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30ago09


Denuncian que el DAS sigue realizando interceptaciones ilegales, especialmente a jueces de la Corte Suprema


A finales de febrero los cimientos del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) se estremecieron cuando se hizo público que ese organismo de inteligencia estaba realizando interceptaciones y seguimientos ilegales a magistrados de la Corte Suprema de Justicia, periodistas, ONG y miembros de la oposición.

La investigación, revelada por SEMANA, desató un escándalo de grandes proporciones. Lo que resulta sorprendente es que a pesar de estar en el ojo del huracán, las cosas no sólo no cambiaron, sino que, incluso, han empeorado. Las interceptaciones y los seguimientos a integrantes de la Corte, periodistas, políticos y algunos abogados siguen. Y como si no fuera suficiente, se han extendido a algunos candidatos presidenciales y recientemente, a congresistas. "¿Qué es lo que está pasando en las últimas semanas y qué nos interesa? Simple: el referendo. Hay que saber en qué están y qué están pensando los políticos", explicó a SEMANA una de las personas encargadas de esos trabajos de monitoreo mientras mostraba parte de su labores. Seguimientos con detectives activos o retirados, utilización de vehículos con fachada de taxi y de empresas de telecomunicaciones, y el uso de equipos de interceptación que no están en los inventarios oficiales hacen parte de los métodos utilizados.

"Algunos de esos equipos, con los que se está trabajando, se los escondieron a la Fiscalía y a la Procuraduría durante la investigación por las 'chuzadas'. Desde hace dos semanas algunos de esos equipos que estaban por fuera llegaron a Bogotá para hacer controles a los congresistas a raíz de la votación del referendo", confirmó a SEMANA uno de los encargados de esas labores que no quiso revelar a quién le entregan esas grabaciones ilegales. Y todo indica que el interés por saber en qué andan los congresistas que votan la reelección no es el único del DAS.

Porque si en el mundo político truena, en la Justicia no escampa. Algunos integrantes de la Corte Suprema siguen ocupando buena parte del tiempo del organismo de seguridad. SEMANA obtuvo decenas de grabaciones recientes que así lo prueban. Uno de sus principales "objetivos" --como los denominan ahora, antes los informes hacían referencia a "blancos"-- continúa siendo el investigador estrella de la para-política, el magistrado Iván Velásquez.

En varias de las interceptaciones, grabadas hace menos de tres semanas y algunas de las cuales SEMANA se abstiene de publicar por tratarse de temas estrictamente familiares, Velásquez conversa sobre temas cotidianos con sus hijos y su esposa. En otras habla de asuntos laborales con otros miembros de la Corte y con investigadores del CTI que llevan importantes casos (ver recuadro). No menos grave es el hecho de que en las comunicaciones interceptadas al magistrado están las que él sostiene con miembros de su equipo de seguridad para coordinar desplazamientos, viajes o movimientos.

También hay algunas conversaciones con abogados, fiscales y periodistas. Como si lo anterior fuera poco, en las 'chuzadas' contra el magistrado auxiliar también terminó cayendo nada más y nada menos que James Faulkner, un importante funcionario del Departamento de Justicia de Estados Unidos apostado en la embajada de ese país en Bogotá y con quien Velásquez habla sobre temas relacionados con extradición, justicia e intercambio de documentos.

Aunque Velásquez es uno de los principales "objetivos", no es un caso aislado en el capítulo de la Corte "Después del escándalo de febrero las cosas pararon completamente por unos días, mientras pasaba la tormenta. Cuando se vio el rumbo que tomaron las cosas, y que la Fiscalía y la Procuraduría solamente se dedicaron a las 'chuzadas' antiguas, se volvió a empezar con el trabajo. Se hicieron ajustes y la diferencia es que ahora se hace mejor y de manera discreta", afirmó a SEMANA uno de los funcionarios del DAS encargado de esas misiones y quien admitió que 'chuzaron' a quienes los investigaban en la Procuraduría y la Fiscalía.

SEMANA tuvo acceso al voluminoso expediente de los fiscales que adelantan la investigación por las 'chuzadas' del DAS en donde es claro que las pesquisas se concentraron en hechos ocurridos durante el período de Jorge Noguera, pero es casi inexistente la investigación sobre las administraciones posteriores. Para los 11 funcionarios y ex funcionarios detenidos hace un mes por este caso, la acusación más comprometedora de los fiscales tiene que ver por hechos ocurridos entre 2002 y una parte de 2005. Sobre los hechos posteriores, las autoridades han ignorado hasta ahora las pruebas. "Aunque terminaron pagando algunos, no están todos los que son, ni los más importantes. Pero eso dio mucha tranquilidad y permitió seguir con el trabajo", explica uno de los detectives. En una sorpresiva decisión, el viernes pasado el fiscal general, Guillermo Mendoza, aceptó la renuncia de los dos fiscales que adelantaban la investigación por las 'chuzadas'.

El tener claro que sólo unos cuantos de los responsables de las 'chuzadas' pagarían ante la justicia y la opinión pública, según los testimonios, propició que este tipo de actividades ilegales continuaran en el DAS.

Para tratar de minimizar la posibilidad de dejar rastro alguno de las nuevas chuzadas, el DAS reactivó algunas redes externas. Se trata principalmente de ex funcionarios de la entidad que por diversas razones han salido, pero que continúan desarrollando "trabajos especiales" para el organismo.

"Recibimos órdenes directas del DAS. Aunque no estamos en nómina ni figuramos damos un número de cuenta y allí se nos consigna dependiendo de la misión a seguir. Si necesitamos vehículos, equipos o algún tipo de soporte, también nos lo suministran", explicó a SEMANA un ex detective que hace parte de esas redes de inteligencia paralelas del DAS. "Tenemos un enlace, que generalmente es alguien de la seccional y es la persona que nos indica a quién hay que seguir. Nosotros hacemos la tarea y una vez está, nos contactamos nuevamente y entregamos los resultados, que pueden ser videos, fotos, informes o interceptaciones, dependiendo del objetivo", dijo el ex funcionario, quien aún guarda su diploma de grado como detective. "A mí me ha tocado hacerles seguimiento a muchas personalidades como el contralor Julio César Turbay, Germán Vargas, y también a gente de ONG. Casi nunca nos dicen por qué hay que seguirlos y uno no pregunta. Entre menos se sepa (sic) más se vive. Simplemente se hace y se entrega el informe al enlace del DAS", concluyó.

Todo lo anterior demuestra que pocas cosas han cambiado en el DAS a pesar del escándalo de las 'chuzadas'. Como si fuera poco, comienzan a aparecer nuevas irregularidades en el máximo organismo de seguridad adscrito a la Presidencia.

En primer lugar, algunos de los que tuvieron responsabilidad directa en el escándalo, por ejemplo, terminaron "cayendo parados" por una serie de decisiones administrativas del actual director del DAS, Felipe Muñoz.

Entre los nombramientos hay algunos que sorprenden. Como jefe de Inteligencia de la entidad, Muñoz designó al capitán (r) José Alexis Mahecha. Una designación, por decir lo menos, polémica. Cuando Mahecha se desempeñó como jefe seccional del DAS de Santander se vio salpicado en un escándalo por seguimientos e interceptaciones ilegales contra directivos del diario Vanguardia Liberal. El caso, denunciado públicamente por el periódico santandereano, ocurrió en febrero de 2006 y fue manejado discretamente por el DAS Bogotá en ese momento. La decisión, simplemente, fue trasladar al funcionario.

Resulta difícil de entender cómo, justamente en momentos en que el DAS está en el ojo del huracán por el escándalo de las 'chuzadas', se designa como jefe de Inteligencia a un personaje cuestionado como éste. Hace una semana, después de unos pocos meses en el cargo, y luego de que el DAS se enteró de que el caso de Mahecha podía salir a la luz pública, Muñoz lo relevó del cargo y nombró como encargado a Jaime Polanco, uno de sus asesores, con alguna experiencia teórica en inteligencia, pero poca en la práctica.

Una segunda irregularidad se detectó a través de las declaraciones tomadas por los investigadores de la Procuraduría. Varios funcionarios reconocieron que el DAS tenía más equipos de los que se reportaban, muchos de ellos ubicados en otras ciudades. Las autoridades judiciales nunca tuvieron acceso a esos equipos, como tampoco a vehículos adaptados con equipos especiales para hacer interceptaciones y seguimientos, los cuales fueron escondidos en febrero, cuando estalló el escándalo, en la academia de detectives del DAS de Aquimindia en Cota, en las afueras de Bogotá (ver fotos).

El hecho de que miembros del DAS sigan en las mismas prácticas de espiar a quienes consideran contradictores o peligrosos, como los miembros de la Corte, y el que en las últimas semanas haya incluido congresistas para medir lealtades y debilidades para la votación del referendo dejan claro que esa entidad se asemeja más a una policía política que a un organismo de inteligencia estratégica.

Las innumerables intenciones de reformar el DAS, la designación de personas con poco conocimiento de la entidad y labores de inteligencia, los anuncios de los últimos meses que no pasan de reformas cosméticas, evidencian que es poca la voluntad por enderezar el rumbo.

Lo mismo que antes

Algunas de las reformas del DAS no van más allá de modificaciones en los nombres

E n un comunicado de prensa del pasado 28 de abril, el DAS anunció, entre otras cosas, que: "se elimina el Grupo de Observación Nacional e Internacional (Goni), dependiente de la Dirección General de Inteligencia". El Goni fue un grupo creado poco después de la salida de Jorge Noguera del DAS, en reemplazo del llamado G-3, y estaba conformado a su vez por diversos subgrupos, denominados Fénix, Cóndor, Falcon y Salomón. El objetivo principal de esos grupos eran labores de inteligencia propias del DAS, que comprometían aspectos estratégicos para el país, los cuales SEMANA conoce y se abstiene de revelar por tratarse de temas que comprometen la seguridad nacional.

El inconveniente es que algunos de esos grupos alternaron esas labores de inteligencia legítima para la defensa del Estado y terminaron desviados en seguimientos y actividades que nada tenían que ver con el objetivo original. Si bien hace dos meses Muñoz anunció que ese grupo dejaba de existir, a raíz del escándalo de las 'chuzadas', la realidad es muy distinta.

El grupo Goni sencillamente fue rebautizado como Grupo de Contrainteligencia Externa (Gcoe). SEMANA tiene varios documentos con los rótulos de secreto, confidencial y clasificado del DAS en donde queda en evidencia que ese grupo y sus integrantes son prácticamente los mismos que vienen desde hace algunos años.

Otro documento, y sus detalles, del pasado 26 de mayo afirma que Muñoz no sólo dio continuidad a esos grupos, sino que además ordenó el desarrollo de otro proyecto denominado 'Orión Uno', cuyos pormenores SEMANA se abstiene de divulgar por tratarse de asuntos de Estado.

El 'objetivo'

El magistrado auxiliar Iván Velásquez es uno de los miembros de la Corte Suprema de Justicia que sigue siendo uno de los principales centros de atención del DAS.

SEMANA tuvo acceso a decenas de grabaciones ilegales contra Velásquez. Los audios, que tiene menos de tres semanas, evidencian que el magistrado es seguido permanentemente, aun en diferentes ciudades ya que, de acuerdo con las fuentes, los equipos utilizados, generalmente instalados en vehículos, deben estar ubicados relativamente cerca al funcionario para poder 'chuzar' sus teléfonos. Varias de las conversaciones son con sus hijos y su esposa. Otras son con otros integrantes de la Corte, investigadores que trabajan con él, miembros de su esquema de seguridad. SEMANA revela algunas de estas, y otra conversación que se supone es confidencial entre el investigador estrella de la para-política y James Faulkner, un importante funcionario del Departamento de Justicia de Estados Unidos asignado a la embajada de ese país en Bogotá.

[Fuente: Revista Semana, Bogotá, 30ago09]

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