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29feb12


Los sueldos millonarios de los ejecutivos del Ibex 35 chocan con la austeridad del Gobierno que pretende el gobierno español


La crisis afecta a todos, pero no por igual. Los altos ejecutivos de las grandes empresas españolas siguen apuntándose sueldos millonarios, aparentemente al margen de las menores facturaciones y beneficios de sus compañías. Precisamente ayer se hacían públicas las retribuciones percibidas por los principales directivos del Santander, que tradicionalmente sitúa a su consejero delegado, Alfredo Sáenz, como el directivo mejor pagado del Ibex. A falta de que algunas de las principales firmas como Repsol o Telefónica presenten el detalle de sus cuentas, parece que retendrá el título. En el año de su polémico indulto por el Gobierno Zapatero, el primer ejecutivo de Emilio Botín se embolsó 11,6 millones de euros, eso sí, un 8% menos que en el año anterior.

Esta tendencia choca de plano con la política de austeridad emprendida por el Gobierno de Mariano Rajoy, que a las dos semanas de llegar al poder aprobó la congelación del sueldo de los funcionarios en 2012 y la ampliación de su jornada laboral a 37 horas y media semanales, dos horas y media más. Era sólo el principio, pero la senda del camino a recorrer, a tenor de la pregunta que se hizo a sí mismo el propio Bill Gates a su paso por España estos días: "¿Por qué no han bajado aquí los sueldos?". El fundador de Microsoft, uno de los hombres más ricos del planeta, puede hablar de primera mano de ejemplos entre la clase empresarial de EEUU, como el caso del fallecido Steve Jobs, que se puso el sueldo simbólico de 1 dólar por estar al frente de Apple, de la que era dueño, o el del inversor Warren Buffet, que ha reclamado que los ricos paguen más impuestos.

Lejos de estos mensajes de sus homólogos o de los predicados por el Gobierno, los habituales del top three también ha salvado el año sin demasiados apuros. Ignacio Sánchez-Galán, presidente de Iberdrola, superó ampliamente los cinco millones de euros en 2011. El ejecutivo salmantino se anotó sendos pagos de 2,25 millones en concepto de retribución fija y variable por el desempeño de sus funciones ejecutivas. Además, sumó otro fijo de 567.000 euros como asignación estatutaria, al margen de otras primas de menor cuantía para seguros y pensiones. Todo sin contar las acciones recibidas por la liquidación del bono estratégico 2008-2010. Galán ya percibió 5,34 millones de euros en 2010, complementados por títulos de Iberdrola Renovables valorados en 1,6 millones de euros.

Más modesto, el presidente del BBVA, Francisco González, tributará por unos ingresos de 4,97 millones de euros, según consta en el Informe de Gobierno Corporativo de la sociedad. El banquero percibió 1,96 en concepto de retribución fija y 3,01 millones en variable, por no entrar en su generoso plan de pensiones acumulado. Mientras, su consejero delegado, Ángel Cano, tuvo que conformarse con una retribución de 3,63 millones de euros. Sáenz gana a todos sus colegas, incluido al presidente de Bankia, Rodrigo Rato, que se quedó en 2,34 millones. También a su jefe. El presidente del Santander, Emilio Botín, vio entrar en su cuenta corriente 4,50 millones, un 9,5% menos. Su hija Ana Patricia, que en 2011 se estrenó al frente de la filial británica Santander UK, percibió 5 millones de euros.

Paradójicamente, también hay outsiders. Y en sectores en ruina. El consejero delegado del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián, supera a Galán y González y aspira legítimamente al pódium. Se embolsó en el año 8,2 millones de euros -entre retribuciones en metálico y acciones- después de que la compañía registrara pérdidas netas de 451 millones de euros tras acometer importantes provisiones. Incluso sin esas reservas, las ganancias son de 1,6 millones raspados. La mayor parte de sus ingresos proceden del bonus por la "recapitalización y refinanciación de la compañía", que bajo su misma gestión había llegado a atesorar una deuda superior a 5.000 millones. De hecho, en los medios de comunicación parece sobrar el dinero. El ex consejero delegado de Vocento, José Manuel Vargas, recibió una indemnización de 3,12 millones tras renunciar al cargo.

En los últimos años, entre las grandes corporaciones cotizadas, las entidades financieras han estado en la diana, tanto por los abultados pagos que forman parte de su actividad ordinaria, como por su vinculación con las malas prácticas que dieron lugar a la burbuja de crédito y a la posterior crisis financiera global. Para atajar esta situación, Bruselas ha limitado el modelo de pago en bonus de los bancos, de manera que la retribución variable represente sólo una proporción "equilibrada" de la anualidad, que una parte del cobro se reparta en el tiempo y que consista en acciones o instrumentos financieros a largo plazo.

A pesar de la voluntad regulatoria, los emolumentos siguen resultando obscenos en la actual coyuntura económica, con políticas de recortes sociales en marcha y con un nuevo marco de relaciones laborales que facilita el despido barato. Más allá de las prácticas de buen gobierno o de los códigos de conducta no vinculantes, desde la entrada en vigor de la Ley de Economía Sostenible aprobada bajo mandato del PSOE es obligatorio detallar en las memorias anuales las retribuciones individuales, para que los accionistas puedan estar plenamente informados antes de votar. Sin embargo, su cumplimiento no es generalizado.

Siempre mirando a los banqueros

En este contexto, con el sector financiero en el punto de mira, el gobernador del Banco de España ha vuelto a apelar recientemente a la bajada de salarios como única herramienta para que la economía española recupere competitividad. Vistos los números de las primeras cotizadas en rendir cuentas sobre 2011, no parece referirse a los consejeros y directivos de las compañías cotizadas. Miguel Angel Fernández Ordoñez no hizo mención a su productividad como supervisor, única competencia de este organismo público donde el sueldo del gobernador y el del resto de consejeros no se conocen, a pesar de ser obligatorio para las entidades financieras que fiscalizan.

En este contexto, Bankia se ha convertido en la excepción que confirma la regla de sueldos y bonus millonarios en el sector financiero. Ya durante el año pasado, el equipo de Rodrigo Rato rechazó pagar el pago extra heredado por los antiguos gestores ante los malos resultados de la caja de ahorros, además de rebajar un 20% la retribución variable de su cúpula a instancias del Banco de España. Este año, sin embargo, el hachazo ha sido aún mayor por obra de la Ley de Saneamiento del Sector Financiero impulsada por el ministro Luis de Guindos, que ha limitado a 600.000 euros el sueldo de todos los presidentes de entidades auxiliadas con dinero del FROB.

En la mayoría de ocasiones, es más habitual que estas retribuciones millonarias tengan lugar en empresas donde no existen accionistas de referencia y donde los ejecutivos controlan los órganos de poder, aunque tampoco es un patrón inflexible, pues la propia Inditex, controlada por Amancio Ortega, convirtió el año pasado a su nuevo presidente Pablo Isla en el ejecutivo mejor pagado con un total de 14 millones de euros. Con todo, por cuestionables que puedan parecer estas magnitudes, de acuerdo a con las reglas del mercado, para las empresas de bolsa el único límite lo establece el voto de aprobación de los accionistas en la junta general.

[Fuente: Por Daniel Toledo y Carlos Herranz, El Confidencial, Madrid, 29feb12]

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