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10mar10


La autopsia de Lehman muestra que escondía deuda fuera del balance


Lehman Brothers recurrió a operaciones fuera de balance para aparentar una situación más saneada y de menor deuda que la real desde finales de 2007. La firma era insolvente dos semanas antes de su colapso, el 15 de septiembre de 2008. Los ejecutivos del extinguido banco de inversión recurrieron a complejas técnicas financieras para maquillar su contabilidad y tapar el agujero que sus arriesgadas apuestas estaban creando. El primer ejecutivo de la firma, Richard Fuld, fue "como mínimo gravemente negligente" y el auditor, Ernst & Young, podría ser acusado de "mala práctica profesional", según las revelaciones del amplio y detallado informe solicitado por el juez que supervisa en Nueva York el proceso de liquidación del banco de inversión.

En 2.200 páginas, el informe pretende identificar los factores que hay detrás de la mayor quiebra empresarial en Estados Unidos. Sólo el índice ocupa 45 folios. El trabajo de investigación lo dirigió el abogado Anton Valukas, y su elaboración costó 38 millones de dólares (27 millones de euros).

Valukas, presidente del bufete Jenner & Block, es claro desde el principio. La muerte del banco de inversión neoyorquino hace ahora 18 meses fue fruto de "múltiples factores". Y precisa también que Lehman "fue más la consecuencia que la causa" del terremoto financiero que empezaba a gestarse y que hizo tambalear los cimientos de Wall Street, hasta arrastrar al conjunto de la economía global al borde del precipicio de la depresión.

El abogado reparte responsabilidades en tres grupos. Primero, acusa a los ejecutivos de Lehman desde haber cometido "errores de juicio" hasta "manipular" las cuentas de resultados para hacer creer que no pasaba nada. Es la parte más crítica del documento, a la que dedica 300 páginas. Segundo, cuestiona el modelo de negocio seguido por la banca de inversión, que premiaba el "riesgo excesivo". Y tercero, carga contra los reguladores, por no "haber identificado mejor y mitigado" el desenlace final.

El informe no sólo arroja luz sobre los últimos días de Lehman en septiembre de 2008. Además, revisa lo sucedido cuando empezaron a emerger los primeros problemas en el mercado hipotecario, en la primavera de 2007. Lehman fue "lenta" al anticipar sus efectos. El colapso de Bear Stearns, un año después, dejó claro que la firma estaba en "peligro". "Para ganar tiempo", explica, sus gestores empezaron a "dibujar una realidad engañosa".

Lehman procedió así a distorsionar los números, manipulando sus libros contables con un instrumento llamado Repo 105, una venta de activos con pacto de recompra. Activos ilíquidos salían temporalmente del balance en el momento oportuno y en su lugar entraba efectivo, aparentando una posición de mayor liquidez y menor endeudamiento. El instrumento existía desde 2001, cuando Lehman logró constituirlo en Londres a través de la firma Linklaters (tras recibir la negativa de varios despachos de abogados estadounidenses). Pero fue desde 2007 cuando Lehman empezó a usarlo masivamente. Así, con una técnica que recuerda a la que llevó a la quiebra del coloso Enron, la entidad logró ocultar 39.000 millones de dólares (28.500 millones de euros) en activos tóxicos o ilíquidos al final de su ejercicio 2007, cerrado el 30 de noviembre de ese año. La cifra subió a 50.000 millones en el segundo trimestre de 2008. El banco pudo entretanto ir solicitando fondos a sus acreedores para poder operar y mantener viva la confianza del mercado hacia la firma.

Las ventas con pactos de recompra son legales si se revela su uso a reguladores, agencias de calificación e inversores. Lehman Brothers, según el informe, no informó debidamente. Las agencias de calificación cayeron en la trampa y mantuvieron hasta el final sus bendiciones para Lehman.

Richard Fuld, su consejero delegado, dio el visto bueno a estas transacciones, según el informe, aunque su abogada lo niega. La auditora Ernst & Young también estaba al corriente del uso del Repo 105, pero en ningún momento puso en duda o pidió explicaciones sobre el mismo. Ernst & Young aclara que su última auditoría correspondió al ejercicio de 2007. Asegura que las cuentas de ese año eran correctas y que la responsabilidad sobre las ratios de apalancamiento incluidas en el informe de gestión es de los ejecutivos, no del auditor.

El modelo funcionó hasta que todo se vino abajo. La confianza, explica Valukas, era clave para que se sustentara. "Cuando se perdió", señala, Lehman perdió pie.

El extenso documento concluye, a partir de esto, que Lehman Brothers era ya insolvente el 2 de septiembre de 2008, casi dos semanas antes de firmar la quiebra el 15 de septiembre. En este punto, añade, las demandas de JPMorgan Chase y de Citigroup contribuyeron a acelerar el colapso del banco, justo cuando el entonces secretario del Tesoro, Henry Paulson, intentaba encontrar una solución.

Los rivales de Lehman exigieron 16.000 millones en garantías tomadas de las arcas del banco de inversión apenas unos días antes de la quiebra, cuando veían que no era capaz de mantenerse a flote. Un dinero que necesitaba desesperadamente para no quedarse sin liquidez. Fue el empujón final a la bancarrota, remacha la investigación. El trabajo de Valukas arrancó en enero de 2009, con la misión de encontrar si hubo algún tipo de conducta fraudulenta o impropia.

Al ver lo sucedido, al abogado no le extraña que en Wall Street no se siga ya ese modelo de negocio. Y con sus revelaciones, el informe pone el énfasis en la necesidad de que se someta a las firmas financieras a mayor transparencia. No obstante, el abogado admite que no hay indicios suficientes para acusar penalmente a ningún ex ejecutivo de Lehman o de la auditora por violar las reglas financieras. A lo que sí abre la puerta el informe es a la presentación de demandas civiles contra Fuld, otros ejecutivos, Ernst & Young o incluso Citi y JPMorgan.

El momento de la publicación del informe no puede ser más oportuno. Año y medio después del terremoto financiero, la aireada reforma del marco que regula a los guardianes de Wall Street sigue atascada. La Casa Blanca perdió el jueves la paciencia y forzó al demócrata Christopher Dodd, presidente del comité bancario del Senado, a romper las negociaciones con los republicanos.

El lunes presentará su "plan B" para salir del punto muerto. Dodd deja claro que su iniciativa acabará con el principio del "demasiado grande para quebrar", al establecer un procedimiento para desmantelar de una forma ordenada entidades sistémicas con problemas. Y para evitar otro Lehman, se establecerá un sistema de alerta temprana. La idea es que el presidente Obama tenga el texto final sobre su escritorio antes de que acabe el año.

[Fuente: El País, Madrid, 10mar10]

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