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10oct15


Contrabando y narcotráfico hormiga en el Chaco salteño


Autoridades bolivianas denuncian que ingresan productos agrícolas en camiones. En Santa Victoria Este es más frecuente el narcotráfico hormiga de marihuana paraguaya.

La ruta nacional 34 y sus alrededores, en la frontera norte salteña, parecen seguir siendo el lugar elegido por los narcos para cruzar grandes cargamentos de droga boliviana, y por los contrabandistas para cruzar ilegalmente toneladas de granos argentinos. Pero también crece el tráfico hormiga de marihuana en la franja fronteriza del extenso Chaco salteño, sobre todo en el municipio de Santa Victoria Este, en el triple límite con Bolivia y Paraguay. Así lo informaron dos de las tres fuerzas de seguridad en la zona.

Además, semanas atrás la preocupación llegó hasta el lado boliviano, donde productores agrícolas denunciaron que diariamente ingresan desde Argentina al menos 15 unidades de gran porte con cargamentos de maíz, soja y maní; situación que este medio viene denunciando hace años.

El presidente de la Federación de Campesinos de la provincia Gran Chaco (Bolivia), Evangelio Cáceres, dijo en declaraciones a un diario de Tarija que el sector productivo está atravesando una situación crítica por el contrabando de productos agrícolas, que ingresa por diferentes accesos de la frontera con la Argentina y pidió la urgente instalación de puestos de control. Según el dirigente campesino, los pasos clandestinos utilizados para el contrabando están ubicados en San José de Pocitos, Dorminí, y hacia el este de Yacuiba.

En diciembre de 2012, El Tribuno denunció idéntica situación en los pasos clandestinos de Izpahuasu, El Pajial, Madrejones, entre Campo Durán y Salvador Mazza. Ahí surgen decenas de ramificaciones y picadas que surcan la selva hasta Bolivia y se ven los caminos por donde circulan camiones con doble acoplado. También se ven pasos que atraviesan por fincas privadas y otros que siguen el trazado de gasoductos y cañerías de empresas petroleras.

Pero todos sirven para el contrabando y el narcotráfico, y hasta el día de hoy no existe puesto fijo de control en ninguno de los puntos señalados, donde se cruza a Bolivia sin ningún obstáculo.

Cáceres, presidente de los campesinos bolivianos, en declaraciones realizadas el pasado 15 de septiembre al diario El Andaluz de Tarija, pidió al gobierno de ese país que disponga de las fuerzas de seguridad para un control operativo aduanero y del servicio de sanidad agropecuaria, para que en conjunto con el Ejército realicen controles en la frontera y así evitar el ingreso de productos agrícolas por contrabando.

En julio de este año, tras descubrir una organización que había traficado más de 30 millones de pesos de harina a Bolivia, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), a través de la Aduana, denunció penalmente a una firma argentina "por contrabando de harina de trigo, asociación ilícita y evasión fiscal".

El Tribuno tuvo acceso a un audio donde se escucha a un alto funcionario argentino con responsabilidad en la frontera salteña decir: "Vehículos del Ejército boliviano, que en una gran medida, sino en toda, se utilizaban para llevar harina de contrabando hacia la parte interna del territorio boliviano".

Según el funcionario, se trataba de "una empresa organizada para el megacontrabando" sorprendida por las fuerzas bolivianas y que autoridades argentinas estimaban que en una sola maniobra se involucraron 244 millones de pesos. De inmediato, un operativo de AFIP descubrió abultados crecimientos de cuentas bancarias de comerciantes de Salvador Mazza. "Se trata del famoso contrabando, no voy a decir hormiga, porque entran en camiones de 30 toneladas con acoplados de 22 toneladas", dice el funcionario refiriéndose a unos camiones detenidos en el acceso boliviano de Campo Pajoso.

Ese paso y el paso llamado Barrio Nuevo fueron señalados por el diario El Deber, de Santa Cruz de la Sierra, como las "dos nuevas zonas para el contrabando". Allí señalaron que "una tonelada vía contrabando cuesta 210 dólares; en Santa Cruz, en el mercado legal se paga 300 y en la Bolsa de Rosario la cotización internacional se sitúa en 345".

A principios de este año un delegado de la Uocra del departamento San Martín coincidió con la denuncia de los productores bolivianos al señalar el paraje Dorminí, ubicado a unos 60 kilómetros al este de la ruta nacional 34, como uno de los puntos por donde camiones de gran porte van y vienen entre ambos países sin ningún tipo de controles.

Vicente Saavedra le dijo a El Tribuno en enero pasado: "El mismo camino que se usa para sacar el material que era para la construcción de la ruta provincial 54 se usa para el contrabando de granos".

Estos ejemplos podrían graficar la situación que se vive desde hace años en la frontera. Particularmente desde Campo Durán hasta las fincas privadas que están sobre los primeros tramos de la ruta provincial 54, uno de los lugares favoritos para los contrabandistas de granos argentinos hacia Bolivia. Pero también de cocaína boliviana hacia la Argentina. Por supuesto se señalan esas rutas para el ingreso de precursores químicos, autos robados y tráfico de personas.

El centro de gravedad de las fuerzas federales ha estado enfocado, en cuanto a la lucha contra el narcotráfico, en la ruta nacional 34. A eso obedeció la creación de tres escuadrones en los últimos 20 años. El vasto Chaco salteño no corrió la mis ma suerte.

En la triple frontera salteña, donde comienzan los lotes fiscales 14 y 55 del municipio de Santa Victoria Este, el contrabando y macrotráfico muta a narcotráfico hormiga.

De todas formas, según fuentes consultadas en dos de las tres fuerzas de seguridad en la zona, Salvador Mazza sigue siendo la puerta de entrada de la cocaína a la Argentina.

En medios bolivianos

"Una quebrada en Barrio Nuevo e incluso el paso por un cementerio, situados en la línea fronteriza Bolivia-Argentina, son utilizados por una treintena de 'cargadores' para internar soja, maíz, harina, arroz y papa. En la zona no hay militares ni policías, solo gendarmes argentinos que miran.

La Aduana Nacional de Bolivia admite el descontrol en medio del clamor de los productores para que frenen el contrabando", denunció el 21 de junio el diario El Deber, de Bolivia. Se refería a los pasos de Salvador Mazza, por donde se contrabandean granos argentinos a Bolivia. Como ya denunció este medio, en esa localidad aduanas paralelas dejan pasar toneladas de granos. Este año mermó el tráfico cuando llegó el escuadrón móvil de Gendarmería, pero se fue tras las elecciones locales.

[Fuente: El Tribuno, Salta, 10oct15]

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