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23jun06


"Mucho después supe que el que daba las órdenes era Etchecolatz"


El dolor todavía persiste bajo la piel. El paso de tres décadas no sellaron los recuerdos de Nilda Emma Eloy, la primera ex detenida que identifica a Miguel Etchecolatz en un juicio oral como el responsable de su secuestro, en 1976, y de los tormentos en seis centros clandestinos bonaerenses de detención.

"¿Quiere hacer un alto en su declaración?", intentó ralentar las imágenes del horror el presidente del tribunal. "No puedo parar, son muchos años de silencio", se recompuso esa mujer huesuda, de cabello ceniza y mirada firme.

Eloy es la misma que hasta el primero de octubre de 1976, apenas cumplidos los 19 años, tenía un tiempo para la Facultad de Medicina, las actividades como instrumentadora quirúrgica y la parada de diarios familiar. Esa medianoche "una patota", según su testimonio, al mando de Etchecolatz la detuvo en su casa paterna de la calle 56, en La Plata.

"Fui conducida al centro de detención de La Cacha donde fui torturada y picaneada", declaró. El ex oficial no estaba en la audiencia para restregarse los ojos como en la jornada del martes. Por los dichos de Eloy, su voz correspondía a aquel que se hacía llamar "coronel" y que identificó en La Cacha en un interrogatorio.

"Era la voz que daba órdenes en mi casa y que muchos años después identifiqué como Etchecolatz", afirmó. Antes la había escuchado impartiendo órdenes en el Dodge 1500 que la trasladó hasta el centro ilegal de detención.

Etchecolatz es el primer represor juzgado después de la anulación de las leyes del perdón, por delitos cometidos durante la última dictadura militar.

Las 23 audiencias transcurrirán en el Palacio Municipal platense. Los cargos son por privación ilegal de la libertad, tormento y homicidio calificado en forma reiterada.

El ex director de Investigaciones bonaerenses es un anciano de 77 años que bordea la muerte, la suya, por una "enfermedad terminal" de acuerdo con el parte de su abogado. Hace treinta años era la mano derecha del general Ramón Camps en la policía provincial. En esos tiempos, Eloy recorrió seis centros clandestinos: La Cacha, Pozo de Quilmes, Pozo de Arana, El Vesubio, La Brigada de Quilmes, y la comisaría 3ª de Lanús.

"A Quilmes llegué toda negra, estaba toda quemada. Entonces pasaba un supuesto médico con un frasco de Pancután y nos manoseaba", recordó Eloy. Antes había mencionado como, en La Cacha, un sacerdote la visitaba en su celda. "El (por el cura) me hizo poner las manos por delante para poder pisarlas", dijo sin bajar la vista.

"Después, —agregó— nos enteramos que era el mismo sacerdote que atendía en la Catedral de La Plata a los familiares de desaparecidos: monseñor Callejas".

Eloy siempre hace una referencia a la exactitud de la palabra "pozo" para denominar las mazmorras que recorrió hasta 1979: "Resulta claro porque era como un hundimiento permanente. El arriba no existía". Ayer, durante algún momento, creyó volver a los sótanos de su tragedia.

[Fuente: Clarin, Bs As, Arg, 23jun06]

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