Archibaldo Morales
Morir es la noticia

Archibaldo Morales:
El periodista que tuvo su propio diario


por Virginia Vidal(*) y Sara Luz Iturra,
en colaboración con Juan Gabriel Araya
Nombre
Archibaldo Morales Villanueva
Lugar y fecha de nacimiento
San Fernando, 15 de octubre de 1930
Especialidades
Periodista autodidacta y locutor
Lugar y fecha de muerte
San Fernando, probablemente el 5 de noviembre de 1973, por " paro cardíaco" en el trayecto de la cárcel al hospital.
Actividades
Periodista, animador artístico, locutor de radio, fundador, director y propietario (en sociedad) del diario El Guerrillero. Tuvo convicciones comunistas, pero no militó en el partido.


Alegre, menudo, nervioso, de mirada transparente, Archibaldo Chito Morales Villanueva fue director del periódico El Guerrillero y locutor de radio Manuel Rodríguez, de San Fernando. Según su hija Josefina Ruth Morales Piñat, fue comunista por sus profundas convicciones políticas, pero nunca militó en las filas del partido.

Morales consideraba que en Colchagua se mantenía vivo el legado de Manuel Rodríguez. Los dueños de trigales y viñedos, que también conservaban la tradición huasa, sentían orgullo porque su provincia se conociera como el «riñon de la oligarquía». Sin embargo, en 1958 Salvador Allende obtuvo allí la primera mayoría en las mesas de varones y en 1973, Silvia Costa, alcanzó la más alta mayoría como diputada por la Unidad Popular.

La ex diputada conoció a Chito Morales desde su juventud colchagüina. "Archibaldo fue padre de dos niñas preciosas, Ruth y Petrushka, a las que criaba él solo ", recordó. "Mas de una vez llegó a mi casa con una pequeña de la mano, acaso iba a buscar un libro de poesía. Recitaba muy bien. ¿Quién no reconocía su voz clara y bien modulada? Le dedicaba un buen espacio a la poesía en los programas radiales. Era famoso como denunciador de las injusticias, sobre todo en el agro. Amaba a San Fernando y no se cansaba de luchar porque llegara el canal de TV... Fue muy torturado, quemado entero todo su cuerpo, en el regimiento..."

El escritor Juan Gabriel Araya, profesor de literatura de la Universidad del Bío-Bío, descubrió su rostro en una foto tomada en 1954 al coro de profesores de San Fernando.

Juan Gabriel Araya: "Pensando en la fugacidad de la vida, reconocí en el viejo daguerrotipo a mi padre, Pedro Araya Riveros, presidente de la institución; su esposa Silvia Costa, que ni soñaba con ser mas tarde (1973) diputaba por la provincia y exiliada política durante largos años; a Raúl Venegas y a su señora Elsa Núñez, al "gringo" Jorge Vucovic y a su Evelin, a mi profesora de inglés Lola Schilling, a los maestros Carlos Cruz, Pedro Vásquez, Enrique Labraña, Pedro Quijada, Orlando Barrientos, Pradenas, los hermanos Soto y varios más".

"Entre los "varios más", reconocí la imagen de un joven menudo, de pelo negro tiesón, peinado hacia atrás y de bigotito pretencioso encima de una leve sonrisa de galán de pueblo: Archibaldo Morales, el locutor principal de CC 148, radio Manuel Rodríguez de San Fernando. No hay duda, es la imagen del popular hombre de la radiotelefonía local, periodista, recitador y animador artístico, conocido cariñosamente como Chito Morales. Allí lo encontré "congelado " en 1954, preso entre las paredes de un dorado tiempo que prometía ser el mejor de todos para aquellos que soñaban con la transformación revolucionaría del país, junto a tantos más" (Es la misma imagen que ilustra estas páginas).

"Aclaraba mí memoria, recuerdo que "Chito" representaba en aquellos años la inquietud que se exigía a la, juventud. Cantaba en el coro, organizaba cursos radiales, actuaba, declamaba a Neruda y escandalizaba al pueblo con sus extravagantes tenidas, romántica pelambrera y desinhibido lenguaje. Archibaldo, con sus actitudes poco convencionales, sus ideas sociales y sus inclinaciones artísticas, expresaba la nota de rebeldía que le hacía falta al medio pueblerino. Conversé con él muchas veces y admiré su capacidad para desenmascarar con valentía el pacato entorno social, cultural y político que lo rodeaba, ofreciendo, en cambio, una cara abierta al desafío".

Nace el semanario El Guerrillero

Juan Gabriel Araya: "Años más tarde, cumpliría con el sueño que acariciaba largamente: fundar y dirigir un diario local. Sus años de ejercicio periodístico radial, unidos a su trabajo en diarios locales, le dieron una gran experiencia y un conocimiento acabado de la realidad local. La materialización de su sueño apareció antes de terminarla década de los '50, con rótulo El Guerrillero, un semanario para la provincia de Colchagua. Director Archibaldo Morales V., Talleres M. Rodríguez 744.

"Nacía en San Fernando una nueva expresión periodística, distinta a la tradicional. Por primera vez, se privilegió en páginas impresas el pensamiento de los hombres de avanzada política, social y cultural de la provincia y se dio a conocer las expresiones políticas de la izquierda.

"En las páginas del único ejemplar que dispongo, fechado el 5 de diciembre de 1960, aparece una semblanza del ancestro colchagüino de mi padre, escrita por el sanfernandino Gonzalo Drago Gac. Aparece también la pluma del maestro de Juventudes Juan Danús, con un artículo sobre la doble personalidad de algunas personas, tema muy actual. El poeta popular Julio Solís defiende a los campesinos con chispeantes versainas. Mario Labra escribe la crónica de una gira por la provincia de los candidatos socialistas Salomón Corbalán, Miguel Ángel Aguilera y Jorge de la Fuente. Además, hay noticias sobre las bellas candidatas a Reina de la Primavera y actividades culturales del grupo Los Afines".

Admirador de Manuel Rodríguez

Juan Gabriel Araya: "Chito se desempeñaba muy bien cumpliendo las funciones de periodista-director. El nombre del semanario era su homenaje personal al inmortal guerrillero Manuel Rodríguez, tan asociado a la ciudad que fue su centro predilecto en sus correrías revolucionarias contra de los españoles. Incluso, tuvo una casa en sus alrededores. En la plazuela que lleva su nombre, una estatua imponente recuerda su figura y una placa reproduce su famoso grito: "¡Aún tenemos patria, ciudadanos!", válido en cualquier época, me parece..."

"Sin embargo, nunca la felicidad dura cien años. Cuando llegó el horroroso 11 de septiembre del 73, Chito no era guerrillero, porque en Chile no había guerrillas, sino un periodista admirador del Guerrillero de la Independencia. Tampoco era "un bombero loco", sino un defensor del gobierno legal. Pero fue detenido por quienes se tomaron el poder y sometido vilmente a torturas hasta ocasionarle la muerte".

"Supe tardíamente este desenlace fatal. Tal vez, mejor habría sido ignorarlo para siempre y mantenerlo "preso" sólo en la foto del '54. Sin embargo, la vida no se detiene ni siquiera con la muerte de alguien valioso. A Chito sigo viéndolo vivo en su periódico y en los recuerdos de su hidalga rebeldía. ¡Están muertos, eso sí, aquellos que lo mataron!"

Escondido en el entretecho

Su hija Josefina Ruth Morales Piñat lo describe "muy comprometido con las situaciones injustas, lo que le ocasionaba enemigos entre los patrones y comerciantes locales". El 11 de septiembre salió de su casa muy temprano, a las 7. Al mediodía mandó a decir que estaba bien.

Esa misma noche, los militares del Regimiento 19 de Colchagua allanaron su domicilio y detuvieron temporalmente a Josefina para interrogarla sobre el paradero de su padre. El día 15, Morales regresó a su hogar, pero habilitó un escondite en el entretecho, de donde salía por ratos durante la noche. El día 16, nuevamente llegaron a buscarlo los militares, pero no lo encontraron durante el allanamiento. El escondite funcionó, resistió la búsqueda.

Esa misma noche decidió trasladarse a Santiago, para alejarse de la situación de inseguridad que estaba viviendo. Con la ayuda de un amigo logró llegar a la capital, pero el 20 de septiembre Investigaciones allanó el domicilio donde se ocultaba. Detenido y trasladado de nuevo a San Fernando, después de los interrogatorios fue incomunicado en la cárcel local.
logotipo del Guerrillero

El encierro solitario se prolongó por 43 días, según el testimonio de Josefina. Murió a los tres días de encontrarse en "libre plática", presumiblemente después de dolorosas torturas, «en el trayecto de la cárcel al hospital», según la versión oficial. La certificación médica de su defunción atribuye la causa a un "paro cardíaco". El fallecimiento no fue inscrito legalmente, porque el Registro Civil no posee datos sobre su defunción. Sumando los 46 días de prisión en San Fernando, la defunción debería haberse producido alrededor del 5 de noviembre de 1973.


Virginia Vidal es periodista y escritora. Sara Luz Iturra, periodista, es experta en el tema derechos humanos. Juan Gabriel Araya es escritor, profesor universitario y... sanfernandino.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 09nov01