafiel, los egas, losYPF. Han fracasado los partidos políticos que los representan: los socialcristianos, los demócrata populares, los roldosistas, los fras, los conservadores. Han fracasado los presidentes comprados con donaciones extraordinarias para las campañas electorales por los grupos de poder y las transnacionales: estos han sido los únicos beneficiarios.

Las víctimas, los pueblos del Ecuador: los indios, las amas de casa, los hombres y mujeres trabajadores, los empresarios honestos, los artesanos, los campesinos, los jubilados, que han visto con angustia cómo se ha destruido el fruto del esfuerzo de toda su vida.


Un proyecto corrupto.

Hemos vivido veinte años de saqueo e impunidad. Desde el primer paquete de ajuste en 1981 y la sucretización de la deuda externa privada en el gobierno demócrata popular de Hurtado, hasta el salvataje de la banca ineficiente y quebrada en el gobierno demócrata popular de Jamil Mahuad en 1999.

Más que democracia hemos tenido una cleptocracia: los bienes del país han estado al servicio del mismo puñado de sinvergüenzas que fabrican leyes para consentir el robo, y, se turnan en los poderes de una falsa democracia para perpetuar el saqueo de la riqueza de nuestro Ecuador: la corrupción representa un perjuicio del 40% del Presupuesto Nacional, es decir, dos mil millones de dólares anuales.

Pero el problema no es sólo la corrupción, sino también, la impunidad: los corruptos prófugos esperan un acuerdo del gobierno con el Congreso para regresar liberados de culpa. La liberación de Bucaram pactada con el Gobierno de Mahuad es la consumación de la impunidad. La justicia politizada y vinculada a los intereses de los grupos de poder ha sido incapaz de castigar a los culpables: ellos gozan de su fortuna en Panamá, Costa Rica, México o Miami; y mientras unos están afuera, el grupo de socios que se quedan en nuestro país, convierten los bienes del Estado en festín diario. Aspiazu puede en pocos días pasear libre para goza de los ahorros de 750 mil ecuatorianos: el banquero es ejemplo de una justicia vinculada, que decide de acuerdo a sus mandatos.


Concentracion de la riqueza.

Nuestro país es rico: sólo en petróleo se han generado en veinte años, 40 mil millones de dólares.

La causa fundamental de la crisis es que la riqueza y el fruto del esfuerzo y sacrificio de los ecuatorianos ha ido a parar en manos de banqueros ineficientes y especuladores y de grupos rentistas, carentes de espíritu empresarial y de país. En las vísperas del feriado bancario y del congelamiento de los depósitos, estos malos ecuatorianos sacaron del país 10 mil millones de dólares, sin que el gobierno ejerza control alguno. En lugar de ello, el régimen calló y continuó su política de salvataje de la banca en quiebra: hasta ahora, dicho salvataje le cuesta a los pueblos del Ecuador 6 mil millones de dólares: 35 veces más que los ingresos que generaría el último incremento del I.V.A. y la reforma tributaria. A ello ha contribuido la liberación del mercado de cambios que al momento ha provocado una devaluación del 240% y la elevación de tasas de interés sobre el 260%, para proteger la piratería tributaria.

Lo irónico es que mientras el gobierno les salvaba sus bancos y el Estado asumía las deudas, los banqueros ponían su riqueza a buen recaudo: el gobierno entregaba 740 millones de dólares al Filanbanco, Isaías vendía el National Republic Bank en Miami en 420 millones de dólares, y lanzaba una nueva marca de cerveza, la Biela, con una inversión cercana a los 200 millones de dólares; mientras el Banco Central entregaba al Banco del Progreso 630 millones de dólares, Aspiazu invertía 170 millones en bonos Brady y creaba dos fideicomisos en Las Bahamas por 600 millones de dólares.

Pero además del salvataje a la banca, el gobierno actual ha sido el actor del salvataje de las transnacionales: subsidio de la ineficiencia de las compañías petroleras y eléctricas, regalo de campos petroleros a empresas como YPF y Occidental, donación de 1 mil millones de dólares por mezclas de crudo, y tarifas de transporte por el oleoducto; entrega del ahorro provisional del IESS a los bancos en quiebra y para cubrir el déficit fiscal; hoy, 1a derecha pretende consumar un nuevo atraco: 700 millones de dólares a manos de los empresarios ineficientes y en quiebra mediante el perdón de sus deudas.


El sacrificio.

Desde 1981 los pueblos del Ecuador han tenido que soportar 19 paquetazos de ajustes neoliberales. El dólar ha pasado de 60 sucres en el gobierno de Hurtado a 19 mil sucres en el gobierno de Mahuad. El alza de los precios del pan de cada día, de las medicinas, de la ropa, son incontenibles. El cilindro de gas subió de 120 sucres en tiempos de Hurtado a 25 mil en tiempos de Mahuad. La pobreza para el 80% de los ecuatorianos genera angustia y dolor. El desempleo abierto se incrementó al 18% y el subempleo al 54%. El Presupuesto de salud ha descendido del 12%. al 3.8%, y, el de la educación del 30% al 13%.

En estos veinte años de falsa democracia, la deuda externa ha pasado de 1.200 millones de dólares a 15 mil millones, a pesar de que en estos veinte años hemos pagado 27 mil millones de dólares. Somos el país más altamente endeudado por habitante en América Latina. Y ahora, tenemos un nuevo problema: la deuda interna, agravada sobre todo por la venta de bonos que ha realizado el Estado para salvar a la banca en quiebra, ahora llega a 3 mil 500 millones de dólares.

En cada paquetazo nos han dicho que era el último, que después empezaba el paraíso: también ahora Mahuad repite que el próximo año vendrán las soluciones.

En conjunción de intereses los últimos gobiernos han desatado una histeria anti estatal, descapitalizando a las empresas públicas, desprestigiándolas para justificar la venta a precio de huevo de los más grandes patrimonios públicos, como Petroecuador, cuyos activos y reservas superan los 80 mil millones de dólares, el sector eléctrico, evaluado en 12 mil millones de dólares y las telecomunicaciones que supera los 8 mil millones de dólares, además de buscar destruir al colapso al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, para luego rematarlo entregando todo el ahorro social al mismo sistema financiero corrupto.

Los 160 millones de dólares de la venta de las acciones de las cementeras, de Astra, de Ecuatoriana de Aviación fueron a parar al salvataje del Banco Continental, mientras se negaron a capitalizar el Banco Nacional de Fomento con 40 millones de dólares en favor de los campesinos y agricultores.


Nuevamente las recetas fracasadas.

Ellos se han puesto de acuerdo. Llega el mandadero de Estados Unidos, Pedro Romero, e insiste sobre las viejas fórmulas: acelerar las privatizaciones, sobre todo del petróleo, seguridad social, electricidad, telecomunicaciones; dolarización o convertibilidad; nueva sucretización de la deuda privada, aumento de tarifas de servicios públicos, indexación al dólar del precio de los combustibles y el gas de uso doméstico, más impuestos, y todo ello para pagar la deuda externa y privada y para favorecer a los grupos privilegiados, suprimiendo cualquier posibilidad de desarrollo para nuestro país. El asesor del Presidente, Jeffry Sachs, recomienda fórmulas iguales. El Fondo Monetario insiste en las mismas recetas y obliga a aprobar un Presupuesto con chantajes contra el país y mentiras sobre la solución de la crisis.

Y a pesar de los insultos públicos, éste es el programa de Pons y Nebot. León Febres Cordero sigue de abogado defensor de Aspiazu y de los banqueros corruptos, las grandes cámaras empresariales presionan en esa dirección. Finalmente se han puesto de acuerdo en el modelo. Restan algunas disputas por el reparto y por ver quién dirige el saqueo final. Ahora la pelea se ha concentrado en la sucesión.

Perversamente los banqueros y los político pretenden crear el fantasma de la hiperinflación y de las macrodevaluaciones para lograr que la gente en medio de la desesperación, acepte cualquier medida, esperando que dé algún resultado. Así, ellos quieren imponer el modelo neoliberal en medio del caos, el autoritarismo y el robo.

Las intenciones de los leones no se detienen ni siquiera ante el respeto a la unidad y dignidad nacional: después de veinte años de una democracia controlada por ellos, ahora, han levantado el fantasma del regionalismo y la división del Ecuador bajo la manipulación de la necesidad de la descentralización, acuñando autonomías que nos fragmentan y debilitan.


Los pueblos responden.

Pero los pueblos del Ecuador no han estado de acuerdo. Una y otra vez han negado la aplicación del proyecto neoliberal. La resistencia popular ha sido permanente en estos veinte años con huelgas, paros y levantamientos indígenas: en el plebiscito de noviembre del 95 dijeron NO a los intentos privatizadores de Sixto-Dahik, el 5 y 6 de febrero se opusieron a la corrupción de Bucaram y a la pretensión de aplicar la convertibilidad. En marzo y julio de este año contuvieron los paquetazos de Jamil Mahuad.

La credibilidad del gobierno y de los políticos está por los suelos. Apenas el 9% apoya a Mahuad y sólo un 6% cree en el Congreso Nacional y en la Función Judicial.


Cambio de modelo.

Los pueblos aprenden de la historia. Ahora el problema no es sólo el cambio de gobierno. No se puede repetir la historia del 5 y 6 de febrero de 1997, cuando el levantamiento cívico y la esperanza de los pueblos fue aprovechada por los políticos de siempre, por la alianza del Partido Social Cristiano con la Democracia Popular y el FRA, para colocar a un continuador de la corrupción y el saqueo, Fabián Alarcón.

Ahora, se trata de cambiar de proyecto económico y político y de conducción del país. Nuevo siglo: nueva vida. Ya no podemos soportar veinte años más de lo mismo. El cambio debe empezar hoy.


Tenemos alternativa.

Necesitamos un gobierno que represente la diversidad de los pueblos del Ecuador con base en un proyecto de dignidad y salvación nacional, y que sea capaz de:

1.Derrotar la corrupción y la impunidad. Manos limpias, transparencia informativa, castigo a los corruptos y promoción de la cultura de la honradez y probidad. Inmediata suspensión del salvataje bancario. Recuperar e incautar los bienes de los banqueros corruptos, cadena perpetua para los culpables de la corrupción y del robo de los dineros públicos. Auditorías de todos los contratos públicos con compañías privadas nacionales y transnacionales en petróleos, energía, seguridad social, vialidad, telecomunicaciones y minería; renegociación de los contratos. Dar paso inmediato a la conformación de la Comisión Cívica de Control de la Corrupción, de acuerdo a la Ley. Despolitización de la Función Judicial. Democratización de la información. Levantar los secretos de los corruptos: levantamiento del sigilo bancario, publicación de la lista de quienes sacaron los dólares en la semana del congelamiento, su enjuiciamiento y sanción. No a la impunidad de Mahuad y Gustavo Noboa en el manejo de fondos electorales; no a la impunidad de los banqueros y empresarios corruptos; no a la impunidad de Aspiazu en el manejo de los fondos bancarios. Negación de la reforma del Código de Procedimiento Penal dirigida a liberar a Bucaram, Dahik y Verduga y extradición de los ladrones de los fondos públicos.

2. Reactivación del aparato productivo público y privado. Acabar con la especulación financiera: garantizar las tasas de interés que permitan la reactivación de la producción y la canalización de los créditos a la producción. Reorientar los 6 mil millones de dólares que hoy están dedicados al salvataje bancario a la reactivación de la producción en la Sierra, la Costa, la Amazonia y Galápagos. Negar el proyecto de Ley de la Comisión Interventora del IESS dirigido a favorecer la especulación financiera, orientar los 2000 millones de dólares del bono provisional al aparato productivo e impulsar una verdadera reforma y modernización de la seguridad social, de acuerdo a las disposiciones constitucionales para proteger los derechos de los afiliados. Reactivación del agro y redistribución democrática de la tierra y respeto a los territorios indígenas. Apoyo a la agroindustria y al sector artesanal. Apoyo al productor-agro-exportador (bananano, café, cacao) y control del comercio exterior de sus productos. Vigencia y fortalecimiento del Fondo de Desarrollo Indígena.

3. Trabajo, reactivación de la demanda interna y combatir la pobreza. Impulsar una política emergente de empleo con énfasis en la reactivación de la empresas públicas, la pequeña industria, la construcción y el agro. Creación de fuentes de empleo que prevenga la dolorosa migración de los ecuatorianos. Recuperación del poder adquisitivo de los salarios con base a una política salarial digna, empezando por una verdadera unificación salarial y la recuperación de la capacidad adquisitiva para reactivar la demanda interna. Controlar los precios de combustibles, electricidad, gas de uso doméstico, medicinas y teléfonos y establecer tarifas diferenciadas a favor de los sectores más pobres. Elevar el presupuesto destinado a la democracia social: educación, salud, empleo, seguridad social. Modernizar la educación pública con la participación de los padres de familia y la comunidad en la toma de decisiones y el control, manteniendo la responsabilidad estatal en la totalidad del servicio educativo. Garantizar y fortalecer el Sistema Nacional de Educación Intercultural Bilingüe. Plan nacional de incentivo habitacional para vivienda urbana y rural, reactivación del crédito hipotecario del IESS y, apoyo al uso de tecnologías tradicionales, nuevas y alternativas. Sistema nacional de salud democrático, atención gratuita, preventiva e integral. Impulso a la salud de los pueblos indígenas desde su propia cosmovisión.

4. Transformar y no privatizar ni concesionar las empresas públicas. Aprobación de una Ley de Empresas Públicas que asegure autonomía, desburocratización e incremento de la producción en petróleo y energía para la vida y el desarrollo. Participación de los pueblos y nacionalidades indígenas en la toma de decisiones sobre el manejo de los recursos naturales y distribución de los beneficios de estas actividades en sus territorios. Suspensión inmediata de los procesos de concesión y/o privatización de los principales campos petroleros, empresas eléctrica y telefónicas. Eliminación del Consejo Nacional de Modernización y re-estructuración del Consejo Nacional de Electrificación CONELEC. Inversión privada nacional y extranjera para nuevos proyectos.

5. No hay desarrollo con deuda externa. Moratoria por veinte años y apoyo a la propuesta del Jubileo 2.000 para condonación de la deuda externa de los países pobres. No pago de los bonos Brady basura en manos de los banqueros corruptos y empresas vinculadas. Inversión de estos recursos en el desarrollo de la educación, salud, vivienda, servicios básicos. Desconocimiento del Acuerdo de 1992, para la convalidación de los papeles proscritos de la deuda. Reconocimiento de la deuda ecológica, como parte de la solución de la deuda externa y auditorías socioambientales integrales en la Región Amazónica y costanera del Ecuador. Las empresas petroleras operadoras en la Amazonia deben pagar la deuda ecológica (2 dólares por barril) para el desarrollo humano y económico de la Región Amazónica.

6. Defensa de la soberanía, dignidad y unidad nacionales. No a las bases extranjeras en territorio nacional, evitando así, la regionalización del conflicto colombiano. Declaración de la Provincia de Sucumbios y de todo el territorio nacional como zona neutral. Respeto a la autodeterminación de los pueblos. Detener los afanes regionalistas y de división del país e impulsar un acuerdo nacional para un proceso de descentralización que garantice el fortalecimiento económico y político de los municipios y poderes locales, elevando y garantizando la capacidad de participación de las comunidades locales, indígenas, campesinas y populares.

7. Estado plurinacional, soberano, unitario, descentralizado, democrático y equitativo. Nueva democracia. Elevar la participación ciudadana y la contraloría social. Descentralización democrática. Conformar parlamentos indígenas y populares como base de un nuevo poder democrático y descentralizado con la participación de comunidades locales, indígenas, campesinas y sectores sociales organizados. Defensa de los derechos humanos, económicos y sociales. Vigencia plena de los derechos culturales y colectivos de los pueblos indígenas y las Comarcas Negras y del Convenio 169 de la OIT y del derecho consuetudinario y a la territorialidad. Reconocimiento de los derechos universales de los pueblos indígenas.

8. Reforma integral del manejo fiscal y monetario. Aprobación de un nuevo Presupuesto del Estado, que tenga como eje el desarrollo productivo y social, reoriente los recursos del pago de la deuda a la reactivación productiva con equidad. Control estatal sobre las tasas de cambio y el mercado de divisas. Devolución inmediata de los dineros congelados de los cuenta ahorristas y cuenta correntistas. Cobro de las deudas de las empresas privadas con el Estado. Control de la fuga de capitales. Derogatoria de la Ley de instituciones financieras.

9. Reforma de la política tributaria. Fin de la extorsión impositiva contra los productores y el pueblo. Progresivamente quien más tiene más paga. Eliminación de todo tipo de escudos y excepciones tributarias. Aplicación de la Ley en cuanto a sanciones a los evasores de impuestos. Tratamiento diferenciado a los comerciantes minoristas. Moralización, transparencia, despolitización y tecnificación de las aduanas, bajo control público.

10. La unidad de los pueblos de América Latina. Respaldo a todos los procesos de alianza social y política en contra del modelo neoliberal en América Latina, así como, a la autodeterminación de los pueblos. Integración económica y política de la Región, como alternativa a la globalización neoliberal impulsada desde las transnacionales financieras. Descentralización de los organismos internacionales.


Nuevo programa, nueva unidad, nuevo gobierno.

El país saldrá de la crisis con un proyecto de unidad de los sectores sociales y políticos comprometidos con el cambio. En ejercicio de la disposición constitucional de que la soberanía radica en el pueblo (art. 1), la Coordinadora de Movimientos Sociales y la CONAIE convocamos a todos los ecuatorianos honestos a una, MINGA DE RECONSTRUCCIÓN DEL PAÍS, a conformar un FRENTE DE SALVACIÓN NACIONAL: nuevo milenio, nueva vida y nuevo gobierno democrático para todos y todas.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE, y la Coordinadora de Movimientos Sociales CMS, demandamos:

1. La salida de todo el gobierno del Dr Jamil Mahuad, del Congreso Nacional, de Juan José Pons, la Cortes de Justicia de Romero Parducci por ser corresponsables de la debacle económica, política, de la corrupción, división del país y el imperio de la impunidad.

2. El Ecuador requiere de un cambio total. No hay espacio para la sucesión, pues Presidente y Vicepresidente, tanto como Congreso, son parte de un mismo proyecto que ha fracasado. La actual situación no sólo requiere un cambio de nombres, los mahuads por los noboas o los pons, sino de una modificación del modelo económico y político, un proyecto de país con pan y justicia para todos los ecuatorianos.

3. El País requiere un NUEVO GOBIERNO, que represente los intereses de los pueblos del Ecuador, de los distintos sectores sociales, que le devue1va la confianza a los ecuatorianos honestos que quieren invertir en el país, es decir un gobierno de progreso y con identidad propia. Este gobierno debe estar representado por los sectores sociales, empresarios honestos, pueblos indígenas, militares, iglesia y todos quienes no tengan compromiso con el pasado corrupto, por eso los pueblos indígenas y los sectores sociales organizados nos declaramos en movilización permanente y a la conformación de órganos de poder alternativos como los Parlamentos Indígenas-Populares en todo el país.

4. La Confederación de las nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE, es decir, cinco millones de habitantes, las organizaciones sociales de la CMS: un millón de afiliados al seguro campesino, productores agrícolas y campesinos agrupados en las Cámaras de Agricultura de la Segunda, Tercera, Cuarta, Quinta y Sexta zonas, el Movimiento Campesino Solidaridad, trabajadores petroleros, eléctricos, comerciantes minoristas, organizaciones barriales, movimiento de mujeres, ambientalistas, de derechos humanos, comunidades eclesiales de base, jóvenes, más de 80 sectores nacionales y provinciales organizados nos movilizamos en todo el territorio, con todas nuestras fuerzas para construir un nuevo Ecuador Plurinacional y Unitario, que nos devuelva la dignidad y la esperanza a todas y todos los ecuatorianos.

Ecuador, Enero de 2000

Antonio Vargas Iván Narváez

CONAIE CMS

Jorge Loor Salvador Quishpe

CONFEUNASSC Ecuarunari


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