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03feb17


La era del libre comercio como eje de la globalización termina con Trump


La era del libre comercio como eje de la globalización termina con el gobierno de Donald Trump en EEUU, y México reaccionó con una estrategia defensiva de acuerdos bilaterales, ante el impacto de la mutación proteccionista de su gran socio y vecino, consideran expertos.

"Al gobierno mexicano le toca entender que hemos llegado al fin del ciclo de Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) tal y como los conocimos, desde que se creó en 1995 la Organización Mundial de Comercio (OMC)", dijo a Sputnik Carlos Heredia, uno de los reconocidos académicos mexicanos del prestigioso centro de investigaciones económicas CIDE, que ha analizado el proceso durante más de dos décadas.

"Parece que el mundo no ha acusado recibo de que estamos en el fin de una era, en el final de un ciclo del libre comercio como eje de la globalización", dijo Heredia, quien ha sido consultor independiente del Banco Mundial y es asesor del Senado de México sobre relaciones con EEUU.

Trump tiene prisa, reiteró y dijo que le gustaría apurar las conversaciones sobre el TLCAN para renegociarlo o reemplazarlo.

El presidente republicano reunió a legisladores republicanos y demócratas del Senado y la Cámara de Representantes, en la Oficina Oval de la Casa Blanca y le dijo su intención: "Me gustaría acelerarlo si es posible, ustedes son las personas que pueden hacerlo".

El académico que en los años 1990, en los primeros años del libre comercio, ya era investigador en el Development Group for Alternative Policies (DGAP) en Washington tiene un diagnóstico crítico de la reacción del presidente Enrique Peña Nieto ante la prisa avasallante de Trump.

"Hay una ambigüedad en la posición mexicana ante el proteccionismo de Trump: en primer lugar, el TLCAN era considerado sagrado, no se le podía cambiar casi ni una coma y era inamovible", dice en entrevista con esta agencia el investigador.

Después, las autoridades mexicanas moderaron su reacción: "empezaron a moverse hacia la posición de que los expertos podían negociar una modernización", prosigue el autor y asesor legislativo.

Finalmente, el gobierno de Enrique Peña Nieto "en una tercera etapa, considera que si EEUU se sale el TLCAN, los mexicanos nos vamos también y podemos vivir sin él, no hay metas estratégicas", afirma el exasesor del líder de centroizquierda Cuauhtémoc Cárdenas.

Hay una cuarta posibilidad, explica: "se admite que acabó el TLCAN pero no el libre comercio, y se busca cualquier tipo de acuerdos en Europa y la zona Asia-Pacífico, tras la salida de EEUU del Tratado de Asociación Transpacífico (TPP, en inglés)".

La explicación es que "el NAFTA se convirtió en palabra tóxica, orilló a una cadena de reformulaciones 'gatopardistas', es decir, a cambiar para que nada cambie, pero el gobierno sigue defendiendo el libre comercio como un mantra".

Trump denuncia que en 2016 EEUU tuvo un déficit comercial de 60.000 millones de dólares con México, pero el problema lo tiene con China, con 367.000 millones de dólares de déficit comercial, o Alemania con 74.900 millones de dólares.

En ese punto coinciden tanto el líder demócrata Bernie Sanders como Trump, el primero contra intereses corporativos, el otro sacrificando a los trabajadores.

Crítica maniquea

Los críticos de ese proceso, simplifican los argumentos: "equiparan el libre comercio con la globalización y todos sus males", advierte el autor de decenas de ensayos, miembro del Consejo Consultivo del Instituto de México en el Centro Woodrow Wilson de EEUU.

Los inconformes con el desenlace de más de dos décadas con la OMC al frente, sintetizan el relato: "El libre comercio sirvió para agrandar los derechos de las grandes corporaciones, que llegan a demandar a gobiernos soberanos y a doblarlos".

"Es un error considerar el libre comercio como un fin en sí mismo, los tratados tienen ventajas como instrumentos de política pública, para mejorar la calidad de vida de la gente", considera el investigador.

El tema de los salarios iguales por trabajo igual nunca se resolvió, comenta Heredia que ha trabajado en una red regional pro trabajadores migrantes.

En cambio, el resultado ha sido la desigualdad mundial: "nos quedamos con tratados de libre comercio que solo han permitido la concentración en pocas manos de riquezas y privilegios, que volvieron a ese modelo de libre comercio en proyectos sin apoyo popular nacional", puntualiza el fundador del Grupo de Trabajo Independiente sobre Norteamérica, del Council on Foreign Relations.

Trump, quien ha dicho que podría abandonar el TLCAN si no obtiene más beneficios para su país, encargó al secretario de Comercio Wilbur Ross para liderar las negociaciones comerciales.

"Estamos trabajando muy duro y tenemos el período de 90 días para analizarlo", aludiendo a la ley estadounidense para revisar los acuerdos comerciales antes de su firma, dijo el mandatario.

El secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, replicó que, si a Trump no les gusta el TLCAN, "es él quién debe denunciarlo, pero hay un interés de Canadá y México por preservarlo".

Una carta mexicana está en las importaciones agropecuarias de México de EEUU, que alcanzarán casi 29.000 millones de dólares este año.

Es un fluyo de dólares similar a las remesas de los trabajadores mexicanos en EEUU que rondaron en 2016 los 26.000 millones de dólares, que Trump quiere gravar para pagar un muro fronterizo.

Guajardo dijo que 23 años después de la firma del TLCAN "existen nuevas áreas de la economía que no existían" como el comercio electrónico, las telecomunicaciones y la energía, tras el fin de monopolio estatal mexicano.

OMC en el horizonte

La posible salida del TLCAN no anula la relación comercial México-EEUU, "que alcanza un millón de dólares por minuto, sin embargo lo que sí anula son las preferencias arancelarias recíprocas" en el comercio bilateral de más de 530.000 millones de dólares anuales, explicó Guajardo.

En el caso de los automóviles, que tienen arancel cero en México "nos iríamos a los compromisos con la OMC que están comprometidos a una tarifa máxima de 2,5%", frente al desproporcionado rango de 20% a 35% que pretende imponer Trump.

El senador Armado Ríos Piter no ve muchas alternativas, "ante la decisión unilateral de acabar con el TLC de Trump no queda otro camino que abrir una controversia ante la OMC", dijo en entrevista con Sputnik.

"México tiene un importante número de acuerdos con decenas de países y puede actualizar otros con Europa y el área Asia Pacífico, allí ya existen cadenas de valor con base productiva instalada durante muchos años como puerta de salida importante", dijo el destacado líder de centroizquierda que estado en contacto con la Presidencia para conocer las negociaciones en marcha.

"Norteamérica es nuestra mayor relación histórica de siglos –mayor que la relación con América Latina–, eso tendrá que cambiar", sentencia.

"Hay que asumir ese reto con nuestros fundamentos regionales y multilaterales", puntualizó poniendo como ejemplo la Alianza del Pacífico con Chile, Colombia y Perú, que podría sumar a Argentina, Costa Rica y Panamá. Un largo y desconocido camino.

[Fuente: Sputnik News, Ciudad de México, 03feb17]

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