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17dic01


Definen la politica exterior USA para el Hemisferio Occidental ante la Conferencia de Obispos Catolicos norteamericanos.


Declaraciones ante la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos. Washington, DC 17 de diciembre de 2001

(comienza el texto)

Buenos días. Gracias por invitarme a participar con ustedes en su reunión semestral. Antes de referirme a la política de Estados Unidos en relación con América Latina, quiero comentar brevemente sobre el impacto en este hemisferio de los acontecimientos del 11 de septiembre. Aunque los fundamentos de la política de Estados Unidos en la región se mantienen constantes, el 11 de septiembre alteró el contexto en el que nosotros operamos.

El 11 de septiembre me hallaba en el Perú con el secretario de Estado Powell para asistir a la firma de la Carta Democrática de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y teníamos previsto ir al día siguiente a Colombia. La mañana del 11 estábamos desayunando con el nuevo presidente del Perú, Alejandro Toledo. Era un encuentro agradable -- la agenda con el nuevo gobierno democrático del Perú es amplia y de largo alcance. Y luego el secretario recibió de su personal la primera de varias notas. Nuestra vida ya no sería la misma. Como dijo el secretario Powell "estamos en esta campaña mundial juntos para un largo trayecto. Hemos sufrido una tragedia enorme pero nos sobrepondremos. Defenderemos el imperio de la ley contra los que están al margen de la ley. No les permitiremos a los asesinos destrozar nuestras democracias y arruinar nuestras economía. Nunca permitiremos que nuestros futuro sea secuestrado por los terroristas".

Luego del 11 de septiembre la respuesta de todo el hemisferio fue inmediata, enérgica y de apoyo. El primer ministro Ingraham, de las Bahamas, resumió el sentimiento de muchos en la reunión de la Comunidad Caribeña (CARICOM) y el Mercado Común del Caribe, al decir: "En contra del pronunciamiento de los misioneros de la muerte, que empujan a sus jóvenes a esos actos de barbarie, mientras ellos se mantienen intactos, sin riesgo, en escondites seguros, el terrorismo no les dará ni victorias ni gloria; más bien, de manera indeleble, para siempre serán conocidos y recordados como causantes de la muerte, la destrucción y el mal". Hemos recibido mensajes de apoyo, condolencia y de condena ante los ataques de parte de jefes de estado, ministerios de relaciones exteriores, legislaturas y líderes de la sociedad civil de todo el hemisferio y de todo el mundo.

La Organización de los Estados Americanos actuó inmediatamente, convocando a una reunión de ministros de Relaciones Exteriores apenas pocos días después del ataque. Al mismo tiempo, los ministros de Relaciones Exteriores de los estados firmantes del Tratado de Río, encabezados por Argentina, Brasil y Chile, invocaron los convenios de seguridad colectiva. La OEA también convocó a los aparatos antiterroristas del hemisferio y prepara un nuevo tratado hemisférico contra el terrorismo. Las naciones del hemisferio ofrecieron apoyo militar, ayuda humanitaria y colaboración en iniciativas diplomáticas y de seguridad. El apoyo ha sido de amplia base y sin condiciones, con la acostumbrada excepción de Cuba, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, en un discurso de noviembre ante las Naciones Unidas, lanzó la indignante calumnia de que Estados Unidos y sus aliados "están apuntando a los niños afganos y las instalaciones de la Cruz Roja", y algunos comentarios del presidente venezolano Hugo Chávez, que plantearon preocupaciones.

Muchos de nuestros vecinos ofrecian ese apoyo cuando, al mismo tiempo sufrían su propio dolor como resultado del ataque. Más de 300 nacionales de 30 países del Hemisferio Occidental perecieron en el ataque; casi la mitad de las víctimas procedían de El Salvador y República Dominicana.

Los ataques terroristas de septiembre han debilitado las perspectivas de crecimiento económico y el clima empresarial en todo el hemisferio. Dado que nuestra economía nacional quedó afectada, lo mismo ocurrió con las economías de nuestros vecinos. Países con comercio fuerte y lazos turísticos con Estados Unidos, como Canadá, México, América Central y el Caribe, son particularmente vulnerables a las consecuencias económicas de los ataques. El Banco Mundial dice que el Caribe es la zona del mundo más gravemente afectada -- especialmente por la baja del turismo -- inmediatamente después de los vecinos inmediatos de Afganistán. El Banco predice una caída del 25 por ciento en las ganancias del turismo en 2002, dado que los consumidores aplazan sus gastos o temen viajar. Los bajos flujos de capital, debido al temor al riesgo que sienten los principales inversionistas, afectará a muchos países. Los países andinos también verán un crecimiento más débil. El alto grado de incertidumbre en la guerra contra el terrorismo y el rumbo de la recuperación mundial podría perjudicar el clima empresarial en todo el hemisferio, reducir las inversiones y otros flujos de capital y afectar las perspectivas de los negocios. Por supuesto, con las dificultades económicas surgen otros problemas. Las dificultades económicas siempre amenazan con exacerbar los problemas sociales, políticos y de seguridad.

El terrorismo en sí es un tema en el Hemisferio Occidental. Las denominadas Organizaciones Terroristas Extranjeras operan en el hemisferio, más notablemente en Colombia, Perú y la región de la triple frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil. Las redes de apoyo a los terroristas que operan en esta última región tienen contactos con el Medio Oriente y se sospecha que cometieron y/o apoyaron atentados terroristas, como los ataques con bombas contra la embajada israelí y el Centro de la Comunidad Judía en Argentina, donde perecieron más de 100 personas inocentes a principios de la década de 1990. También se sospecha que células de la región participan en el financiamiento de las organizaciones terroristas en el Medio Oriente.

En Colombia, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Frente de Liberación Nacional (ELN), las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) siguen asesinando y secuestrando civiles, atacando la infraestructura económica del país y atizando la violencia política. En otros lugares hay preocupación por los terroristas con lazos internacionales que abusan del sistema financiero del Caribe para recaudar fondos o lavar dinero.

Ahora, más que nunca, los países del hemisferio reconocen que tenemos un interés común en enfrentar el terrorismo, y los gobiernos se unen para plantear respuestas, reconsiderar posiciones y resolver problemas, En respuesta a los ataques el gobierno de Estados Unidos y sus aliados han desarrollado un enfoque de cuatro partes para enfrentar esas amenazas.

Primero, hemos solicitado a todos los países ratificar los 12 tratados internacionales de antiterrrorismo. Desde que comenzó la crisis, muchos países de inmediato tomaron medidas para ser parte de aquellos a los que todavía no se habían adherido. Esos tratados permiten que la cooperación internacional trabaje efectivamente, permitiendo el ejercicio de la jurisdicción internacional sobre los terroristas. Se trata de un importante paso para asegurar al hemisferio colectivamente, facultando a cada país a ayudar a estabilizar el resto. La Organización de los Estados Americanos, por medio de la Comisión Interamericana de Antiterrorismo, utiliza los tratados para elaborar un programa de seguridad hemisférica que institucionalizará la estructura de colaboración que se está forjando.

Segundo, colaboramos con las naciones del hemisferio para asegurar la identificación y el decomiso de los bienes financieros del terrorismo. Todas las naciones democráticas de la región han procedido rápidamente a revisar los registros financieros. El Grupo de Trabajo de Acción Financiera (GTAF) colabora para aprobar legislación contra el lavado de dinero en todos los países. Por medio del GTAF México, Canadá, Francia, Holanda, España, el Reino Unido y Estados Unidos ayudan a las naciones a mejorar su capacidad de impedir el lavado de las ganancias que les dejan sus actividades criminales. Muchas naciones han creado o crean ahora unidades de inteligencia financiera, algunas con ayuda de Estados Unidos. Muchas naciones del hemisferio, junto con otras del resto del mundo, son miembros del Grupo Egmont, que trabaja para crear una red mundial de Unidades de Inteligencia Financiera para facilitar la cooperación internacional, en parte por medio de un sitio electrónico seguro en la Internet. Los lugares donde los terroristas pueden ocultar sus bienes se cierran rápidamente.

Tercero, trabajamos con otros países para asegurarnos de que el terrorismo sea declarado delito en todas sus formas. Las agencias de aplicación de la ley en Estados Unidos y otras agencias están desarollando la ayuda técnica para los gobiernos que ya elaboran esas leyes. Juntos con la jurisdicción universal establecida por los tratados, se restará muchas posibilidades al propósito de usar el Caribe o América Central como un conducto. Los terroristas y sus seguidores pronto verán que no hay lugar donde puedan ocultarse -- donde su ataque sea un delito, pueden ser juzgados o extraditados, y pronto será un delito ser terrorista, conspirar con un terrorista o ayudar a un terrorista en todos los rincones del mundo.

Por último, y posiblemente lo más importante, trabajamos para mejorar los controles fronterizos. Esto sirve el interés de todos nosotros. La Administración Federal de Aviación ha sugerido maneras de mejorar la seguridad y las aerolíneas de todo el hemisferio siguen esas orientaciones. El Servicio de Inmigración y Naturalización ofrece entrenamiento al personal de inmigración y aerolíneas en toda la región para mejorar la seguridad de los aeropuertos y la integridad fronteriza, así como para establecer lazos para permitir la cooperación internacional en temas de inmigración. Esto también ayuda a reducir la corrupción. Pasaportes seguros, legibles mediante máquinas, junto con la computarización de los sistemas de inmigración también tendrán un enorme impacto en los flujos de migrantes, siendo esta un área que requiere más atención y recursos. Muchas naciones reconsideran los méritos de la ciudadanía económica. El intercambio de información aumenta rápidamente.

Mientras tanto, no hemos abandonado nuestra agenda hemisférica. Ahora, más que nunca, debe continuar. Nuestro estrategia en el hemisferio se sigue basando en tres pilares decisivos, cada uno en refuerzo del otro. Un pilar consiste en favorecer el desarrollo sostenible, incluyendo el incremento del comercio libre y la estabilidad económica. Segundo, fortalecer la democratización y el imperio de la ley, incluyendo los derechos humanos y la educación. Más del 40 por ciento de nuestro financiamiento para ayudar a la región apoya programas en favor de la democracia.

Tercero, queremos impulsar la seguridad hemisférica, incluyendo el combate contra el terrorismo y un programa emprendedor pero equilibrado contra los narcóticos. El presidente Bush comprende y se interesa profundamente en la región y ha expresado su intención de trabajar con nuestros asociados en nuestro hemisferio para crear el "Siglo de las Américas".

A pesar de la atención acertadamente enfocada en los acontecimientos en Afganistán, estamos promoviendo activamente nuestra agenda para el Hemisferio Occidental. Con México seguimos comprometidos a una estrecha cooperación en una variedad de temas bilaterales, incluyendo la migración. En las naciones andinas nuestro paquete de ayuda propuesto para 2002 contiene financiamiento de la Iniciativa Regional Andina para continuar con las enérgicas actividades antinarcóticas al promover, al mismo tiempo, el desarrollo económico y la mejora de las instituciones públicas. Resolver el problema de la pobreza en América Central sigue siendo una preocupación mayor; en el Caribe vemos un compromiso revigorizado con nuestra Iniciativa de la Tercera Frontera.

En particular, quiero destacar nuestro firme compromiso con un comercio más libre y el crecimiento económico. Como señalo el representante de Comercio de Estados Unidos Bob Zoellick "los enemigos de antes aprendieron que Norteamérica es el arsenal de la democracia; los enemigos de hoy aprenderán que Norteamérica es el motor económico de la libertad, la oportunidad y el desarrollo". La meta final es el Area de Libre Comercio de las Américas, con su potencial de incrementar de manera espectacular los flujos comerciales entre los países de las Américas en la década. Todos los 34 líderes democráticos de este hemisferio están comprometidos con el libre comercio, lo que fue reiterado durante la Cumbre de las Américas en la Ciudad de Quebec en abril. El presidente reconoce que la integración económica del hemisferio es un elemento importante de la futura prosperidad de Estados Unidos y del bienestar del hemisferio. La Autoridad de Promoción Comercial (TPA) sigue siendo un paso decisivo si queremos cumplir con el compromiso asumido por el presidente Bush y los líderes hemisféricos en la Cumbre de Quebec de cumplir la fecha del 2005 fijada para el Area de Libre Comercio de las Américas. Nos sentimos complacidos cuando la Cámara de Representantes superó una de las barreras de la TPS con su aprobación a principios de mes.

Quiero referirme a la situación en tres países que yo sé les preocupa a ustedes -- Venezuela, Cuba y Colombia. Luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre nuestras relaciones históricamente fuertes con Venezuela experimentaron dificultades. Las críticas del presidente Chávez el 29 de octubre a la respuesta de Estados Unidos y la coalición militar al terrorismo internacional provocó graves tensiones en nuestra relación bilateral. En respuesta a las declaraciones de Chávez le pedimos a nuestro embajador en Venezuela regresar a Washington para consultas. Luego de esas consultas se determinó continuar nuestra política de participación con Venezuela, midiendo el estado de nuestras relaciones en base a los actos, no las palabras. Sin embargo, en caso de que los autoridades venezolanas juzguen erróneamente las políticas o determinaciones de Estados Unidos, Estados Unidos responderá.

Al medir a Venezuela por sus actos y no por las palabras de Chávez, debe anotarse que a Estados Unidos en general le satisface la cooperación de Venezuela en la guerra contra el terrorismo. Por ejemplo, Venezuela se comprometió a aumentar su producción de petróleo en caso de cualquier interrupción en el abastecimiento de energía. La Superintendencia de Bancos de Venezuela prestó excelente ayuda en la búsqueda de posibles valores de los terroristas y el apoyo a las investigaciones por parte las agencias encargadas de aplicar la ley y los servicios de seguridad de Venezuela ha sido bien recibido. Esos éxitos demuestran que hay áreas prácticas en las que podemos cooperar en la guerra contra el terrorismo.

La Iglesia Católica tiene un importante papel que desempeñar en Venezuela. Luego de la huelga general de trabajadores del 10 de diciembre es importante que instituciones como la Iglesia mantengan su participación. La Iglesia contribuye al urgir a la moderación y el diálogo y, al ser una de las instituciones más respetadas de Venezuela, tiene considerable influencia -- la voz moral de la Iglesia resuena claramente en Venezuela.

Las organizaciones de derechos humanos de la Iglesia Católica han sido importantes vigías de la situación de los derechos humanos en Venezuela. En general, aunque persisten dificultades en derechos humanos, como las deplorables condiciones de las prisiones y el uso excesivo de la fuerza por parte las fuerzas de seguridad, Venezuela tiene en general buenos antecedentes en derechos humanos. Hay, sin embargo, crecientes preocupaciones por las amenazas contra la libertad de expresión y la prensa y la indebida presión al trabajo sindicalizado. Apreciamos los esfuerzos de esos observadores de la Iglesia para los derechos humanos que vigilan de cerca los acontecimientos.

En el caso de Cuba, la intransigencia del gobierno cubano y su rechazo a cumplir sus compromisos significa que las expectativas creadas por la histórica visita del papa a Cuba todavía no se han cumplido. En una destacada prueba del control del gobierno cubano, Cuba todavía tiene en vigencia una "Oficina de Asuntos Religiosos", para aprobar cualquier actividad de la Iglesia. vigente. Esa oficina ha prohibido a las diócesis adoptar medidas básicas para cumplir con sus obligaciones pastorales, como la ampliar y reparar las instalaciones eclesiásticas, establecer programas para ayudar a los pobres y los ancianos, preparar nuevos clérigos y traer clero extranjero a la isla.

Aún más preocupante es la existencia de un documento preparado por el Partido Comunista de La Habana a principios de este año sugiriendo las maneras con que el partido debe contrarrestar las "actividades ilícitas de la Iglesia". El cardenal Ortega se refirió públicamente a ese documento como "antirreligioso" y un retroceso a la Constitución previa a 1992, antes que las actividades religiosas fueran reconocidas por el estado comunista.

A pesar de este ambiente, la Iglesia Católica sigue siendo la organización más poderosa e influyente de la sociedad civil en la isla. La Iglesia y Caritas realizan grandes esfuerzos para atender las necesidades del pueblo cubano. Dirigida por el cardenal Ortega, la Iglesia Católica cubana ha sido una voz manifiesta en favor de la verdad y la moral en una isla con una notable necesidad de ambas. Nuestros obispos, especialmente el obispo González, de Pinar del Río, el arzobispo Meurice, de Santiago, y el arzobispo Rodríguez, de Camagüey, han demostrado su compromiso especial de proteger a su grey frente a la represión gubernamental.

Nuestra política consiste en alentar una rápida transición a la democracia en Cuba, que se caracterice por un enérgico apoyo a los derechos humanos y los mercados abiertos. La Iglesia tendrá un papel importante en cualquier transición.

Mientras tanto, Cuba enfrenta las consecuencias del huracán Michelle, tormenta de categoría cuatro que azotó la isla a principios de noviembre. De inmediato Estados Unidos ofreció enviar un equipo de la Oficina de Ayuda en Casos de Desastre para evaluar los daños y determinar las necesidades de ayuda internacional. Hicimos esta oferta a Cuba, así como a las demás naciones del Caribe afectadas por el huracán. Cuba rechazó la oferta, explicando que ya había superado la fase de alivio en la crisis y que se encaminaba hacia la reconstrucción. Cuba señaló su deseo de comprar alimentos y medicinas para reabastecer sus reservas agotadas durante la crisis. Dado que esas ventas están permitidas por la ley (venta de medicinas desde 1992, venta de alimentos desde el año pasado), el papel del gobierno de Estados Unidos ha sido el de asegurar que todas las leyes y reglamentos aplicables sean respetados.

No sabemos cuánto alimento y medicinas finalmente comprará Cuba a abastecedores de Estados Unidos. Sabemos que la decisión de Cuba parece ser de naturaleza política y no basada en la necesidad humanitaria. Es evidente que los funcionarios cubanos, desde Castro abajo, habían proclamado en alta voz la disposición de Cuba de no comprar en Estados Unidos ni siquiera un grano de cereal mientras no hubiera financiamiento estadounidense para esas compras.

Pero, posiblemente el área de mayor preocupación hemisférica para nosotros es Colombia. Colombia tiene una insurgencia desde hace 40 años, con grupos que se financian con el tráfico de drogas ilícitas, el secuestro y otro tipo de extorsiones. Colombia tiene más de 3.000 secuestros de los que se da cuenta cada año y 4.000 vidas que se pierden anualmente en la violencia política.

El conflicto sigue provocando una cantidad enorme de graves violaciones de los derechos humanos, incluyendo masacres y tortura. La mayor parte de las violaciones de los derechos humanos en Colombia los cometen grupos armados ilegales. Estados Unidos está hondamente preocupado por las denuncias de la colusión entre los militares colombianos y las fuerzas paramilitares de derecha. Hemos urgido constantemente al gobierno del presidente Pastrana que corte cualquiera de esos vínculos, incluyendo el disciplinamiento de oficiales sospechosos de tales vínculos, y permitir que sean sometidos al procesamiento civil. El Alto Mando comprende la necesidad de romper todos los lazos, pero en los niveles inferiores continúa cierta colusión. Con todo, los militares han dado de baja a casi 700 de sus miembros durante los dos últimos años, muchos de ellos por violaciones de los derechos humanos.

El presidente Pastrana inició en 1998 los esfuerzos de paz con dos de los tres grupos armados de Colombia. Estados Unidos, junto con el presidente Pastrana, buscó apoyo para un esfuerzo amplio para resolver los problemas hondamente arraigados de Colombia. Su política, el Plan Colombia, se concentra en ayudar al pueblo colombiano a combatir el tráfico de drogas ilícitas, fortalecer las instituciones democráticas y proteger los derechos humanos, y favorecer el desarrollo socioeconómico. Nuestra ayuda respalda todos los aspectos del Plan Colombia.

Admitimos que las negociaciones son la única manera de acabar con el conflicto interno en Colombia, pero le hemos dejado el manejo del proceso de paz al presidente Pastrana. No participamos en conversaciones con grupos armados ilegales desde que las FARC, en marzo de 1999, mataron a tres ciudadanos estadounidenses activistas de los derechos indígenas. Como señalé antes hemos designado a los tres grupos -- FARC, ELN y AUC -- como Organizaciones Extranjeras Terroristas según la ley de Estados Unidos.

La ayuda de Estados Unidos al Plan Colombia fue aprobada en julio de 2000 y aportó 938 millones de dólares para Colombia y 382 millones de dólares para la región. La ayuda a Colombia comprende 710 millones de dólares para actividades antinarcóticas y 228 millones de dólares para el desarrollo institucional y los derechos humanos, programas de desarrollo alternativo y personas desplazadas, y administración de las reformas judiciales. La próxima etapa del proceso, la Iniciativa Regional Andina, comprende 625 millones de dólares para sostener los programas del Plan Colombia y ayudar a los vecinos de Colombia, de los cuales 50 por ciento será para programas de desarrollo alternativo y de justicia.

El 11 de septiembre, luego de recibir las terribles noticias de Nueva York y Washington, el secretario Powell supo que debía interrumpir su viaje a la región y regresar a casa. Pero antes de partir de Lima envió un señal clara al quedarse a la apertura de la sesión especial de la OEA. Al dirigirse a los delegados, luego de aceptar sus condolencias, el secretario urgió a que la Carta Democrática de la OEA fuera aprobada por aclamación, lo que ocurrió luego. No pudo ser un mensaje más poderoso sobre la importancia de la democracia en el Hemisferio.

Los principales enemigos del terrorismo, del crimen organizado y de la violencia política y la represión son la democracia, los sistemas judiciales que cumplen y la estabilidad económica --esos son los mejores medios para derrotar a los terroristas, los criminales y cualquier otra amenaza que enfrentamos. Nosotros seguimos una senda hacia un hemisferio que sea libre, próspero y pacífico. Ni siquiera los ataques del 11 de septiembre pueden desviarnos de esa meta. Gracias.
s (termina el texto)

[Fuente: Política de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental, Embajador Lino Gutiérrez, secretario de Estado adjunto en funciones, Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental. Departamento de Estado de Estados Unidos, 28dic01]

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